Vista aérea del complejo ferial |
ALBACETE. ADIOS A LA FERIA
El buen tiempo ha acompañado a la
feria albaceteña aunque al cierre empañara la última corrida y el espectáculo
piro-musical que la clausura. La Puerta de Hierros se ha cerrado hasta el año
próximo y la Patrona ha regresado a su sede catedralicia. Se desmontan los
tenderetes y se deja listo el recinto para su uso parcial por los “invasores”
de cada martes.
Hoy es día de balances. Los
cachivaches de montarse ya van diciendo que este año ha sido muy flojo; lo
mismo opinan los chiringuitos reponedores de fuerzas y los otros dedicados a
acabar con ellas. Los políticos que gobiernan echan flores a esta Feria y la
oposición echa pestes de ella. ¿Y el ciudadano?, el ciudadano hace uso del
refrán que dice que ”cada uno cuenta la feria según le va en ella”. Día de
balances para todos los gustos.
Y el observador, ajeno a la
política y a los intereses feriales, convertido únicamente en consumidor de los
productos culturales, lúdicos, gastronómicos etc. etc. de la Feria, ¿qué opina
de ella? Depende. ¿De qué depende?, pues de una visión subjetiva u objetiva,
parcial o global; de esta forma puede ver la feria en función de la simpatía o
antipatía que profese a los organizadores y organizaciones participantes o puede
valorarla solo en función de la calidad de las actividades que le gustan o por
el contrario comparar con programas anteriores y establecer diferencias
globales.
Vista aérea nocturna de "la sartén" |
Así a primera vista la Feria de
Albacete como todas en general son repetitivas, con muy pocas novedades. Repetición de los actos oficiales y religiosos, programa
en general copiado del año anterior, mismos cacharros en los mismos sitios con
alguna novedad o ausencia. Las diferencias se centran más en los espectáculos,
conciertos, teatro, verbenas y la feria taurina, donde los espadas son los que
hay y lo que cambia es el ganado.
El comentario que más corre entre los
albaceteños es que este año se ha desperdiciado un fin de semana en aras a la
rigidez de las fechas. Las buenas ferias de Albacete son las de dos fines de
semana, que permiten a la gente de fuera organizarse para venir uno u otro o
los dos. Igual da que el día 8, festividad de la Virgen de los Llanos, caiga al principio, en medio
o al final de la feria pero lo de los dos fines de semana es capital para el
mantenimiento y auge de la misma. Se escudan los políticos en que al no
establecer fechas fijas puede perjudicarse a los feriantes en su agenda pero
habrá que recordar al respecto que la mayor feria de España, la de Sevilla, no
tiene fecha fija y depende de las fechas en que caiga Semana Santa.
Critica también el respetable que
la cuerda se ha convertido en una macro discoteca y este año incluso en un
macro botellón que impedía incluso el paso de la gente sin que la policía
municipal hiciera nada después de haber establecido desde el Ayuntamiento las
zonas, días y horas permitidas. La
suciedad y el mal olor de algunos lugares no pasa desapercibido y la ocupación
de los pasillos entre anillos por puestos de venta, bien sean navajas o morcillas,
dificulta seriamente el tránsito y pudieran ser un grave tapón en casos de
emergencia.
Declarada de interés turístico internaional |
De comer en la feria cada cual cuenta
conforme le fue pero cada vez es más la gente que sale a comer en los
restaurantes del centro donde en estos días se suele disfrutar de mayor calidad
a precios competitivos; eso sí, los restauradores albaceteños tienen una
asignatura pendiente, la de insonorizar sus establecimientos. Uno de estos días
fui a comer a un restaurante bastante famoso de la ciudad y confieso que
después de dos horas y media que permanecí dentro, mi estómago salió satisfecho
pero me estallaba la cabeza del intenso ruido. Tomen nota arquitectos y
decoradores, que no se trata solo de hacer agradable el ambiente a la vista
sino también al oído.
De beber en la feria mejor no
hablar, ya sabemos lo que hay, hacemos
la vista gorda y algunos se aprovechan de ello. Sea como fuere, lo cierto es
que la feria albaceteña es un referente nacional por la cantidad de gente que
congrega, el alto nivel de sus espectáculos y la indiscutible importancia de su
acontecer taurino. Los políticos se pierden en detalles irrelevantes, buscando
siempre la foto con el gerifalte regional o nacional invitado al efecto. Su
feria es otra feria, la de la vanidad. Faltan ideas y sobra vulgaridad. Amén.
Arte y estilo en sus monturas ecuestres. |
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