LA BATALLA DE CATALUÑA
El año 2014 pasará a
la historia como el año de la batalla de Cataluña, es decir la batalla incruenta
que el pueblo español libró contra un
grupo de fascistas catalanes, capitaneados los de derechas por Artur Más y los
de izquierdas por Oriol Junqueras, que pretendían secuestrar la soberanía de
los españoles y someterla a su capricho al
objeto de hacer de Cataluña un estado independiente.
De momento la batalla
de Cataluña tiene tres frentes abiertos. En primer lugar, el legal, con clara
inclinación hacia los que creen en la unidad indisoluble de España y en la
vigencia de lo establecido en la Constitución; dentro de este frente es indispensable
el compromiso de la Justicia para hacer cumplir la ley y las numerosas
sentencias del Supremo y el Constitucional.
En segundo lugar, el político, donde el Gobierno puede jugar las bazas de dividir a los secesionistas, decir al pueblo español de Cataluña las consecuencias de la locura del líder mesiánico fascista de Mas, demostrarlas con argumentos histórico y datos económicos, controlar la ejecución de los presupuestos aprobados por el gobierno catalán y forzarle desde el Ministerio De Hacienda a que no se produzcan desvíos a otros asuntos no reflejados en los mismos; en este frente no es menos importante la labor y el compromiso de la oposición y de las Instituciones, con un mismo mensaje claro entendible en Madrid y en Barcelona y una voluntad de hierro en defender el modelo de Estado creado en 1978.
El tercero, el
mediático, en donde Gobierno, oposición e Instituciones, deben hacer llegar el
mensaje a todos los rincones de la geografía catalana, por encima del continuo
bombardeo antiespañol de la prensa, radio y la televisión controladas o
alimentadas por el gobierno catalán.
En el primero de los
frentes, el legal, nada hace pensar que el gobierno fascista de Cataluña,
acostumbrado a pasarse por el arco del triunfo las sentencias de los altos
tribunales del Estado, vaya a cambiar ahora ante la negativa de las Cortes a
ceder a sus pretensiones. Ya lo ha dicho Más al finalizar el discurso de Rajoy:
“habrá consulta legal porque el gobierno de Madrid ya se ha instalado en el no”.
Mas seguirá alimentando el odio antiespañol con bravatas y salidas de tono
dando por seguro que el Estado se doblegará ante Cataluña. A última hora y si
la imposibilidad de efectuar la consulta fuera manifiesta, echaría mano del
discurso demagógico del “España nos oprime, nos roba, nos asfixia, nos niega el
derecho a decidir etc.” y convocaría a continuación unas elecciones autonómicas
plebiscitarias, desvirtuadas de tal forma que se identificase el voto a los partidos nacionalistas
e independentistas con un sí a la independencia catalana, en cuyo caso y ya la
Generalidad en poder de ERC y su comparsa, vendría a continuación la declaración
unilateral de independencia que al no poder hacerse efectiva, tendría un
gobierno catalán en el exilio.
En el frente político
hay que ver por un lado las causas de la inacción del Presidente Rajoy y de los
titubeos de la oposición socialista. Habida cuenta de que todo lo situado a la
izquierda del PSOE sueña con volver a
los reinos de taifas, la batalla política deben darla con claridad, sin
ambages ni vías alternativas PP y PSOE que representan a la gran mayoría de los
españoles. La indecisión de Rajoy frente a la amenaza catalana se ha visto
personificada en la incapacidad de hacer cumplir las leyes del Estado y las
sentencias de los altos Tribunales. Solo cuando ha visto de cerca los cuernos
al toro ha echado mano de la muleta para liarse a capotazos que ni doblegan al
toro ni satisfacen al respetable. La proximidad de las elecciones europeas y la aceptación por parte del partido de Durán
i Lleida del texto y la fecha de la pretendida consulta, ha hecho mover ficha a
todo el PP que ahora sale en tropel a recorrer los rincones de la Cataluña
profunda para tratar de convencer en dos días d lo contrario a lo que lleva entrando en el subconsciente de los
catalanes durante años. Y todo esto sin hacer cumplir sentencia alguna de las
que afectan a la lengua o a la educación, sin amenazar con echar mano de los
resortes que la Constitución contempla y sin cortar el grifo al flujo constante
de dinero para alimentar la política de llegar al estado independiente por la
vía de los hechos consumados.
Artur Mas, promotor de una república catalana de corte fascista |
La salida de Rubalcaba
y sus voceros por derroteros que hablan de cambiar el modelo de Estado,
saltándose la Constitución que en su momento juraron, no inspira mucha
tranquilidad. El PSOE siempre cargará con el estigma del que se pasa al bando
contrario buscando su propio interés o beneficio; ya lo hizo en 1934 rebelándose
contra la República que en 1931 había contribuido a establecer. Los socialistas
no son socios de fiar y si no que se lo pregunten a l ex presidente Bush; y
ganar la batalla de Cataluña con aliados que en un momento determinado pueden cambiar
de bando no es precisamente lo que ahora se necesita. La cobarde actitud de no
presentar candidaturas en Cataluña al margen del PSC, perdiendo un fiel
electorado y dejando a éste que se desintegre y quede como partido residual es
claro indicio de que el PSOE no quiere desembarcar en Cataluña con una política
contraria a la corriente independentista y prefiere, desde la comodidad de la
oposición, nadar y guardar la ropa o poner una vela a Dios y otra al diablo.
El tercer frente, el
mediático, va a tener como desenlace una
derrota gubernamental en toda regla. El catalanismo desde los tiempos de Pujol
se ha ido incrustando en el sentir de la población autóctona y más peligrosamente
en la población inmigrante, donde la fe del nuevo converso supera en virtud a
la del catalán de raza. La imposición del idioma único y el mensaje
catastrofista del estado que nos roba y nos oprime, continuamente trasmitido
por todos los medios de comunicación, los oficiales y los miserablemente comprados,
ha calado de tal forma en los sectores menos dotados intelectualmente, entre
ellos el de los jóvenes, que es tarea imposible en lo que resta al 5 de Noviembre
la de convencer al electorado catalán
del timo de la estampita que Mas les está proponiendo. La televisión catalana
TV3 tiene una audiencia del 40,5% frente al 37,5% de Antena 3, 37,1% de RTVE-1,
36,2% de Telecinco, 21,2% de RTVE-2 y 7,2% de Intereconomía.
Si añadimos la inmensa
cantidad de medios de titularidad municipal y otros , en Cataluña se oyen 108
emisoras de radio, se ven 115 cadenas de televisión y se leen 17 periódicos en
papel y 11 digitales, todos ellos de titularidad catalana. Prácticamente todos
estos medios están al servicio del independentismo y debidamente subvencionados
por la Generalidad. Hasta los dos grandes, El Periódico y La Vanguardia han caído
en la tentación de inclinarse ante el que manda y no dudarán en cambiar de
señor si ello les produce beneficios. Vistas así las cosas, predicar en Cataluña
es como hacerlo en el desierto. Quizás lo conveniente sea predicar en los
Círculos económicos, Asociaciones de empresarios y similares, que es donde
pueden recoger y entender el mensaje, seguramente se encargarían ellos de
divulgarlo por su propio interés. También sería necesario ir cerrando todos los foros internacionales y
nacionales a Mas y sus embajadores. El aislamiento es lo que más puede asustar
a la burguesía industrial catalana y si ésta se espanta la batalla está ganada.
El tiempo nos irá despejando dudas.
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