¿El turismo regional necesita un cambio?
Un cambio es poco. Necesita mucho más
El Plan Estratégico de
Turismo presentado por Cospedal en Uclés puede abrir la llave de una industria
que ha cambiado sustancialmente de consumidores ya que el turismo cultural y de
calidad está compitiendo cada día más con el turismo de playa. Castilla la
Mancha es un tesoro turístico sin explotar o cuando menos mal explotado.
Contabiliza la Región
nada menos que 778 bienes de interés cultural, 180 museos, 102 espacios
protegidos, 7 parques naturales y 36 establecimientos de turismo de salud.
Aparte de eso, cada pueblo tiene cosas interesantes que vender, desde la
arquitectura rural de cada comarca a las iglesias, ermitas, castillos y palacios,
artesanía, tradiciones, gastronomía, etc. etc.
El Plan de Cospedal
pasa por crear, organizar y ofrecer un modelo de turismo completo, con una gran
diversidad de alternativas lejos de la clásica visita organizada de japoneses
desde Madrid a Toledo. La caza, las bodegas, el turismo rural, el cultural,
todo ello dirigido a una clientela nacional de poder adquisitivo medio, bien
sea de jóvenes o de mayores y extranjeros “chuscarraos al sol” que buscan
conocer otras cosas que el chiringuito playero.
La Universidad
manchega debe implicarse en el asunto y crear la titulación en turismo, que
ahora creo está en Guadalajara pero dependiendo de la Universidad de Alcalá.
Hacen falta titulados en turismo desde niveles de FP, con conocimientos de
idiomas y especialidades. Es necesario concienciar a Ayuntamientos y
Diputaciones, cuidar la red de carreteras y caminos rurales, controlar todos
los establecimientos que sirvan de hospedaje, desde la más pequeña casa rural
al mayor de los hoteles y exigir legalidad y calidad.
Pero para eso hay que
cambiar muchas cosas. Hay que abrir al público los espacios naturales y
suavizar toda la legislación restrictiva impuesta por los socialistas, llegar a
acuerdos con la Iglesia y los particulares que son propietarios de edificaciones
de interés, promocionar la conservación en cada pueblo de todo aquello que
conserve sabor tradicional y didáctico etc. etc. Hasta ahora no se ha hecho más
que destruir; ya es hora de conservar y restaurar.
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