sábado, 18 de enero de 2014

LA SEMILLA VIOLENTA DE BURGOS SE EXTIENDE

EL ALCALDE DE BURGOS DEBE DIMITIR

El Alcalde de Burgos, Javier Lacalle, que gobierna la ciudad con mayoría absoluta de 15 concejales sobre 27, ha sido derrotado por un grupo de vecinos ayudados por un grupúsculo de terroristas callejeros de extrema izquierda. Las obras de remodelación de una calle, con aparcamiento subterráneo y bulevar han sido el desencadenante de la protesta, después de que una gran mayoría de vecinos estuviera de acuerdo salvo una plataforma de descontentos alborotadores que han salido a la calle a armar la marimorena.
Los acontecimientos han tenido un seguimiento mediático más allá de nuestras fronteras y la imagen ofrecida por el Gobierno Municipal y  el Nacional no han podido ser de más blandura y ausencia de energía. Al final, el Alcalde ha desistido de seguir con la obra, a pesar de que formaba parte de su programa electoral y de que, repito, gobierna con mayoría absoluta. Volverá a dejar la calle como estaba y tendrá que indemnizar a las empresas adjudicatarias por la suspensión unilateral. Será el hazmerreir de la oposición y del pueblo burgalés. “El alcalde derrotado por un grupo de extremistas que venían de liarla en Bilbao y pasaron por allí”.

Vista de la calle en conflicto

El asunto del barrio de Gamonal no tendría más importancia a no ser porque ha sentado precedente y a partir de ahora va a complicar determinadas actuaciones municipales en otros Municipios, especialmente si están  gobernados por el PP. En Santander la protesta ha ido dirigida contra el “Centro Botín” habiendo causado numerosos daños en el mismo. En Barcelona  ha sido contra una Comisaría de la Guardia urbana, edificios de la Administración, Bancos y empresas multinacionales. En Madrid, como siempre, a dar el coñazo en la Puerta del Sol.

Intentaron asaltar El Corte Inglés

El éxito se lo han puesto fácil a los alborotadores, insatisfechos, “quinceemes” y chusma en general. Basta que una asociación cualquiera de ciudadanos afectados por algo se queje y los llame. El escándalo está servido y las autoridades competentes no tendrán agallas para permitir a la Policía cumplir con su trabajo. En el caso de Burgos las obras deberían haber continuado con la protección policial conveniente, de la Policía Local y la ayuda de  la Policía Nacional, sancionando a quienes intentaran boicotearlas y renegociando aspectos más conflictivos con los vecinos. Todo menos hacer lo que se ha hecho, porque esto puede ser el comienzo de situaciones más graves.

El Estado debe acabar con ellos

La extrema izquierda, experta en terrorismo callejero, debe estar celebrándolo con champán y no es para menos, porque les ha bastado un ejército de cien encapuchados quemando Bancos, comercios y mobiliario urbano para doblegar al Estado de Derecho y al Gobierno de la Nación salido legítimamente de las urnas.  Además ahora han convocado manifestaciones en varias ciudades españolas, Madrid, Barcelona, Valencia, Zaragoza, Santander y Alicante, con la misma violencia a que acostumbran y que por la que han sido detenidas 19 personas que se unen a las 46 detenidas en Burgos. Lo de Gamonal ya no importa. Ahora se reivindica la libertad sin cargos de todos los detenidos y, como seguirán provocando actos vandálicos y las detenciones seguirán aumentando, lo harán también las manifestaciones violentas hasta que alguien en el Gobierno se decida a pararles los pies y poner a la sombra a estos energúmenos. Algunos vecinos de Gamonal deberían también pagar por su cobardía al no controlar a los violentos y haber consentido  o provocado su actuación. Si los 46 detenidos por actos vandálicos en Burgos salen a la calle sin más, ya no solo el Gobierno sino la Justicia habrán hecho el ridículo.

¿Para que está el Ministerio de Interior?

Hoy ha salido González Pons diciendo que "Una vez salvada la prima de riesgo tenemos que dedicar todos los esfuerzos a salvar a las personas", Vaya, menos mal. Al fin se ha dado cuenta Rajoy de que es la hora de hacer política, aunque ésta consista en parar los pies al fascista de Mas y su tropa, a los violentos de la extrema izquierda y a todos los proetarras que gobiernan el País Vasco. Mariano ha caído en la cuenta de que pierde votos y simpatizantes por todos los lados y ahora, con los frentes electorales abiertos, pretende ofrecer otra imagen más enérgica de hombre de gobierno. Después de no haber encontrado razones y argumentos para mandar a paseo a los ¿jueces? de Estrasburgo  y dejar a los presos de ETA donde estaban. Después de haberse dejado llevar únicamente por los números y consentir que los fascistas catalanes de CIU y ERC se le suban a la chepa o los no menos fascistas vascos estén gobernando como si de un Estado independiente se tratara. Después de haber consentido que la violencia de la extrema izquierda se haya adueñado de las calles. Después de todo esto viene a decirnos por boca de pregonero que ahora es el momento de salvar a las personas. Ya es tarde, Mariano. El mal está hecho y el país en descomposición. Zapatero de mataor y Rajoy de puntillero, vaya corrida.

Javier Lacalle, Alcalde de Burgos

Volviendo al Alcalde de Burgos, Javier Lacalle, está claro que lo mejor que puede hacer es dejar la Alcaldía a quién sea capaz de gobernarla con decisión y energía, por no decir otra cosa más vulgar. No solo ha incumplido su compromiso electoral sino que ha sucumbido ante un reducido grupo de violentos, que lo han acojonado, y ha extendido, con su incapacidad resolutoria, la semilla de la subversión, la violencia y el desacato a quienes tienen la responsabilidad de gobernar. A partir de ahora el ejemplo del Alcalde de Burgos será acicate y escusa para tomar la calle en nombre de cualquier causa, justa o injusta. El Alcalde de Burgos ha dejado al estado de Derecho a los pies de los caballos. El PP debe invitarle a que lo deje o se vaya del Partido y Rajoy debe aprender de esto que una mayoría absoluta es para ejercerla, no para estar en el limbo y si sus ministro lo están, que los cambie.

 Paco del Hoyo. "Arriba Periscopio" 18/01/2014 




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