Y CARMONA SE QUEMÓ
Lo predije ayer pero no contaba
con que fuera a ser tan inmediato, Carmona puso las manos en el fuego y se
quemó, vaya que sí.
Pedro I el Breve, lacayo que fue
de la Sultana de Sevilla, estaba harto de que le segasen la hierba bajo los
pies y ha dado un puñetazo en la mesa aplastando a la mosca cojonera de Tomás Gómez. Un golpe de autoridad, una
imprudencia, una salida desesperada, un oportuno anticipo a lo que pudiera
venir; quién sabe, pero ya no hay vuelta atrás, a lo hecho pecho.
Tomás Gómez era un difícil
candidato en una coyuntura electoral difícil. El escándalo del tranvía de Parla
podría estallar en cualquier momento y llevarse por delante a caballo y
caballero, aunque no creo que sea esta la única razón del golpe de timón de
Pedro Sánchez sino que habrá seguramente razones ocultas que él conozca y le
hayan aconsejado darlo antes de que fuera más tarde. Tomás Gómez dice que no
tira la toalla y que va a pelear. Esto sí que es preocupante porque lo que
menos necesita el PSOE en estos momentos es la escenificación de la ruptura en una
federación tan importante como la madrileña y en plena campaña electoral.
Pedían hoy los del PP que
aplicase Sánchez la misma receta en la Cueva de Alí Babá de Andalucía y llevan
razón, que no son lo mismo los doscientos millones de más del tranvía de Parla
que los tres mil millones que lleva descubiertos la trama de los ERE y los cursos de formación y por los que hay
imputados más de doscientos dirigentes y
ex dirigentes del PSOE andaluz, con dos ex Presidentes autonómicos esperando
que el Supremo se desperece de la eterna siesta y les interrogue. No aplicar la misma vara de
medir en Andalucía tiene su explicación porque Pedro Sánchez tiene claro que no
debe morder la mano que le da de comer pero con ello no justifica que el
tranvía sea el asunto capital para descabezar a Tomás Gómez.
Vaya principio de precampaña para
Carmona; imagino que no debe saber dónde meterse pero no cesa de persistir en
el error y sigue apostando por su amigo y mentor al tiempo que se enfrenta al
aparato de Ferraz. Mala suerte la suya; solo le falta que Rajoy se desperece
también y nombre candidata a Esperanza Aguirre, en cuyo caso Carmona tendrá que
volver a las tertulias televisivas a lamentar su mala suerte.
En el PP deben estar eufóricos y
no digamos en Podemos que ahora sí que se ven como primera fuerza de oposición
ante una victoria del PP. Dada la situación de guerra civil interna que afecta a los dos Partidos mayoritarios de
izquierda, PSOE e IU, el elector va a mirar más aún a la izquierda y es posible
que vea en el monolitismo del politburó de Podemos la autoridad
que mantenga la ortodoxia del
neocomunisno y garantice la salida a
esta vergonzante situación.
El PSOE no ha sido capaz de
encontrar un sustituto de peso a Felipe González y aunque el experimento
Zapatero les mantuvo los bolsillos llenos durante siete años, cuando llegan las
vacas flacas y los reparto escasean, la lucha por el cargo y la poltrona se
endurece. Esta es la situación y este es el riesgo; otros vendrán que buenos
les harán. Podemos está en ello.
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