Volvemos al horario que nos corresponde
La
Comisión de Igualdad del Congreso va a solicitar del Gobierno que estudie la
posibilidad de adaptación del horario actual español al que geográficamente le
corresponde que es el del meridiano de Greenwich y el que tienen en Canarias.
Con ello pretende aproximarnos a nuestro entorno geográfico y sentar las bases
para una adaptación de los horarios y el modo de vida a lo que ahora se lleva
en la UE. La globalización impone cambios de formas y costumbres que permitan
llevar una vida más equilibrada, más racional, más cómoda y más familiar.
El
horario actual, impuesto por Franco en 1940 por razones que no viene a cuento
discutir, se mantuvo con los años a excepción de las Islas Canarias. Ya
en la I Guerra mundial se comenzó a hacer el cambio dos veces al año para
aprovecha mejor la luz solar. En España el cambio se implantó en 1974 y desde
el año 2000 en toda la UE estableciéndose las mismas fechas para todos
los países miembros.
El
Ministro de Economía ha afirmado que no va a quedar en saco roto y que se va a
estudiar el proceso y por su parte el Ministerio de Sanidad, Servicios
Sociales e Igualdad junto con la Federación de Municipios y Provincias van a
implantar en cambio en doce municipios piloto, cambio que no solo se
limitará a la hora sino a los horarios laborales y otros aspectos de la vida
diaria.
Husos horarios europeos |
Como
siempre, basta que lo diga el Gobierno para que la oposición vaya a la
contra según aquello de “de qué se habla, que me opongo”. El PSOE y IU se
abstuvieron en la votación de la Comisión de Igualdad del Congreso;
primero porque no pueden ponerse en contra de algo tan racional, segundo porque
les molesta que sea un partido de derechas quién afronte este asunto para
adaptarnos al entorno y conciliar la vida familiar, alcanzando cuotas de
igualdad que no consiguieron los que más las pregonaron y participaron
en el gobierno anterior. Por otro lado están los que se oponen porque dicen que
es una barbaridad que en Barcelona se haga de noche a las cuatro de la tarde
actuales.
Para
unos y para otros argumentos sobran. Para estos últimos, recordarles que el sol
sale y se pone cuando le toca, luciendo en inviernos menos tiempo que en
verano. El horario lo ponemos nosotros. El hombre primitivo no tenía reloj. Se
levantaba al alba y se recogía al ocaso; muchos animales lo siguen haciendo.
Somos nosotros los que hemos impuesto un horario para regir nuestro complicado
mundo pero yo conozco mucha gente del medio rural que no utiliza para nada el
reloj y se rige por la posición del sol.
Para
los primeros, no se trata de un cambio de horario sin más; de hecho lo
que en verdad se pretende puede hacerse igualmente sin cambiar de hora, porque
de lo que se trata es de cambiar de costumbres y adaptar nuestro ritmo de vida
al todos nuestros vecinos, aunque ello conlleve una pérdida de parte de nuestra
identidad y nuestra forma de vida. Lo que pretende la Comisión para la
Racionalización de los Horarios, es cambiar en profundidad las costumbres
laborales de los españoles, estableciendo las jornadas continuadas con un breve
descanso para comer y conciliar la vida familiar facilitando con ello una vida
mejor compartida que ayude a la vez a mejorar el índice de natalidad.
Bien por Forges. Ni empresarios ni políticos. esto ya es cosa de los Reyes Magos |
Decía
el portavoz del PP Alfonso Alonso que en España hay un problema de
competitividad y calidad de vida. No por estar más horas en el trabajo se rinde
más; a veces ocurre todo lo contrario. El horario español no ayuda a
tener una mejor calidad de vida sino a ir siempre de cabeza, estresados, sin
apenas tiempo libre para dedicar a hobbies o a la familia. Las jornadas
partidas en España son nefastas. Cuando un trabajador tiene que hacer un receso
en sus actividad con una duración de dos y hasta tres horas, no solo tiene
tiempo para comer sino también para aburrirse porque el resto es tiempo muerto,
que de ser jornada continuada, comería en treinta o cuarenta minutos y seguiría
trabajando, adelantando la salida y teniendo la oportunidad de disfrutar de su
familia o sus aficiones.
No
tiene sentido alguno que comercio comience su actividad a las diez de la
mañana, haga un corte de tres horas al medio día y luego permanezca abierto
hasta las ocho o las nueve de la noche. Menos sentido las grandes superficies
comerciales con doce horas laborales pero igualmente a partir de las diez de la
mañana, con mil turnos diferentes, multitud de horas muertas y a veces
imposibilidad total de plantearse la formación de una familia por la cantidad
de elementos incompatibles. El comercio en los países de la UE abre a las ocho
y cierra a las seis de la tarde generalmente. Durante esas horas no se cierra y
el personal se turna para comer en periodos de media hora o poco más.
En
España Iberdrola ha sido la primera gran empresa en adaptar los horarios al
sistema europeo, de 7:30 hasta las 15:30 con un margen flexible de media hora y
reconocen que ha aumentado considerablemente la productividad. Poco a poco se
irán convenciendo de que este es el futuro a pesar de que cada día sean menos
los que puedan echarse la siesta. Un matrimonio que trabajen los dos y tengas
horarios flexibles pueden permitirse el que entra después llevar a los niños al
colegio y el que sale antes recogerlos y a partir de las cinco o las seis de la
tarde ya está toda la familia en casa.
Si llegásemos a esta situación idílica España sería diferente |
No se
trata pues de cambiar una hora arriba o abajo. Se trata de cambiar nuestra
forma de vida y va a ser en las ciudades donde antes se empiece a notar, lo que
ha de ahondar más en la diferencia del mundo urbano y el rural ya que en este
último los cambios siempre son más lentos y las necesidades muchas veces
distintas.
Veremos
cual es la experiencia de esas doce poblaciones piloto y confiaremos en que
todo esto no se quede solamente en una idea y se haga realidad. Va a ser
necesaria la complicidad de empresas y trabajadores y sobre todo de una nueva
legislación para la actividad laboral y la conciliación familiar. No es proceso
de un día pero es imparable. Adiós a los largos almuerzos, comidas copiosas,
horas muertas, siestas, tapeo vespertino, telediarios que terminan a las
once de la noche y películas que empiezan a esa hora. Estamos en Europa,
nos están colonizando económica y culturalmente. Es el precio por seguir en la
UE. Suerte para los catalanes que como quieren empezar a partir de cero, le
pondrán hora de salida al sol y la celebrarán cogidos de la mano formando
círculos y bailando sardanas. Españoles, Europa ha vuelto.
No hay comentarios:
Publicar un comentario