lunes, 15 de abril de 2013

EL PAJARITO DE VENEZUELA


MADURO Y EL PUCHERAZO



Cantó el pajarito que llevaba Maduro sobre su sombrero de paja y del que decía que era el alma del comandante Chávez, que le trasmitía las órdenes para mantener la revolución socialista bolivariana. Es el mismo comandante, decía, el que habla por el pico del pajarito. Esta esperpéntica salida solo es comprensible en el entorno de esas repúblicas bananeras de origen hispano y, sin salir de casa, en la Andalucía de Gordillo.

Maduro ha hecho la campaña en nombre de su difunto jefe pero no todos los venezolanos se creen lo del pajarito y así, a Maduro y a su difunto jefe solo le han votado supuestamente la mitad de los compatriotas; la mitad y un poquito más que es lo que ha servido al conductor de autobuses a proclamarse de inmediato conductor de la revolución.

 
Es curioso como utilizan en Venezuela las barras estadísticas, visto de esa forma los rojos han barrido a los azules; será cosa del pajarito. Esta imágen define la catadura del bando chavista.

Su oponente, el señorito Capriles, del que murmuran los chavistas que no conoce hembra, no se traga ni el cuento del pajarito ni ese 0,66% que sobrepasa a la mitad de los votos; es más ha denunciado públicamente cientos de casos en los que la policía y el ejército han obstaculizado el ejercicio de control de los opositores. Es el eterno problema de las repúblicas bananeras sudacas; uno dice que ha ganado y el otro que no es verdad; al final, el que más cerca tiene el “Primo de Zumosol”, a base de mamporros se lleva el gato al agua.

Las prisas por tomar posesión del cargo son las sospechas más fundadas de que se trata de un pucherazo y que las reclamaciones, como se dice en España, al maestro armero. La duda del ministro de exteriores García-Margallo no solo son lógicas sino fundadas aunque también podía haberse callado siquiera para que la rojería hiciera lo mismo. Son para descojonarse de risa las declaraciones del caballista Bono que dice que el proceso electoral ha sido impecable. Me gustaría saber dónde han pasado los observadores españoles las jornadas previas a las elecciones y desde que finca oyeron el recuento de los votos, oiga, que los de aquí no creemos en los pajaritos salvo algunos de allí abajo.

La república socialista bolivariana tiene su homóloga en España, la república “cayolariana” que ayer se manifestaba en la calle aprovechando el buen día de primavera. Que no se confundan, que muchos de los de ayer no iban por la república sino porque van a todas las “manifas”, muchos incluso con el bocadillo pagado. Es lamentable que quien más está haciendo por la república es la casa real que no acierta a desprenderse de él y de ella. La situación no da para más, o divorcio o renuncia a los derechos dinásticos y borrón y cuenta nueva y, sin necesidad de abdicar, ir soltando rienda para que el sucesor enderece la situación. De todas formas, aunque la república “cayolariana” llegase algún día, su mentor al igual que Moisés se quedará en la travesía del desierto sin entrar en la tierra prometida.


Paco del Hoyo
"Arriba Periscopio" 15/04/2013

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