martes, 8 de julio de 2014

EL FIN DE LA N-310





EL FIN DE LA NACIONAL  310

Sisanteños, la N-310 ha muerto. Ha muerto a manos de la misma razón que la creó, la modernidad. La necesidad de mejores comunicaciones aconsejó la construcción de nuevas rutas que compitieran con  el sistema radial y de ahí surgió la ida de atravesar la Península Ibérica, desde Valencia a Lisboa, con una autovía que en el caso español  se denomina A-43, “Autovía Extremadura-Comunidad Valenciana” y cuyo trazado desde Villanueva de la Jara hasta Manzanares, inaugurado en 2009, corre en paralelo a la N-310.

La N-310 nació en 1987 cuando el Estado recuperó algunas carreteras traspasadas a la Junta de Castilla la Mancha tres años antes. Se transformó en vía rápida  al entrar en servicio las circunvalaciones de Argamasilla de Alba y Tomelloso y fue una vía muy transitada hasta que en noviembre de 2009 se inauguró el tramo de A-43. A consecuencia de esto, la N-310, ha perdido las razones que aconsejaron su nacimiento y dado que su recorrido  está dentro de los límites regionales el Estado ha devuelto de nuevo la carretera a la Comunidad Autónoma. Los identificadores han sido borrados y desconozco si los nuevos irán en color azul  CM-??  (Red Básica de Alta Capacidad) o en naranja  CM-???  (Red Básica Convencional).

Con motivo del vigésimo quinto aniversario del accidente que costó la vida a mi suegro, Benjamín Toledano, publiqué en 6 Flores un artículo del que he extractado lo siguiente:
…”Yo la recuerdo de tierra en los interminables viajes a San Clemente en el “Pepito” de Bartolo. Después alguien pensó contradecir el arcaico trazado radial y buscar el atajo de Andalucía a Levante, Mancha por medio,  y creó el monstruo, eternamente insatisfecho a pesar del más de un centenar de vidas perdidas en su lengua de asfalto.

   Los osos del Hosquillo y los ciervos de Cabañeros gozaban de más protección que los miles de agricultores manchegos, obligados a jugarse diariamente la vida en esa y otras carreteras similares, que antaño fueron caminos que les arrebataron en aras a la modernidad sin alguna reparación.

   Argumentos hay de sobra para defender la modernidad y la tradición. Nadie pone en duda la necesidad de modernas carreteras que faciliten el desarrollo de los pueblos, pero ningún responsable pensó en la necesidad de hacer caminos paralelos que facilitasen el desplazamiento, diario y numeroso, de tantos y tantos hombres del campo.


   La N-310, considerada para colmo como vía rápida, es un ejemplo más del mal gobierno que llevamos sufriendo en esta artificial mezcolanza que llamamos Castilla la Mancha. En Manzanares, Argamasilla, Tomelloso, Villarrobledo, San Clemente, Sisante etc. son en estas fechas centenares de tractores cargados de uva los que circulan entre miles de camiones de gran tonelaje, unos con la señal luminosa a la vista, en otros casos oculta y en algunos apagada.

    Miserables arcenes, en muchos casos de menos de un metro. Igualmente miserable la señalización para la noche o los días oscuros y de niebla, tan frecuentes. Vergonzosa la ausencia de caminos paralelos alternativos, por lo menos en los diez kilómetros anteriores y posteriores a cada pueblo. Mas vergonzosa todavía la pasividad de las autoridades autonómicas, que justifican su dejadez en el argumento de la “titularidad”, que es estatal en este caso, olvidando que los muertos y sus familias son manchegos.  Cada muerte debería hacer reflexionar y concienciar a todas las autoridades políticas y técnicas responsables. La N-310 es una sangría continuada de vidas por la que nadie parece estar preocupado.

   Los agricultores también deben asumir su parte de responsabilidad y aceptar que la circulación por una vía rápida, atestada de camiones,  requiere adoptar unas medidas y unos hábitos  diferentes a cuando se circula por un camino. Son numerosos los tractores que colocan la señal intermitente de forma que si se ve por delante no se ve por detrás y al contrario, o enganchan remolques cuya altura es superior a la de la señal luminosa. Son también muchos los que acoplan aperos que sobresalen excesivamente por los lados sin ninguna señal que lo advierta. Muchos también los que, entre luces, olvidan llevar encendidas las necesarias etc. etc.  No me estoy inventando nada. Es la realidad que me encuentro cada día en mis numerosos viajes por esta y otras carreteras “CM” de Albacete, Ciudad Real y Cuenca.

   La N-310 ha podido suponer en algún momento cierto respiro en la economía de los pueblos que atraviesa; no en el nuestro desgraciadamente; pero sus bastante más de cien muertos son un tributo innecesario que debería quitar el sueño a más de un responsable y hacer cambiar las costumbres de más de un usuario.

   También a ella le va a llegar su fin en un futuro muy próximo. La nueva autovía que ya viene de Ciudad Real hasta La Atalaya habrá supuesto la muerte de la N-310. No creo que en Sisante vayamos a derramar ni siquiera una lágrima por ella.”

Paco del Hoyo. "Arriba Periscopio"

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