El nuevo código de circulación obligará a usar casco
en ciudad a menores y aumentará el límite en carretera hasta 130km/h.
¿Ganaremos en seguridad?
Más que prohibir, recomendar. Somos una sociedad civilizada |
Que van a recaudar más, eso es seguro
La ampliación a 130
Kms. hora en algunos (mínimos) tramos es la tapadera de la limitación a 90 en
el resto de carreteras del Estado, lo cual es retroceder a la época de “600”.
La ley de circulación vial debería contemplar que se eliminaran todos los
puntos negros que actualmente existen y que se hiciera una inversión continua
en el mantenimiento de las carreteras secundarias eliminando la titularidad
provincial y local de las mismas.
Cuando al labriego se
le escape la vaquiña y en una curva se la lleven por delante dice la nueva ley
que la culpa no es del labriego sino del conductor y del atropello de los
animales que saltan las vallas de las autovías no es responsable el Estado sino
también el conductor.
La nueva ley parece
ser de carácter tan represivo como lo aparenta en sí la DGT. Su afán
recaudatorio ha calado profundamente en la población y la proliferación de
limitaciones que bien pudieran sustituirse por recomendaciones así lo hace
sospechar. Si es cierto que a los agentes se les condicionan sus complementos
salariales en función de las multas que ponen, esto sería propio de un país
totalitario o tercermundista y debería investigarse y cargar contra los
responsables.
La misma obtención del
permiso de conducir es un atraco al ciudadano por cuanto se le ocasionan unos
gastos muy difíciles de digerir por las familias, solo por enseñarles a superar
un examen no por enseñarles a conducir, ni siquiera a poner unas cadenas en la
nieve. La formación vial debería implantarse obligatoriamente en escuelas e
institutos, reduciendo los costes de la obtención del permiso de conducir
aunque se aminore el negocio de las autoescuelas. Igualmente deberían ser
gratuitas las gestiones en la DGT que afecten a renovaciones, trasmisiones,
altas y bajas etc. La impresión de la ciudadanía es que la DGT es una fábrica
de hacer dinero a costa de los contribuyentes. ¿Será por eso por lo que no se
atreven a incluir su valoración en las encuestas del CIS?
Francisco del Hoyo, articulista del diario EL PUEBLO de Albacete. Las dos caras de la noticia Sábado, 21 de diciembre de 2013
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