jueves, 31 de julio de 2014

MAS, CON EL RABO ENTRE LAS PIERNAS






ARTURO MAS = MÁS DE LO MISMO


Vino a por lana y salió trasquilado. Qué rico es el idioma español y cuan denigrado está por los modernos tecnólogo-parlantes. En mi vida anterior en la banca mi forma de hablar estaba mal vista porque utilizaba giros, refranes y  dichos, considerados antiguos e improcedentes en la modernidad del lenguaje de yupies y trepas . La verdadera realidad es que eran un ejército de urbanitas que no entendían nada de nada en cuanto te salías del lenguaje técnico relacionado con los números y las nuevas tecnologías.


Hecho este inciso y volviendo a la frase inicial, Arturo Mas vino a Madrid porque no pudo evitarlo, a pesar de haber sido él quién reclamada esta cita. Como decía ayer en mi artículo “Verano del 14”, Mas venía con la carabina cargada solo de aire comprimido; la munición  se le caducó en 24 horas y no le sirvió de nada. A falta de munición, Mas traía una lista de reivindicaciones consecuentes con el “España nos roba”, que más o menos venía a decir que en Cataluña no hay autovías porque Madrid las niega; que el catalán está perseguido por la ley Wert; que cierra los hospitales por falta de presupuesto; que el déficit fiscal de la Comunidad es inasumible y hay que ampliarlo; que hay que crear la hacienda catalana y transferir totalmente la justicia y las relaciones exteriores; que hay que nacionalizar el río Ebro, y así hasta 23 paridas con las que Mas pretendía justificar su renuncia a  la consulta del 9 de Noviembre.
Frio, frio, frio


Frente a Mas apareció un interlocutor frio y distante, que no bajó ni un escalón para recibirle y que estrechó la mano al visitante por la foto y en un gesto de compromiso ante los medios. Más de dos horas de charla sobre lo humano y lo divino sin un resultado concreto que el catalán pudiera vender a su seguidores. Al final y en rueda de prensa en la “Embajada de Cataluña en Madrid” y ante los medios afines al régimen catalán, Mas amenazó con una gran movilización por el derecho a decidir de los catalanes, haciéndolo coincidir con la Diada. Era lo único que podía decir, que es lo mismo que no decir nada o decir más de lo mismo.


Las reivindicaciones de Mas son las mismas que pudieran hacerle a Rajoy los otros dieciséis reyes de las  taifas en las que se descompone España, y tontos serían si consintieran  que el catalán derrochador e insolidario se salga con la suya traduciendo en dinero la amenaza separatista. Mucho me temo que Rajoy vaya a ceder a las pretensiones nacionalistas provocando al tiempo un levantamiento de los barones regionales, que ya están con la mosca en la oreja; sería una decisión imperdonable.


Debilitada la opción independentista con el affaire de los Pujol  y reducida como se verá al ruido callejero de un día festivo, el Gobierno de España debería aprovechar para poner en solfa al catalán; hacerle cumplir las mil y una sentencias del TS y el TC, hacerle desmontar todo el entramado de embajadas y sedes en el extranjero, aplicar la ley Wert en toda su extensión, impugnar y llevar a los tribunales todas las partidas presupuestarias dedicadas a fomentar el separatismo y no dar un euro si no es a cambio de cumplimientos olvidados; y desde luego explotar hasta donde se pueda el escándalo de la cueva de Alí Babá –Ali Pujol en catalán-, tanto como si de una secuoya hiciéramos palillos mondadientes. Jamás se ha presentado al Gobierno una excusa tan a mano para entrar a saco en la Administración catalana y depurar responsabilidades de todo tipo, empezando por la televisión estatal convertida a la causa. No es utópico ni fácil lo que digo, pero un buen gobernante debe gobernar con justicia y un buen político debe aprovechar la debilidad del contrario. Rajoy nunca va a tener más armas para combatir el catalanismo independentista que las que le han servido en bandeja los promotores de la sedición.

Cantándole la caña
 Dos días antes del debate en el Congreso de  la propuesta catalana de  transferirle competencias en consultas, decía Mas  en una entrevista a  La Xarxa de Comunicació Local :"Si el presidente de Cataluña va allí y sale con el rabo entre las piernas, derrotado, para ellos es una gran victoria y yo creo que esta victoria no se la tengo que dar” . Mira por donde Mas ha venido a Madrid y ha salido como se temía con el rabo entre las piernas; con la única salida posible de unas elecciones anticipadas e ilegalmente plebiscitarias que consagrarán du derrota y el fin de su aventura política, aunque algunos profetizan su incorporación a ERC, ya sea de diputado o de conserje.


La Diada está a mes y medio y esta vez no van a estar ellos solos. España entera va a estar allí para decirle a Mas y Junquera las verdades del barquero.


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