lunes, 29 de julio de 2013

DONDE DIJE DIGO, DIGO DIEGO

Hay algo más que el despiste de un hombre
Hace unos días comentando el fatídico accidente ferroviario de Santiago dejaba una ventana abierta para si por ella podía verse el más mínimo amago de sabotaje o acto vandálico. La declaración del maquinista manifestando su despiste en ese momento aclara mucho unas cosas pero oscurece otras muchas. ¿Cómo es posible que en ese tramo de vía, próximo a una estación con parada, no estén en funcionamiento los sistemas tan sofisticados de seguridad, esos que dicen ser los mejores del mundo mundial? No alcanzo a comprender cómo en tramos como este u otros similares, aún quedan al albedrío del maquinista una serie de decisiones que pueden ser de una gravedad tal que supere las mejores condiciones físicas y psíquicas de la persona . En este caso parece ser un despiste, pero igualmente se podría haber dormido o haberle dado un infarto o mil cosas más. ¿Quiere decir esto que nuestros afamados trenes de alta velocidad tienen una gran dependencia del personal conductor en muchos tramos del trazado? ¿Nos puede confirmar RENFE que si un maquinista se duerme lo va a detectar el sistema y va a haber, en todos los puntos de la vía, algo que permita conducir el tren a distancia?. A veces las prisas por inaugurar, siempre y por desgracia con los intereses políticos de por medio, son las responsables de que ocurran casos así. Habrá que investigar por qué no estaban todos los sistemas de seguridad instalados, quienes eran los responsables de ello y cuales las razones. Echar la culpa al maquinista es lo más fácil, ya lo ha hecho él mismo, pero se trata de saber por qué todo no estaba en su sitio y por qué hay tanta discrecionalidad en manos de los conductores de estas sofisticadas máquinas. Si todo se termina enviando a la cárcel al pobre Garzón (el maquinista, claro) se habrá cerrado en falso un asunto que requiere una investigación a fondo. Como estarán por medio os políticos esto se quedará en agra de borrajas.

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