miércoles, 18 de febrero de 2015

IMPUTADO NO IGUAL A DIMITIDO





IMPUTADO NO IGUAL  A DIMITIDO

(I =/= D)  Esta es la fórmula matemática que se utiliza hoy en el PSOE  con el asunto de Chaves y Griñán, aunque no hace mucho la Sultana de Sevilla dijera lo contrario, es decir que (I = D). Luego resulta que en Sevilla no dicen lo mismo que en Madrid. Allí en la capital del reino se aplica otra fórmula menos comprometedora: (I + P = D),  en la que se añade la incógnita “P”, que significa procesamiento.  Con esta fórmula Pedro I el Breve, lacayo que fue de la Sultana de Sevilla, se cura en salud y da tiempo al tiempo en la confianza de que el Supremo archive la causa. Si el alto Tribunal no lo hiciera y despejara la incógnita “P”, Chaves y Griñán presentarán la dimisión, pero para entonces habrá llovido mucho y a saber quién estará al frente del PSOE.

Hoy estoy haciendo zapping por las diferentes tertulias para ver qué opinan los tertulianos de pago (el jueves estoy yo en “Visión 6” pero no cobro) sobre el asunto de Chaves y Griñán y todas las discusiones se centran en si se les ha imputado con delito o sin delito, lo que conllevaría o no la dimisión o, si fuera como fuere, solo por haber sido imputado deberían dimitir. Los mismos dirigentes socialistas se contradicen, vuelven a dar un espectáculo penoso y están echando de comer al adversario en vez de restringirle el pienso.



A mí me da lo mismo si Chaves y Griñan dimiten o no. Estoy convencido de que sin su conocimiento y autorización o vista gorda no se podría haber creado la Cueva de Alí Babá andaluza, igual que estoy convencido de que Chaves y Griñán van a salir del Supremo libres de cargos, sacando pecho y descojonándose de risa  del resto de los españoles. Caerán los segundos y los terceros pero no ellos. Ya lo vimos cuando el  “Señor X” de los Gal estuvo en la cuerda floja;  al final fueron a la cárcel  Barrionuevo, Vera, Sancristobal, García Damborenea y unos cuantos policías de élite. El “Señor X”, con lágrimas de cocodrilo, fue a la puerta de la cárcel de Guadalajara a despedirlos.

Igual da que  Chaves y Griñán se empeñen o no en mantener su aforamiento, al fin y al cabo ellos no van a caer. El Tribunal Supremo no los va a procesar. Se va a limitar a marear la perdiz hasta que el horizonte político se aclare y luego archivará la causa contra los dos y dejará en manos del Tribunal Superior de Justicia y de los Juzgados ordinarios  andaluces la suerte del resto. El Tribunal Supremo y la casta política tienen un pacto de no agresión; “hoy por mí, mañana por ti” como reza en los cementerios. La casta propone los nombramientos del Supremo y los magistrados elegidos, como bien nacidos son agradecidos.


la Juez Alaya, la mujer más fotografiada de España
 Pero en el caso de que  Chaves y Griñán dimitieran de sus cargos y no fueran aforados ni en Madrid ni en Sevilla y tuvieran que ser encausados por los jueces sevillanos, se harían reformas en las puertas de los juzgados para que entrasen por una y salieran por otra. ¿Qué juez de Sevilla se va a complicar la vida condenando nada menos  que a los bandoleros del Siglo XX?, ¿va a haber algún juez de Sevilla que convierta la “Cueva de Alí Babá andaluza” en cárcel para  los cuarenta ladrones?. Jueces como Mercedes Alaya no abundan, son la excepción, pero claro, la juez Alaya  instruye, no juzga. Por mucho que deje los folios del legajo atados  y bien atados, cuando salgan de sus manos se descoserán y repartirán entre cuantos más jueces mejor. Al final, si en alguno de los folios aparece un fulano que pasó por Mercasevilla y robó una gallina, ese será el chivo expiatorio que pague por todos. Es España, señores. Aquí robar está poco penado pero en cambio está muy bien visto.


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