jueves, 31 de enero de 2019

LOS RICOS Y LA DEMAGOGIA PROGRE




LOS RICOS Y LA DEMAGOGIA PROGRE

Acaba de publicar “El Mundo” la lista de los españoles más ricos en el oportuno momento en que la extrema izquierda está enzarzada en peleas metafísicas y no dispone de tiempo para dedicarlo a demonizar una vez más a quiénes por una u otra razón disfrutan de ese privilegio. Un momento también en que la izquierda más moderada e igualmente irracional está dividida entre los que disfrutan viendo a su líder remirándose en el espejo y los que luchan por su supervivencia política a meses vista, con lo cual tampoco está en situación de echar ríos de mierda sobre este puñado de españoles que poseen entre ellos más que entre el resto de españolitos juntos. Amancio Ortega ( Inditex), Rafael del Pino (Ferrovial), Juan Roig (Mercadona) y Sol Daurella (Coca Cola) son los primeros de esta lista y nada hace pensar que su riqueza no haya venido acompañada de una sólida actividad empresarial creadora de miles y miles de puestos de trabajo. Dentro de nuestra Región destacan, en el puesto 89 García-Baquero (lácteas), 155 Loriente (Incarlopsa, cárnicas), 216 Solís y 301 Ayuso (ambos bodegas), 315 Ortega (industria, Ortemar) y 319 J.M. Martínez (Industria, Ajusa), con las mismas características que los anteriores.

La riqueza y la pobreza son consustanciales a la naturaleza humana y motivo de eternos enfrentamientos a lo largo de la historia, siendo las civilizaciones más desarrolladas las más expuestas a la invasión, pacífica o violenta, de quienes envidiaban su prosperidad. El Imperio Romano sucumbió ante los bárbaros, que lo arrasaron, arramblaron con todo, sepultaron el conocimiento y retrasaron mil años el desarrollo de Occidente. El nuevo “Sacro Imperio Romano Germánico”( Roma 25 de Mazo de 1957) , ajeno al ejemplo de la caída de Roma o Constantinopla, dormita plácidamente en Bruselas  y Estrasburgo mientras los pobres que desde aquí se generaron en una salvaje colonización política y económica, merodean por sus fronteras aguardando el momento de dar el salto, animados por quiénes ya están dentro y por gobernantes populistas e  insensatos que no reparan en las consecuencias.

A una pregunta del general americano Vernon A, Walters contestó Franco :”Mi verdadero monumento no es aquella cruz en el Valle, sino la clase media española”. Efectivamente, esa clase media que en 1950 estaba en el 34% de la población, que en 1965 ya era del 41% y que a la muerte de Franco se situaba en el 56%, porcentaje tan solo superado en 2004 con el 58,9%, con una caída estrepitosa hasta el 42,9% en 2008 que remontó en años sucesivos hasta colocarse por debajo del 60% en 2017 con la salvedad de que más de la mitad de ese 60% corresponde a la clase media baja que va en aumento.

Mientras el Presidente no electo cultiva su imagen recorriendo medio mundo a costa del erario público y haciendo de contra-bandolero que roba a las leales regiones pobres para darlo a las más ricas que además pretenden acabar con España; mientras su vicepresidenta vive obcecada con la momia de Franco, sus ministros sufren del letargo invernal y sus socios de gobierno unos pretendiendo acabar con el “Régimen del 78” y otros luchando por descomponer España; mientras todo esto ocurre  y según la Tasa AROPE (indicador europeo que mide el riesgo de pobreza) el desglose de la pobreza en España es en siguiente: El riesgo de pobreza alcanza ya al 26,6% de los españoles, tres puntos más que en 2008; la situación de pobreza severa alcanza al 6,9% y el de pobreza extrema al 1,7%. El riesgo de pobreza entre los menores de 16 años es del 31% y entre  las personas que tienen trabajo está en el 14,1%. No es menos descorazonador que del total de pobres el 13,8%, 1,7 millones,  poseen titulación superior.

La izquierda progresista se frota las manos. Los pobres han sido históricamente la materia prima de su negocio. Sin pobres la izquierda no hubiera existido. Desde 1867 en que se publicó la primera edición de El Capital la izquierda se ha caracterizado más por su lucha contra la riqueza que en defensa de la pobreza. Cierto es que la sociedad con ellos o sin ellos ha evolucionado a mejor, como es igual de cierto que la izquierda siempre ha procurado mantener ese poso de pobreza e indigencia que justificara su mensaje. Ahora que la globalización y el neocapitalismo dominan el mundo, la izquierda se encuentra huérfana de líderes carismáticos y desasistida de su principal argumentario, teniendo que ir a buscar, en terrenos contiguos, nuevas causas con las que seguir manteniendo viva la hoguera reivindicativa y de paso su propia supervivencia.

Así ha nacido “la progresía”. La izquierda tradicional ha dado paso a una nueva corrientes de ideas bautizadas como “progresismo”, que trata de adueñarse de toda una sociedad evolutiva por sí misma, descartando de este proceso a todo lo que no está en su entorno o no comulga con su ideario. La RAE define progreso como “avance hacia delante” y “mejora, adelanto, en especial referido al adelanto cultural y técnico de una sociedad”. No creo, según esto, que haya español que no esté por avanzar hacia delante y mejorar su nivel técnico o cultural, sin embargo la izquierda se ha adueñado del término “progresista” como si solo ellos fueran los depositarios de las esencias intelectuales del futuro de la nación.

Adueñada del progresismo hecho ideología, la izquierda ha encontrado en el feminismo,  la ideología de género y el ecologismo los libros de su biblia particular, que intenta imponer en una suerte de nueva inquisición que deja en pañales a la de hace siglos.

Progresismo es quitar valor al modelo de organización social elegido por los españoles, con ataques continuos a la Constitución y sus símbolos. Progresismo es adoptar un sistema educativo que iguala al alumnado por debajo eliminando todo estímulo y espíritu de competencia para formar así una sociedad inculta, manejable y acomodaticia.  Progresismo es colocar al capital y al empresario en la picota como enemigos a exterminar. Progresismo es atacar la familia tradicional mundialmente establecida y predicar la vuelta a la tribu. Progresismo es atentar contra los valores creados y creídos por esta civilización occidental cuyos orígenes está en los imperios mediterráneos y en el cristianismo como si de un cáncer social se tratara. Progresismo es  hacer prevalecer los derechos de maricones y lesbianas por encima de los de cualquier otro ciudadano. Progresismo es adoptar el feminismo y la ideología de género como doctrina igualitaria en un mundo globalizado en el que cada uno trata de ser lo que quiere ser. Progresismo es potenciar la industria feminista y de género creando y manteniendo cientos de asociaciones donde un ejército de “coñíferas” (no confundir con coníferas) hacen dudar de su sexo a los indecisos púberes con sus academias de confusión sexual. Progresismo es forzar el lenguaje para llamar a los miembros “miembras” y ya en el colmo del delirio, a la patria “matria”.

Todo esto es la izquierda española y así les va o les empieza a ir cuando la derecha liberal, en gran parte la autora de la creación de trabajo y bienestar social, se muestra tanto o más Progresista (con mayúscula) defendiendo los derechos humanos, la igualdad entre géneros, la educación de calidad, el esfuerzo y la competitividad, el respeto a las Instituciones, a la cultura y las tradiciones, la adaptación y superación de los retos que plantea el nuevo mundo globalizado, el afán por hacer al hombre más libre incrementando su cultura y con ello su poder de decisión y  de crítica, la meta final de crear una sociedad donde las desigualdades sociales sean las mínimas,  fomentando la existencia de una clase media cada vez más  numerosa como auténtico motor del desarrollo de la nación.

La educación y el trabajo hacen al hombre más libre. Frente al capitalismo salvaje, el populismo de ambos signos y el intervencionismo de la izquierda, la derecha liberal tiene remedios que a la izquierda le producen escalofríos porque desmonta su tenderete y su discurso; de ahí sus fobias ante todo lo que les llega desde la “derecha liberal y progresista”.

 

viernes, 25 de enero de 2019

ESPAÑA, IMPOSIBLE ABURRIRSE




ESPAÑA, IMPOSIBLE ABURRIRSE

Desde luego en España el que se aburre es porque quiere. Lástima me dan tantos jubilados  sin otra ocupación que merodear por las obras con la de cosas que la sociedad y sobre todo la política nos  obsequia cada día para disfrute o cabreo, pero entretenimiento al fin y al cabo.

En política sufrimos o disfrutamos de un Gobierno anti Gobierno en el que la inacción se ha convertido en método para la permanencia y vive Dios que es lo mejor que pueden hacer porque cuanto pasan a la acción caminan entre el esperpento y el ridículo. Es imposible aburrirse cuando  uno echa un vistazo a la prensa y lee que la Ministra Celaá quiere hacer desaparecer el castellano en las CCAA bilingües dejado a los próceres autonómicos su regulación y eliminando la Inspección Central del Estado en materia de educación;  o que la Ministra Robles, la que dice que las bombas que vendemos en Arabia Saudí  saben diferenciar entre buenos y malos,  manda nada menos que a Monedero a dar clases a los militares en el CESEDEN.  Y qué decir de la Vicepresidenta Calvo en su particular guerra contra el Vaticano –que le dio portazo-  y Franco –al que se le ríen los huesos al oirla-. Una Ministra que llama maricón a un Ministro y luego le pide perdón, no sé si porque no lo es o porque no es políticamente correcto afeárselo; o ese Ministro que anda por las nubes desde que le descubrieron sus andanzas terrícolas con Hacienda.   



Sorprende la inacción de dos Ministros que ven como Madrid y Barcelona  están siendo secuestradas por un ejército  de bárbaros que cortan calles, carreteras y bloquean eventos tan importantes como Fitur, solo porque no han sabido o querido adaptar su negocio a las nuevas tecnologías y a las nuevas demandas de la población.  Ábalos –al que ya llaman Pilatos por aquello de lavarse las manos en un conflicto que corresponde solucionar al Estado y Marlaska que ve como se queman contenedores y se forman barricadas, se dificulta la vida normal de los ciudadanos en una huelga –por llamarla de algún modo- que no respeta servicios mínimos tratándose de un servicio público y simplemente mira para otro lado.

Aunque el caso que más nos afecta a los castellano-manchegos es el de una Ministra la de “Transición Ecológica” –manda huevos el nombrecito- Teresa Ribera, que se levanta una mañana y va y dice así sin cortarse que el gasoil tiene los días contados y se carga de un plumazo parte de la industria del automóvil que aporta el 10% del PIB nacional. Otra mañana se levanta –debe dormir mal esta mujer- y nos deja caer que va a prohibir la caza y los toros –menos mal que no dijo nada de las “corridas”- y se atreve a recurrir ante el TC la Ley de Caza de Castilla-La Mancha por un artículo, el 8º, copiado literalmente de otro similar en Aragón,  que se refiere a la responsabilidad por daños causados por especies cinegéticas. En concreto, reza que "la responsabilidad de la indemnización por los daños agrícolas, forestales o ganaderos producidos por especies cinegéticas provenientes de zonas de seguridad motivadas por la existencia de autopistas, autovías, líneas férreas o infraestructuras hidráulicas, será del titular de la infraestructura. Dicho titular será, además, el responsable de controlar en la zona de seguridad las especies cinegéticas que provoquen este tipo de daños". Viene a reconocer esta Ley que los daños que producen  las plagas de conejos y cérvidos en zonas protegidas por proximidad a estas infraestructuras a los cultivos, montes y pastos, sean responsabilidad de los titulares de éstas. Buena respuesta la del Presidente Page haciéndole ver que "No vamos a permitir que haya una contracultura que intente prohibir aquello que ya está amparado legalmente”, esa contracultura que desde la extrema izquierda  y el  feminismo está contagiando al PSOE que hace tiempo que se perdió y no encuentra el camino.

Me dejo para el final  al apolíneo narcisista  okupa de Moncloa, que se va de turismo al Foro de  Davos a decirles nada menos que durante su mandato España va a perder la friolera de 120.000 empleos, eso sí, se lo dice en inglés y los suyos tan contentos porque además de adonis es políglota. Mientras esto, en Venezuela se proclama un nuevo Presidente, Guaidó y es reconocido por medio mundo civilizado menor por Podemos, Sánchez y la TV de Rosa Mª Mateo. Sánchez contenta a los suyos con un bonito paseo en paisaje nevado, con el teléfono en la oreja y un mensaje de Moncloa que nos dice que no le reconoce pero habla con él. Una más.

Y para terminar una muestra de lo avanzada que está nuestra sociedad y de cómo se adapta a los nuevos tiempos. Ya hace días que dejamos de sufrir el tormento de la publicidad de colonias con mil aromas y mejunjes , que volveremos  a sufrir para el día del padre, en un raro idioma de unas  bellezas que al hablar parece que tengan en la boca algo que yo imagino y Vds. también,  pero ahora hemos descubierto que cagar antes que tu jefa o tu suegro no es olorosamente correcto por lo que si pretendes ser alguien, debes llevar en el bolso o bolsillo un perfume antiperfume que no evidencie tu fatal remate de la digestión.

Ahora que la halitosis y la flatulencia ya son motivos de divorcio, acabo este paseo por la esperpéntica España contándoles como presencié hace unos días a una mamá que había llevado a su hija de año y medio  a un salón de belleza para que le hicieran la peluquería y la depilación de cejas con cera, con el consiguiente griterío de la pequeña. El colmo. Entre lo políticamente correcto y lo socialmente correcto está naciendo un buenismo y una permisividad que a saber dónde nos lleven.

 

jueves, 17 de enero de 2019

LA CUEVA DE ALÍ BABÁ CAMBIA DE DUEÑO




 LA CUEVA DE ALÍ BABÁ CAMBIA DE DUEÑO

Después de treinta y seis largos años, la cueva de Alí Babá con sus ramificaciones en cuevecillas, zulos y escondrijos, pasa de manos  del corrupto socialismo andaluz, a la vez administrador del maná diario que sanguijuela de su propio proletariado, a ser administrada por una conjunción de formaciones que en Andalucía su único mérito es no haber sido corruptos, en principio porque no tuvieron ocasión de serlo, siendo el PP el único que ya ganó unas elecciones en Andalucía y ha gobernado casi todas las capitales andaluzas, axfisiado eso sí por los tentáculos que emergían del “monstruo de San Telmo” extendidos por los cuatro puntos cardinales.

“Nos han robado lo que es nuestro”, venía a decir la derrotada y corífea  Susana a sus incondicionales de autobús y bocadillo. “Nos han robado lo que es nuestro” gritaban al unísono en una clara descripción del sentido patrimonialista con que el PSOE administraba lo que consideraba propio, Andalucía y PSOE una misma cosa, una unidad de destino en lo universal como se pregonaba en el viejo régimen y, como en el caso de aquél y haciendo valer el refrán de que no hay mal que cien años dure, la universalidad del régimen socialista aguantó los mismos treinta y seis años que el régimen franquista, sin que aquí fuera necesaria la defunción de nadie sino por el mismo anquilosamiento de quiénes gobernaban y de quiénes eran gobernados.

Una cueva sin fondo. Llegar al final, misión casi imposible
 La nueva CEDA que a partir de ahora va a gobernar Al-Ándalus no va a tener fácil, ni con milagros, su labor de destapar cofres, levantar alfombras, abrir ventanas y expulsar a los malos espíritus. Cinco personajes van a ser los que en un lado y en otro van a determinar el destino del pueblo andaluz en los próximos años. Por un lado Juanma Moreno y  Juan Marín  en el difícil caminar de dos por tres calles, siendo la tercera por la que transita también Francisco Serrano y por la que Juan Marín se cambia de acera al cruzárselo. Una coalición a dos y una guerra a tres porque Mayo está cerca y lo de aquí puede o no valer para lo venidero. 

Por otro lado Susana Díaz y su enemiga, quizás ahora posible amiga de conveniencia Teresa Rodríguez, ambas luchando por su supervivencia. La primera , con la mirada puesta en el tsunami que  se ve venir desde Ferraz y  que podría poner fin a su andadura por la política, formando una barrera de incondicionales paniaguados que ya han rodeado el Hospital de la Sangre en una protesta no por lo que allí ocurría sino por lo que significaba, el fin de la administración paralela, de los miles de chiringuitos, empresas y sucursales que alimentaban a unos cuantos miles de indolentes holgazanes que a su vez controlaban todo lo que el ciudadano normal pudiera requerir o exigir de la Junta. 

La segunda, porque ayuna de argumentos digeribles por el respetable, se ha embarcado en ser adalid de un feminismo rancio que ha creado una industria en torno a la ideología de género, en la que sobreviven dos mil asociaciones feministas manejando e intoxicando a cientos de mujeres en apuros a las que dedican tan solo el 2,8% de lo que perciben del erario público mientras el resto se pierde por los recovecos creados en cuatro décadas de infinitas corruptelas. Una y otra denotan la carencia de valores democráticos recurriendo tras el descalabro electoral a la vieja máxima marxista de que  lo que no se gana en la urnas se pelea en la calle.

Juntos pero no revueltos
 Difícil, muy difícil lo va a tener la coalición gobernante para poder hacer algo notorio, cumplir promesas, salvar la cara y afrontar con éxito las elecciones de 2023. El socialismo clientelar incrustado en la sociedad andaluza va a poner continuamente palos en la rueda, se va a radicalizar y va a tomar la calle haciendo complicada la convivencia. Desmantelar el monstruo de la cueva de Alí-Babá ya encerraría mucho riesgo para un gobierno con mayoría absoluta cuanto ni más para una pseudocoalición de dos que caminan por tres calles. 

Juanma Moreno debería tomar ejemplo de lo que pasó a Cospedal en Castilla-La Mancha, otro feudo donde los socialistas hicieron de su capa un sayo durante décadas y  dónde resultó infructuoso luchar contra una administración politizada de cargos a dedo y serviles paniaguados, creada desde el socialismo para una eternidad.