lunes, 28 de noviembre de 2011

CUANDO TODO COINCIDE





CUANDO TODO COINCIDE



Queridos lectores, recluído en la “suite” 206 del Hospital Universitario “Internacional” de Albacete, lo más parecido a una trampa para leones en la selva por lo fácil que es entrar y el trabajo que cuesta salir; esto que aquí os cuento os va a resultar próximo e incluso familiar y además no es algo que ocurre solamente en nuestra pequeña comunidad local; todo lo contrario, mi planteamiento bien podría referirse a cualquier lugar de nuestra variada Geografía.

Hay elementos en nuestra sociedad que cuando funcionan dentro de la normalidad o cumplen escrupulosamente la finalidad para la que están creados, conducen a un estado bienestar y de paz social que todos apreciamos y disfrutamos, pero cuando estos dejan de ser ideal de comportamiento o se baja la guardia en el cumplimiento de la obligación, puede darse que la coincidencia de todos ellos conduzca a todo lo contrario.

EL PRIMERO:

Hay miles de pequeños negocios repartidos por nuestros pueblos que generan sustanciales cantidades de dinero en efectivo, cantidades que buscan a diario el refugio bancario donde lo hay, que no en todos los lugares y lógicamente no a todas las horas.

La combinación bar, estanco, loterías del Estado se da en cientos de pueblos españoles, con o sin Banco, con o sin Guardia Civil, con o sin cajero automático para ingresar.

El tabaco se paga cuando se hace la saca, semanal o quincenalmente y las apuestas del Estado se liquidan semanalmente. Aunque estos establecimientos hagan su ingreso diario en el Banco o Caja al final de la mañana, siempre acumularán un remanente de lo recaudado por la tarde y noche que habrán de poner a buen recaudo, cada uno con los medios disponibles. Las máquinas tragaperras, que se abren periódicamente y los bienes en especie como cajas de tabaco y de bebidas son también un elemento de riesgo que hay que vigilar, ¿de quién?, pues de los amigos de lo ajeno, los ladrones, que siempre los hubo, los hay y los habrá.

En muchos casos no se cuidan los detalles y las precaunciones son mínimas. Se hacen los ingresos cada día a la misma hora, se deja ver lo que hay en la caja, se comentan ciertos detalles delante de desconocidos, no se adoptan medidas de seguridad bien visibles etc. etc.

El SEGUNDO

La emigración está en el origen de la humanidad. El mundo se pobló gracias a los movimientos migratorios que desde África surgieron, extendiéndose por Asia, Europa y América y llegando, en un alarde de valentía no exenta de curiosidad, necesidad o casualidad, a poblar las más recónditas islas oceánicas.

La Península Ibérica fue desde tiempos remotos lugar de paso y de destino. Nos invadieron desde el Mediterráneo fenicios, griegos, cartagineses y romanos; desde África los árabes y desde Europa celtas, suevos, vándalos, alanos y godos. Unos permanecieron más que otros pero todos dejaron su poso en esta vieja piel de toro.

No hace tanto que se fueron los últimos, algo más de cinco siglos y ya los tenemos aquí de vuelta otra vez. Desde luego no como vinieron entonces sino de forma pacífica, arrastrados por la necesidad y la esperanza. No solo los magrebíes sino también los subsaharianos, el África negra a la que fuimos de excursión los europeos y volvimos cargados de trofeos, de oro, de diamantes y de olvido. Del Continente americano hoy nos devuelven el salto que allá dimos a finales del siglo XIX y principios del XX y desde el Este, como en tiempos vinieran los “bárbaros”, ahora toca a los menos favorecidos de los países de la Europa oriental, arruinados moral y físicamente por medio siglo de comunismo.

No olvidemos que nosotros también fuimos a lo largo de la Historia conquistadores, colonizadores y emigrantes. Y digo que no olvidemos porque olvidar es fácil cuando interesa pero no hace tantos años los barcos salían cargados de emigrantes hacia América y menos años todavía cuando los trenes iban a rebosar de emigrantes hacia Europa. Hoy mismo, nuestros titulados universitarios y otros muchos jóvenes están yendo a buscar trabajo de nuevo a Alemania, Inglaterra o Francia, como hace cincuenta años pero con la dolorosa diferencia de que entonces emigraba la mano de obra no cualificada y ahora lo están haciendo nuestros mejores titulados y profesionales.

Pero ¿por qué digo todo esto? Muy sencillo, queridos lectores. Hemos estado sufriendo una avalancha de inmigrantes en los últimos años que han desdibujado la imagen de nuestros pueblos y ciudades, solo perturbada por los rubios turistas nórdicos de los años sesenta del pasado siglo. Yo no sé si algunos de los españoles de esos años fueron a Alemania a delinquir en vez de a trabajar. Lo dudo, al mismo tiempo que si creo firmemente que muchos de los inmigrantes actuales han venido a España a instalar mafias criminales, redes de distribución de narcotráfico, a robar y a extorsionar, hasta el punto de que el 75% de los presos en España son extranjeros.

Muchos otros han venido realmente por la necesidad de sobrevivir y prosperar en un mundo occidental atractivo y rico ; gran parte de estos, con la idea de ahorrar el dinero suficiente para volver a su tierra y comprar una casa o montar un negocio, ¿os suena este planteamiento?. Por el respeto que debemos a estos últimos, me preocupa la actitud que muchos españoles están adoptando ante y hacia el fenómeno de la inmigración. Estamos metiendo a todos en el mismo saco, no estamos distinguiendo a los delincuentes de los que realmente vienen a trabajar, estamos igualando a los pacíficos y laboriosos negros africanos con los terriblemente violentos de algunas etnias de la Europa del Este.

Hemos de distinguir, aislar y expulsar a quienes vengan con estas intenciones. Hay grupos de éstos instalados en nuestros pueblos y dedicados al robo y la explotación de mujeres y menores . Este es un elemento de alto riesgo que desgraciadamente estamos sufriendo sin la suficiente protección de nuestras autoridades …

EL TERCERO

… Que como Alicia en el país de las maravillas, viven en una especie de limbo, ajenos al dolor, el sufrimiento y la desgracia, sin preocuparles lo más mínimo, salvo cada cuatro años, el sentir y la necesidad de la ciudadanía.

En el medio rural no hay más defensa del orden que la que proporciona las escasas y mal dotadas patrullas rurales de la Guardia Civil . Hay otra rama, de élite, mejor dotada de medios, visible por los sisanteños en el árbol de la Cooperativa y dedicada, más que a defenderles, a aligerarles el bolsillo.

De todos es conocida la insuficiencia de medios con que cuenta la G.C. en el medio rural. Las unidades de élite son más atractivas y rentables para los jóvenes que se incorporan a la misma y el despliegue de efectivos en custodia de edificios, protección de autoridades, servicios burocráticos de las comandancias y otros similares, menguan notablemente la posibilidad de atender a su misión principal que es la de mantener el orden y proporcionar al ciudadano y sobre todo al ciudadano de a pie la suficiente seguridad y tranquilidad para disfrutar de una vida digna.

Nuestros pueblos están desatendidos, basta ver vacío el cuartel de Sisante donde seguramente no se han hecho reformas en los cuarenta años que tiene de vida. Sabemos que en La Roda diversos grupos de rumanos y búlgaros se dedican al saqueo de forma violenta y tienen atemorizada la comarca. Sabemos también de los problemas del “triángulo de la droga” que forman Casasimarro, Vva. de la Jara y Quintanar, con ramificaciones a todos los pueblos de la Manchuela. Sabemos que cuando la G.C. actúa sobre un pequeño territorio sabe quién es quién y controla todo lo que se mueve, cosa que por otra parte tampoco es tan difícil en una tierra llana de carreteras pocas y rectas; pero cuando las demarcaciones se cubren “todas con todos” desaparece ese nexo entre guardias y pueblo, de forma que el ciudadano siempre ve una cara nueva y el guardia siempre ve desconocidos. La convivencia más directa con el pueblo siempre acarrea compromisos y eso puede ser también inconveniente aunque no creo que sea esta la razón que lleve a tanta movilidad. No conozco como establecen las prioridades los oficiales de la benemérita pero lo mismo que alabo sin ambages la labor de los agentes, desconfío plenamente de sus jefes y sospecho que atienden prioritariamente aquello que más les interesa de cara a la evaluación profesional que les anticipe el ascenso. Tampoco conozco en qué grado preocupa al Ministerio del Interior la calidad de vida del medio rural pero si creo que debe preocupar al Gobierno regional que, a falta de policía autónoma, debe exigir de Interior los medios necesarios para que ésta sea posible.

LOS TRES JUNTOS:

Cuando estos tres elementos coinciden, que es en más ocasiones de las que podamos imaginar, se produce el desenlace. ¿Cómo?, siempre de forma violenta. ¿Quién suele salir perdiendo?, sin duda alguna el primero. ¿Cuantos bares, restaurantes, joyerías, supermercados etc. etc. han sufrido el terror de estos desalmados inmigrantes sin que hayan obtenido la respuesta adecuada de las fuerzas de orden público?, innumerables. Y por otra parte, ¿Cuántas veces el trabajo de los agentes se ha visto ninguneado y desautorizado por los jueces?, “la tira”, con la consiguiente desmoralización de los mismos.

El caso de nuestro querido paisano Desi es uno de tantos que ocurren a diario en nuestros pueblos y ciudades. Un hombre honrado que monta su negocio y forma su familia con una dulce mujer sudamericana que ya le ha dado un hijo. Al que nadie que esté en su pleno juicio podría acusar de racista porque sus puertas están abiertas a todo el que llega, sin distinciones y hasta los empleados del negocio han sido en su mayoría inmigrantes o descendientes de éstos. En fin, que decir de Desi que no sepáis.

Por otra parte un colectivo que actúa impunemente y se mueve con libertad de pueblo en pueblo, que tiene enlaces y contactos en uno y otro, que cuando menos deberían ser detenidos y expulsados pero que gracias a la dejación, incompetencia o impotencia de los responsables del orden campan con plena libertad por nuestros pueblos y aldeas arrasando todo cuanto pueden.

El desenlace lo hemos supuesto, lo hemos imaginado, nos han dicho que, se cuenta que, pero realmente NO LO CONOCEMOS; y en este sentido hay que ser prudentes y hacer menos manifestación pública de nuestras “suposiciónes” porque con ello podríamos estar perjudicando a quien pretendemos defender. Hay que dejar que la investigación siga su cauce, sin interferencias mediáticas ni juicios paralelos. Aquí nadie ha visto nada y nadie ha oído nada. En Sisante no ha pasado nada. Yo sé lo difícil que puede resultar decir y entender esto pero sé lo que digo y Desi así nos lo ha aconsejado. La mejor manera de ayudarle en estos momentos es permanecer callados y quietos. Ya habrá tiempo de mostrar nuestra solidaridad si las decisiones judiciales lo hicieran necesario

Paco del Hoyo
Carta del Director “6 Flores” Nº 26, Junio 2011




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