lunes, 28 de octubre de 2013

FERIA DE TRADICIONES DE YESTE

Castillo de Yeste, pieza fundamental en la Feria de tradiciones

Yeste y sus tradiciones. La sorprendente Sierra del Segura


Cuando esto que escribo salga a la luz estará dando sus últimos coletazos la Feria de Tradiciones Populares de Yeste en su decimoquinta edición. Como reza en el cartel de presentación de la misma: “Trabajamos con la ilusión de mantener las costumbres, cultura y raíces de nuestro pueblo”, no es tarea fácil conservar formas de vida a veces tan opuestas a lo que la nueva sociedad impone y que no tienen aplicación práctica en la actualidad sino es el mérito de mostrar a las nuevas generaciones qué hacían y cómo vivían sus abuelos y de dónde procede el bienestar que ahora disfrutan frente al sacrificado e incómodo día a día que ellos vivieron.
Es un medio rural en el que el aislamiento ha favorecido que se mantengan intactas viejas tradiciones y donde la difícil geografía ha impuesto durante siglos unas duras condiciones de vida donde el hecho de sobrevivir en ella ya era la meta más codiciada. Es esta una tierra cargada de historia que sufrió  los rifirrafes y vaivenes de la indefinida frontera con los últimos reinos musulmanes, permitiendo al resto de Castilla la expansión demográfica y económica que a ella le fuera negada por su condición de bastión defensivo frente a las frecuentes incursiones y saqueos de los caudillos granadinos y por el sometimiento a la opresión social-religioso-económica de la Orden de Santiago cuyo poderío superó con creces el despotismo del sistema feudal aún reinante.
Yeste, maqueta de la ciudad amurallada
Desde 1242 en que el Infante Don Alfonso, luego Alfonso X el Sabio, conquistara para Castilla la plaza de Yeste y otras del entorno hasta la toma de Granada en 1492, fueron dos siglos largos de disputas fronterizas, correrías y peligros para la población hasta el punto de que la Encomienda de Taibilla quedara desierta. Mientras las tierras al norte de Yeste con la real Villa de Alcaráz y las situadas al saliente una vez conquistado el Reino de Murcia se fueron poblando y creciendo con una economía basada en la riqueza agrícola y ganadera y en la naciente industria de la lana, la sierra alta del Segura apenas pudo mantener una economía de subsistencia exponiendo sus cosechas y ganado a la codicia de caudillos como El Chucho, un renegado de Baza que asoló en numerosas incursiones las tierras de Yeste hasta encontrar en las mismas su trágico final.
Fue a partir de la conquista de Granada cuando la sierra del Segura, estabilizada políticamente aunque sometida algunos siglos más al poder de la Orden de Santiago, aumentó en población gracias al repoblamiento de castellanos venidos al amparo del beneficioso Fuero de Cuenca y con ello el desarrollo económico que, en el caso de Yeste, permitió ir más allá de los alrededores de la villa amurallada y explotar la rica vega del Segura con su huerta, sus molinos y batanes, así como los  montes para pastos que permitieron extender la cabaña y la madera que se transportaba río abajo hasta las numerosas serrerías.
Vista parcial de Yeste desde el castillo
La orografía y la sujeción a la tierra, al bancal y al ganado limitó considerablemente el contacto con el exterior y libró de influencias foráneas a esta zona de la Sierra del Segura lo que permitió que hayan llegado hasta nuestros días usos y costumbres, arte y tradiciones, que en otros pueblos del llano han desaparecido y que aquí se empezaba a correr el riesgo de hacerlo, tanto por el despoblamiento como por el envejecimiento de la población.  Este peligro real de pérdida de identidad movió a la población de Yeste a celebrar una Feria de Tradiciones Populares, que a poco copiaron en Nerpio o El Bonillo, con el propósito de mantener lo existente y recuperar lo perdido.
Un mercadillo agroalimentario de productos elaborados artesanalmente, jabón de sosa, garbanzos torraos, dulces, aguardiente, mistela, licor de café, esencias, embutidos y jamones, pan, hojuelas, pimientos enristrados, etc. No puede faltar una demostración de oficios artesanales ya en desuso o casi desaparecidos, productos y cestería de esparto y mimbre, fragua tradicional, telares, bordados, herramientas en madera y hierro etc.
La gastronomía de la Sierra del Segura es rica y variada y en esta ocasión el visitante habrá disfrutado de las clásicas migas y del potaje bochero. La influencia musulmana se deja ver en la elaboración de repostería. Muchos de los dulces que aún se hacen fueron aprendidos durante los  casi quinientos años de dominación musulmana. La matanza del cerdo, común en toda España pero diferente  en la elaboración de los productos derivados del mismo, es también objeto de exposición didáctica, no exenta a veces de contestación por parte de grupos ecologistas de asfalto.
La música está presente constantemente en la feria. Las cuadrillas de animeros y aguilanderos recorren las calles deleitando al viajero con su música de cuerda y percusión en seguidillas, jotas, malagueñas y pasodobles.
Patio de armas del castillo, dedicado a los oficios
Al final del recorrido habremos aprendido mucho y contemplado con admiración cómo hay jóvenes que están retomando viejas actividades, no para vivir de ellas sino siquiera por mantenerlas vivas. Habremos visto el ganado lanar, bovino y caprino que aún pervive, los animales de carga y trabajo en el campo, asnos y mulos, caballos, los famosos perdigones de la Sierra. Después de recorrer el museo etnológico tendremos una visión distinta de cómo se trabajaba o hacían las cosas a lo largo de siglos.
Seguramente habremos quedado un poco insatisfechos, como si nos faltara algo, es ese algo que nos invita a repetir en la edición siguiente porque, a pesar de quién dice que cada año es lo mismo, lo cierto es que siempre hay algo nuevo, detalles, personas, productos. Todo depende de nuestras ganas de saber y entender los cómos y porqués. A veces pasamos por la vida con los ojos muy abiertos sin apenar ver nada. A la Feria de Tradiciones de Yeste hay que venir con los cinco sentidos  muy abiertos y además hacerles funcionar.
Paco del Hoyo. "Opinión El Pueblo de Albacete" 27/10/2013


No hay comentarios: