Los Bancos de Alimentos de toda España ha lanzado una
campaña para recoger hasta 10.000 toneladas de comida este fin de semana
Se Acerca la Navidad y copiamos de los papanatas americanos
Igual que no hay
western americano que se precie en el que no aparezca un tren, no hay película
americana navideña en la que no aparezca un pobre. Parece como si nuestra
conciencia dejara de ser atemporal y solo pide tranquilizarse en fechas significadas.
Los pobres tienen necesidad de comer todo el año, no solo en estas fechas y la
labor de los Bancos de Alimentos es encomiable aunque las campañas debieran ser
permanentes. Una de cada ocho personas de este insolidario mundo mundial se va
a dormir sin haber ingerido el mínimo necesario de alimento pero mientras los
ciudadanos, organizados en diversas asociaciones, ONG, etc. buscan la forma de
paliar esta carencia, los Gobiernos del mundo civilizado piensan únicamente en
la explotación de los bienes del tercer mundo sin preocuparles el hambre de los
expoliados. Se siembran cereales para autoconsumo y a los pobres africanos o
asiáticos se les venden semillas que solo sirven para una cosecha, creándoles
una dependencia para seguir cultivándolos.
Hay un proverbio chino que dice “Da un pez a un hombre y comerá un día. Enséñale a pescar y comerá todos los días”. Con la recogida de alimentos, por muy generosa que esta sea, pueden paliarse temporalmente las necesidades del tercer mundo pero no es esta la solución. La explotación económica de que son objeto debe compensarse al menos con la más básica tecnología que les permita tener agricultura y ganadería de subsistencia y una industria elemental capaz de cubrir sus necesidades mínimas. Claro que, cuando los países del tercer mundo tengan comida de sobra y ya puedan dedicarse a pensar en otras cosas, los intereses del explotador mundo occidental correrán peligro. Hace tiempo que nació un nuevo modelo de esclavitud. Ya no hay barcos negreros, ahora los hacen esclavos en su propia tierra.
Hay un proverbio chino que dice “Da un pez a un hombre y comerá un día. Enséñale a pescar y comerá todos los días”. Con la recogida de alimentos, por muy generosa que esta sea, pueden paliarse temporalmente las necesidades del tercer mundo pero no es esta la solución. La explotación económica de que son objeto debe compensarse al menos con la más básica tecnología que les permita tener agricultura y ganadería de subsistencia y una industria elemental capaz de cubrir sus necesidades mínimas. Claro que, cuando los países del tercer mundo tengan comida de sobra y ya puedan dedicarse a pensar en otras cosas, los intereses del explotador mundo occidental correrán peligro. Hace tiempo que nació un nuevo modelo de esclavitud. Ya no hay barcos negreros, ahora los hacen esclavos en su propia tierra.
Francisco del Hoyo, articulista del diario EL PUEBLO de Albacete. Las dos caras de la noticia Sábado, 30 de noviembre de 2013
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