CUANDO LA CIUDADANÍA PIERDE LA RAZÓN
La manifestación pacífica es un arma legal del ciudadano |
Me dejo para el final la noticia sobre la que pretendo
comentar que, no siendo la más importante, tiene la suficiente gravedad por
cuanto la voluntad del gobernante elegido democráticamente pretende ser
doblegada por una minoría ciudadana y la misma voluntad ciudadana está siendo suplantada
por la de una organizada extrema izquierda que deambula impunemente por la piel
de toro sin que Gobierno y fuerzas de seguridad los pongan a la sombra.
La obra de Burgos es una de las miles de ese tipo que hay
por toda España. El Gobierno socialista de Albacete nos privó de cientos de
plazas de aparcamiento en la calle para obligarnos a utilizar los aparcamientos
públicos, por cierto, una ruina. Luego el Gobierno del PP continuó con la
política del desplume y desplumados nos deja pintando todo Albacete de azul y
rojo. Bueno pues como decía, la obra de un bulevar en Burgos no es ninguna cosa
del otro mundo. Si sería algo corriente que los dos grandes partidos la
llevaban en su programa electoral, aunque ahora el PSOE se desmarque y justifique
su apoyo a la movilización ciudadana no en la idea sino en los métodos; una más
y además con su sello exclusivo. El PP ganó las elecciones con la promesa
de esa obra y ahora la lleva a cabo,
pero claro, la vecindad se queja, con o sin motivo, y la oposición aprovecha
para remover Roma con Santiago y echarla para atrás. Se convocan
manifestaciones pacíficas y ya de paso aprovechando que la extrema izquierda
está en comisión de servicio en Bilbao, se la invita a animar el cotarro en la
ciudad del Cid. A partir de ese momento en bulevar pasa a un segundo plano y lo
que importa es subvertir el orden y ganar en la calle lo que esa escoria jamás
ganaría en las urnas.
A estos salvajes les importa poco el bulevar |
Los argumentos de que es una obra muy cara cuando hay
recortes en sanidad, educación etc. es pura demagogia, un recurso fácil. Si dicen
que la obra es cara deberán justificar cómo y por qué. Si las plazas de
aparcamiento son una estafa, para eso están los tribunales. Si el adjudicatario
es sospechoso por ser amigo de quien sea, igualmente es asunto de la Justicia. Si
la movilización ciudadana tiene un trasfondo económico por el abusivo precio de
cada plaza de garaje, pues están en su derecho de protestar y forzar una
negociación. Si cada mañana hacen una ocupación pacífica de la vía pública,
pues a renglón seguido desalojo policial por su ilegalidad. Hasta este punto la
actitud de los vecinos podría considerarse razonable pero cuando estos mismos
vecinos utilizan a sus jóvenes como fuerza de choque contra la Policía y se
callan ante la barbarie de la ayuda prestada por bandas de extrema izquierda,
lo que antes era razón se ha convertido en una insensatez y una locura. Para
mañana ya anuncian sumarse a las manifestaciones y declararse en huelga el
colectivo de estudiantes. ¡Qué boda sin la tía Juana! dicen por mi tierra. Aquí
el caso es salir a liarla con cualquier insignificante escusa. La “Kale Borroka” que dicen los vascos,
exportada a todo el territorio nacional y mientras tanto el Gobierno hablando
solo de economía por orden expresa del Jefe.
Esta Entidad Bancaria ¿es culpable del bulevar? |
Bien mirado, deberían ser los mismos vecinos y no la policía los que acabaran con esta
situación. Si mañana devolvieran los estudiantes a sus aulas y no consintieran
que nadie acudiera con la cara tapada a cometer actos vandálicos, no habría
necesidad alguna de intervenir salvo para el desalojo pacífico de la calle a la
hora de comenzar la jornada laboral de la empresa adjudicataria. Como tales
responsables, deberían hasta correr con los gastos de los desperfectos causados
a propiedades privadas y públicas, para que
aprendan que ocupar la calle no puede salirles gratis si la organización del
acto no ha sido capaz de controlar la situación.
Mal vamos si estos grupúsculos se envalentonan y ganan el
pulso a la Autoridad y a la Justicia. Rajoy debería bajar de los cielos y
echarle un par de “güevos” al asunto. A éste y a otros muchos que a poco que se
les deje ya no habrá solución posible. El neofascismo de ETA y sus partidos
satélites y la no menos fascista comparsa catalana de Más van a tirar por
tierra todos los logros conseguidos en la economía. La rueda tiene varios
pinchazos pero Rajoy solo se centra en arreglar uno y por los demás fluye el odio, el
engaño y el fascismo en su versión Siglo XXI.
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