¿OTRO CAMBIO
DE RÉGIMEN?
Parece que se va a poner de moda
en este País cambiar cada cuarenta años de modelo de Estado. Cuarenta años el
régimen surgido de la contienda civil y cuarenta años el régimen democrático
posterior, herencia con retoques del anterior y nuevas aportaciones.
Se ve venir. El PSOE en su lucha
interna por convencer a ciento noventa y ocho mil afiliados, gran parte de los
cuales pasa del asunto como ya se vio en la recogida de avales, les ofrece dos
alternativas de clones zapateriles y un tercero que dice las verdades que las
bases quieren oír pero que ocupa el tercer lugar en la parrilla de salida con
muy pocas posibilidades a no ser que haya sorpresas, que puede haberlas.
Madina y Sánchez han abandonado
el centro y se lanzan a la conquista del voto perdido por la izquierda; Tapias
por el contrario ofrece un mensaje de izquierda para la izquierda, sin
envoltorios ni tapujos. No sería casualidad que los militantes, que son de
izquierdas no lo dudemos, se inclinen por dar su confianza al auténtico y no a
los clones que vienen a decirles lo mismo que les dijo Zapatero, del que nadie
quiere acordarse. Olvidan Madina y Sánchez que su discurso trasciende más allá
del auditorio socialista. No se trata de convencer a doscientos mil militantes
sino a unos cuantos millones de españoles que emiten su voto y que están traduciendo en términos
electorales las ideas, intenciones y mensajes de quienes tienen opción a
encabezar la candidatura a la Presidencia del Gobierno.
El mensaje lanzado por Madina y Sánchez coincide en el
republicanismo, el federalismo y el cambio de la Constitución, no ya de la
reforma sino del cambio. Implantar de nuevo la República en un Estado federal
no tiene otro objeto que el de cambiar algo que funciona bien como la Monarquía
Parlamentaria por la incógnita partidista de un Presidente de República en un
Estado que ya es federal aunque no lo sepamos, federal y asimétrico para más
señas.
Decía anoche el profesor Tamames
en una tertulia televisiva que los candidatos socialistas lo primero que tienen
que hacer es aprenderse la Constitución para hacerla cumplir y posteriormente
proponer los cambios de aquello que haya quedado desfasado por el tiempo y las
circunstancias.
Pedro Sánchez pretende reactivar
el pacto de Tinel. Ya lo dijo claro y alto: con el PP ni en España ni en
Europa, cuando resulta que en el Parlamento europeo ya han pactado la
presidencia alternativa entre los dos grupos mayoritarios. La misma visión
política que su maestro Zapatero cuando decía algo así como que Ángela
Merkel no podía llegar a más ni Alemania
a menos.
Por otra parte, en la izquierda
plural y variopinta ya anuncian públicamente la ruptura de los pactos que
arroparon a la nueva Constitución. No reconocen al Rey y se desligan del Estado
surgido en 1978. Retroceden cien años y promueven la república popular de
obreros, campesinos, gays, lesbianas , desheredados y antisistema, en dura
competencia con quienes por la izquierda
les pisan los talones porque son más listos, hacen más ruido, controlan las redes
y ofrecen una imagen nueva, muy lejos de la anquilosada y patética de Cayo Lara
y el portavoz Centella.
El caldo de cultivo ya está
preparado. La izquierda errática del PSOE abandonará definitivamente el
centro, hará una aproximación a la
extrema izquierda y cocos a los nacionalistas. Introducirán el embrión
frentepopulista en el tubo de ensayo y al poco ya tendremos las dos Españas de
principios del Siglo XX. Solo si el centro y la derecha son capaces de
conseguir las dos terceras partes de las
Cortes el régimen estará a salvo pero siempre con la amenaza del puñal
traicionero de la izquierda cerril y montaraz que ha obviado la modernidad para
volver a sus orígenes. Cuarenta años es mucho tiempo para que los españoles no
estemos pensando en darnos otra vez de hostias. La siesta, los toros y las
hostias son patrimonio cultural español, cada uno en su tiempo.
Paco del Hoyo. "Arriba Periscopio" 08/06/2014
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