Los ganadores del 2015 |
LOS “GOYA”, IGNOMINIA Y
DESCRÉDITO
Nunca he sido capaz de aguantar
el desfile de vanidades de los Premios Goya, gente de la farándula acostumbrada
a vivir del cuento y de la subvención, que tan generosamente han recibido de los
gobiernos socialistas especialmente del pérfido Zapatero, el cuyo honor toda
esta chusma puso de moda la ceja.
El cine español es cultura o no
lo es, criterios hay de todos, pero lo que sí es cierto es que el cine es una
industria. Hollywood es el centro de la
potente industria cinematográfica americana y no creo que sus estrellas estén
pendientes de si la Administración americana les ayuda o subvenciona. Allí se hace
y se vende cine, se trabaja, se triunfa o se fracasa pero nadie achaca lo uno o
lo otro a la gestión del Estado. Las productoras americanas “Metro Goldwyn
Mayer”, “Warner Bros. Pictures”, “Paramount”, “Columbia”, “Universal”, “Disney”
etc. etc. han creado arte, cultura, han extendido por el mundo la
cinematografía y la cultura americana, han luchado por sobrevivir, han
innovado, se han adaptado a los nuevos tiempos, premian a los mejores con los
Premios Oscar, unas estatuillas concedidas por la Academia de las Artes y las
Ciencias Cinematográficas desde 1929 y no conozco que lo hayan hecho gracias a las
subvenciones del Tío Sam.
“Spain is different”. Aquí había que copiar lo que hacían los
americanos y hacer pasear a nuestras estrellas por la alfombra roja, rodeadas
de glamour y vestidas de alquiler muchas de ellas. Para eso, en plena
efervescencia socialista y equiparando cine/cultura/adoctrinamiento, se instauró
en 1987 el premio cinematográfico “Goya” para premiar sobre todo, no a la
inteligencia ni al trabajo bien hecho, ni a la película más taquillera ni a la más
reconocida internacionalmente, sino a la película que más ridiculizaba al
régimen anterior o mostraba el submundo de lo residual, al maricón, al yonqui,
al terrorista, a la putilla del destape, a los tontos de solemnidad Pajares,
Esteso y Ozores etc. etc. Hasta Zapatero en 2005 acudió a la entrega de los
Goya poniendo de moda la ceja del mamoneo. En España el cine no ha hecho
cultura sino política. Vio en los manirrotos socialistas el maná de cada día y
se sumó a la causa y hasta tal punto fue tal la decadencia que las salas de
cine español quedaron vacías y las recaudaciones ruinosas.
!Qué boda sin la tía Juana! |
Parece ser según la crítica que
en los dos o tres últimos años la inteligencia está volviendo al cine; yo no lo
veo así pero respeto a los que entienden, pero renazca o no un nuevo cine, lo
que no es asumible por una sociedad en crisis es que el dinero de los españoles
pueda servir para montarles la fiesta y hacerles vivir en un mundo de lujo, frívolo,
banal, improductivo y parasitario. Si enciman salen a escenario a hacer política
a cara descubierta, insultando a los Ministros de la cosa que representan a
todos los españoles, el dislate me parece insoportable y bochornoso. Nunca me
gustó el cine de Almodóvar y menos el de ahora y me importa un bledo si le dan
un Oscar, un Goya o le dan por retambufa; me da igual, pero no puedo
consentirle, como ciudadano que pago impuestos, que con mi dinero salga a la
palestra a insultar al Ministro Wert o a cualquier otro que en ese momento represente
al Estado, solo por el hecho de que mientras en la calle cinco millones de
españoles estén sin trabajo y muchos miles sin nada que llevarse a la boca,
unos cuantos señoritos y m... de m…, reclamen para su casta una vida de lujo y
esplendor pagada por el común de los mortales españoles.
Wert ganaría el cielo si suspendiera el pienso a "La Academia" |
Si quieren trabajar en la
industria del cine que hagan lo que cualquier empresario español, crear un
producto de calidad y venderlo; luchar por conquistar el mercado dentro y
fuera, arriesgar, pasar malos ratos y dormir poco, y no precisamente por ir de
copas en la “nuit” madrileña o marbellí. Pero de que sea papá Estado quien
mantenga a toda esa milonga de adoradores de su ombligo ni hablar. Y ya no solo
porque se dediquen a hacer política a favor de la rojería sino porque su
inutilidad manifiesta les hace acreedores y con razón de la falta de reconocimiento y consideración de los
ciudadanos españoles y de los círculos internacionales.
Goyas, sí, los que quieran, pero
que se los paguen ellos.
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