martes, 9 de septiembre de 2014

COSAS DE LA FERIA ALBACETEÑA



LA CARTA DE PRESENTACIÓN

Cartel Feria 2014

Lamentablemente, otro año más hemos asistido a un comienzo de feria caracterizado por la ausencia de brillantez en el pregón y por la pesadez de una cabalgata con una duración inaguantable y una carencia total de imaginación y de arte.

Hay varios tipos de pregones de feria. Uno, el de los famosos, intelectuales o gente de la farándula, que llevan escrito un discurso por el que cobran y al que solo cambian el nombre del  pueblo y del Santo o Virgen según se trate. Otro, como el de este año, el de las personalidades locales de cierto prestigio en donde el pregonero, con la mejor intención del mundo, va a “hablar de su libro”, es decir se extiende en detalles autobiográficos que a nadie o a pocos interesan y pasan por alto la verdadera razón del pregón que es la de enaltecer la feria conjugando el hecho histórico con las costumbres, los sentimientos personales que la rodean, las peculiaridades propias que la hacen diferente, etc.  y terminando siempre con una invitación a celebrarla en paz y concordia, a la generosidad y a la hospitalidad.

Roberto Arcos, pregonero
 El hecho de que el pregonero sea elegido cada año por un grupo político del Ayuntamiento implica ya de facto politizar el pregón e igualar la representatividad de los grupos  municipales cuanto esto no lo hicieron las urnas. No sé si en ocasiones se ha pagado por el pregón, pero si en realidad se ha hecho esto no es admisible cuando hay albaceteños de prestigio que agradecerían tener el honor de ser invitados para leer el mismo

Albacete es una ciudad abierta. Cada día del año hay otro medio Albacete venido de fuera  pululando por las calles con tanta familiaridad como los aquí residentes. Alguien me pregunta ¿de dónde eres?, le contesto: de Sisante; me responde  “de Sisante, buenooo, de allí conozco a fulano, zutano, perengano etc. etc”; a diferencia de cuando esta pregunta me la han hecho en Cuenca, capital de la provincia, donde la respuesta suele ser “¿de Sisante?, ah sí” y nada más.

Imagen de la puerta del Recinto Ferial
 La Feria de Albacete no es solo la Feria de la ciudad sino de la provincia y de los cien kilómetros a la redonda de las provincias vecinas. En tiempos pasados por su carácter mercantil, de trato e intercambio; hoy en día por sus connotaciones lúdico festivas y su importancia taurina. Esta es una razón de peso para que cada año se innove y se mejore, sobre todo en aquellos detalles que el pueblo en general aprecia y en los que participa masivamente.

Al hilo de esto, la cabalgata inaugural es la estampa que primero perciben oriundos y forasteros. La grandeza y brillantez de la misma aumenta el ánimo y la predisposición a visitar y disfrutar del evento. La mediocridad, ausencia de imaginación y excesiva duración producen el efecto contrario y todos hemos podido ver las caras de cansancio y desánimo de aquellos participantes que a las seis de la tarde ya estaban preparados alrededor del parque y que llegaban al recinto ferial en torno a las doce de la noche y no digamos de los que pacientemente llenaban las aceras del recorrido y la puerta del recinto ferial. 

La cabalgata a su paso por el Padseo de la Feria
 No es fácil comprender cómo habiendo reducido a casi la mitad el número de carrozas han tardado tanto o más que en ocasiones anteriores en efectuar el recorrido. Si se trata del lucimiento de las comparsas de moros y cristianos que abren la cabalgata y desfilan a paso de burra, habrá que hacerles aligerar el paso, no al ritmo de la Legión pero sí al menos al de los Regulares. En cuanto a las carrozas no se sale de los patios manchegos y son muy pocas las que destacan por su originalidad o hacen referencia  a las peculiaridades de la asociación o barrio. Esto es algo que cada año se advierte a los responsables municipales, que como políticos al uso son más partidarios de la cantidad que de la calidad.

Mi propuesta, una entre las muchas que se reciben anualmente, es tan sencilla como determinar el número de carrozas del desfile, convocar en primavera un concurso de maquetas, especificando detalles  y características de las mismas y seleccionar entre ellas las mejores hasta completar el número¸ subvencionar en lo que se pueda la construcción y sancionar a quienes habiendo sido seleccionados no hayan cumplido con el trabajo. Delimitar el número de acompañantes y eliminar la imagen de “botellón” que ahora la acompaña.

Lo mejor de la inauguración


El año próximo habrá una nueva Corporación Municipal, con caras repetidas y con otras nuevas. La escasez presupuestaria no tiene que ser óbice para un inicio brillante de la feria, donde el pregonero y el pueblo albaceteño se lo curren y la brillantez de ambos actos sea la nota  de embelesamiento de propios y extraños.

No quiero terminar este articulillo sin antes desear a la Alcaldesa una pronta recuperación de sus males, propios y de sus familiares.

¡Buena Feria!





El mejor artesano del cuero en Yeste/Almansa

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