domingo, 2 de junio de 2013

EL DIA DE "COSPELANDIA"



Cospeland Day


María Dolores de Cospedal es la única, de momento, capaz de dar la vuelta a la misérrima situación heredada de Bono y Barreda


El pasado viernes se celebraba el día de Castilla la Mancha, lo que antes se llamaba el día de “San José Bono”, luego de “San José Barreda” y ahora que somos más modernos y bilingües, “El día de Cospelandia” o “Cospeland Day”. Por lo visto se celebra el que un día desapareció aquello que llamaban Castilla la Nueva y se creó otra cosa, igual de insustancial, que se llamó Castilla la Mancha, para lo cual solo hizo falta dejar marchar a Madrid a cambio de hacerse con Albacete, que desde Alfonso X el Sabio era tierra murciana aunque a algunos les pese.

Lo que vino a continuación ya lo sabemos, la implantación de un nuevo régimen, esta vez socialista, que en veintiocho años de poder dejó la región más arruinada que en los cuarenta del régimen anterior. Creo que lo único que ha aumentado en tantos años es el número de políticos, el de enchufados y el de funcionarios. Se han ocupado conventos y palacios como si el gobierno de la región fuera una Orden Militar, se han creado en cada provincia escuelas de parados que llaman universidades y se han construido autovías del tipo de “bacheo continuado” que son manantial inagotable de jornales. Se ha construido un enorme aeropuerto en Ciudad Real para uso exclusivo de garzas y pelicanos en sus campañas migratorias y los hospitales han crecido como hongos, uno para cada cacique comarcal y algunos a tan solo veinte kilómetros de distancia. Se ha conquistado por fin el Alcázar de Toledo, que antes no pudieron, y después de desvalijarlo lo han convertido en biblioteca y museo de un ejército irreal vergonzosamente mutilado. La palabra prohibir abre el manualillo de cualquier aspirante a político, seguida por la de “agachar las orejas” y las felaciones virtuales son pasaporte hacia la cumbre del poder.


Convento de San Gil "Los Gilitos" sede de las Cortes castellano manchegas

Se instalaron en una ciudad donde la vida venia dada por el turismo de ojos rasgados y por ser dormitorio de Madrid. Incómoda para el viajero, mal comunicada con la región, cara, soberbia y estirada como cabeza de imperio que fue. Aquellos que se quejaban del imperialismo madrileño nos sometieron a otro imperialismo más déspota, altanero y humillante como el toledano. Hasta su fiesta de procesión bajo palio y toldos nos ha sido impuesta a cambio de otras de más arraigo popular; todo por el boato de mantilla, teja y bastón de mando, en compañía de los que perdonan los pecados, por si hicieran falta.

Hubo una vez unas instituciones de ahorro popular y finalidad social que se llamaban Cajas de Ahorro, algunas de las cuales nacieron ya en el Siglo XIX. Es esta región se crearon en los años de antiguo régimen una por provincia y cumplieron su función como tales hasta que el régimen socialista descubrió que podían serle útiles para otras finalidades menos nobles y más productivas. Y así fue. Comenzaron por agruparlas, a excepción de la alcarreña que era de signo político diferente. Crearon un mamotreto de entidad, con más sucursales que bares y más empleados que el ejército chino. La explotaron al máximo en su propio beneficio y el de sus allegados y al final la quebraron.



Los artífices de la ruina "se fueron de rositas"


Bien implantado el régimen socialista, ahora lo gobiernan los contrarios, con ligeros retoques superficiales sin llegar a modificarlo y mucho menos desmantelarlo. Por fin han tocado poder y no precisamente los que han estado llamando a la puerta durante años, que esos reposan en el cementerio de los elefantes políticos. Hoy se ha hecho con el poder una nueva clase de dirigentes cuya brillantez disminuye conforme se aleja de la única cabeza visible, ejecutora y pensante. Paniaguados como sus adversarios, inútiles por igual y soberbios con diferencia. Huidos del foro y encerrados en su cápsula hermética donde nada ven ni nada oyen. Pendientes del estado de ánimo del superior y en continua pelea de gallos no exenta de conspiraciones y traiciones.

El jueves tuve la oportunidad de participar en la tertulia televisiva “Calle Ancha” de Visión 6, programada para debatir sobre temas exclusivamente regionales como el balance político del “paso del ecuador” de la legislatura, la reforma de la ley electoral y el día de la región. Ante mi sorpresa, y me consta que fueron invitados, ningún representante del partido en el gobierno acudió a defender su postura frente a contertulios de signo político contrario, que lo tuvieron “a huevo” y lo aprovecharon. A excepción de un Diputado y un Senador nacionales que con frecuencia acuden al programa, nadie del partido sale a la palestra a defender el buen hacer de la formación ni aún egoístamente por defender su estatus. Aquí una vez se ha metido la cabeza lo importante es aparentar autoridad mirando por encima del hombro. El pueblo es algo necesario para ejercer su actividad pero siguiendo las doctrinas del despotismo ilustrado: “Todo para el pueblo pero sin el pueblo”, con la variante española de: “Algo para el pueblo …”.


Dimas Cuevas, Senador del PP; uno de los pocos que da la cara

Cada vez estoy más convencido de que el Partido Popular está empeñado en perder la batalla de la comunicación y con ella el contacto con el electorado. Lo de ayer en Visión 6 no es una anécdota sino una actitud habitual. La soberbia y prepotencia de las segundas y terceras filas les descalifica y la falta de visión de la primera fila, más pendientes de la adulación y el lucimiento, pone en riesgo el futuro del partido. El miércoles todos tenían algo que hacer. Me los imagino en Cuenca, limpiando cada uno los zapatos a su mentor y sembrando de pétalos de rosa el itinerario de la diosa para besar después donde se posaran sus ilustres pies. Mientras tanto la oposición a lo suyo, a hacer leña del árbol caído y del que está en pié, qué les da igual. Pues nada, a seguir vegetando, hibernando o huyendo de la realidad. Tenéis el mismo horizonte que vuestros antecesores socialistas, las oficinas del paro.

Paco del Hoyo "Opinión. El pueblo de Albacete" 02/06/2013

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