Menos para los dirigentes de la izquierda que mandan a sus hijos a la privada |
Comienzan hoy y hasta el jueves las movilizaciones
estudiantiles contra la ley Wert, ¿qué opina?
Que son los mismos de siempre
El caso es hacer ruido. La izquierda confunde la razón con el ruido y a
mayor griterío creen tener más razón. Lo mismo de siempre y los mismos de
siempre. Veo la lista de convocantes y entre ellos destaca la FAEST (Fed. de
Asoc. de estudiantes progresistas), CEAPA (Conf. Asoc. padres y madres), MRP
(Movimiento Resistencia Progresista), STRES-i que no sé quiénes son, quizás se
trate de algún movimiento de estudiantes estresados por la Logse, los
anarquistas de CGT, socialistas de UGT y comunistas de CCOO, es decir la
izquierda en pleno; el frente popular, ese que Rubalcaba espera que sea
su salvavidas.
La izquierda entre otras cosas es aburrida. Siempre hace lo mismo. Cuando
gana se dedica a robar y gastar y cuando pierde a hacer ruido en la calle;
siempre igual. ¿Pensar en España?, no les importa España; ¿pensar en el
futuro?, que va, ellos viven al día; ¿respetar la voluntad popular?, ni mucho
menos, lo que pierden en las urnas pretenden ganarlo en la calle con métodos
revolucionarios; ¿respetar la opinión del contrario?, ni hablar, el contrario
siempre es un fascista; ¿han recreado el frente popular contra la derecha?,
consecuencia del odio que les embarga por saberse perdedores de su revolución,
de su lugar en la sociedad moderna, por vivir en la utopía; ¿una idea
brillante, un razonamiento lógico, una acción socialmente meritoria?,
nada de nada, ellos a lo suyo, al ruido.
Me consuela pensar que hay otra izquierda, necesaria e inteligente, que
calla y aguanta, que piensa y sufre en silencio, ¿cómoda o acobardada?,
los desmanes de los locos y desbocados radicales. Quiero pensar que cuando esto
llegue a determinados niveles, que llegará, habrá alguien que levante la voz y
ponga freno a esta galopante locura.
Lo de la huelga de estudiantes, padres, maestros y conserjes es lo menos
trascendente. Lo importante es el trasfondo de una situación en la que parte de
la izquierda y todo el nacionalismo se han conjurado para hacer saltar por los
aires lo que unos pocos elegidos, equivocados pero de buena fe, redactaron a
finales de los setenta para que nos permitiera vivir en armonía y en paz. Lo de
la huelga no tiene importancia.
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