lunes, 30 de diciembre de 2013

400 ENTRADAS

CUATROCIENTAS ENTRADAS

Acostumbro a celebrar las entradas por cientos y las visitas por miles. Termino el año con 400 entradas en las dejo ver mi  sencilla opinión sobre los asuntos de actualidad o sobre los problemas que nos acosan.
No puedo evitar ser beligerante con la izquierda actual y sobre todo con la deriva del PSOE, al que me gustaría ver como un partido fuerte, de gobierno y con una idea clara de España como la tuvieron en los  años de la transición hasta la llegada del peor gobernante de la Historia, Zapatero. No comparto tampoco la política errática del PP, sobre todo en lo que afecta al órdago catalán y a la asunción de los planteamientos zapateriles en cuanto a ETA. Estoy asqueado de la corrupción que afecta a toda la clase política. Estoy harto de los políticos profesionales que entraron en el partido después de su bautismo y ahí siguen, defendiendo su poltrona sin interesarles un pimiento la opinión, la necesidad y el sentimiento del pueblo. Estoy hasta el gorro de una Constitución que nació para contentar a unos pocos y resarcirles de los agravios que dicen que sufrieron con el franquismo. Fue una Constitución contra el pasado pero no enfocada al futuro y ahora se desvela inservible. El régimen de funcionamiento y financiación de los Partidos y los Sindicatos y el bodrio de ley electoral que concede privilegios a los nacionalistas frente a los partidos de implantación nacional, son tres cosas que exigen una solución inmediata; tan necesaria como imposible de llevar a cabo en un sistema en donde no se concede legitimidad a todo lo que hagan los demás aunque lo hagan con el mandato de las urnas. Estoy temiendo que desde la izquierda radical, los movimientos antisistema y los independentistas, se está pretendiendo romper el sistema bipartidista con riesgo de convertirnos en una nueva Italia ingobernable. No puedo ser optimista de cara al año que nos llega. España es un cuerpo en descomposición. Un país que en vez de luchar por volver a ser la octava o novena potencia económica mundial pierde el tiempo en disputas internas como patio de vecinas. Un país en el que los valores tradicionales han sido asociados a un régimen político que ya desapareció hace casi cuarenta años y que hay que destruir, como si la amenaza del franquismo estuviera a la vuelta de la esquina. Se ha confundido modernidad con pérdida de valores y una muestra de la ruina social e intelectual de España es que estas Navidades el libro más leído haya sido el de las memorias de una analfabeta, cliente de mil camas.
Vaya forma, se dirán, de celebrar las cuatrocientas entradas.  Lo único bueno que le veo es que el próximo año no me van a faltar  asuntos que comentar. Va a ser un año de infarto.
Gracias a los que me aguantan, perdón a los que pueda ofender y esperanza, la que tengo en equivocarme. Feliz año 2014.

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