jueves, 5 de junio de 2014

LA OTRA MANIFESTACIÓN




LA OTRA MANIFESTACIÓN

A la  izquierda plural, antediluviana, la de los colorines de los gays y lesbianas, le ha faltado tiempo para salir a la calle a alborotar el tinglado y hacer ruido como si en el griterío estuviera escondida la razón. “El que más chifla, capaor”, esa es la consigna de la izquierda más zurda, la de Pablo Iglesias, que a poco que se mueva se va a llevar por delante al pre cadáver político de Cayo Lara y al emergente Centellas, ese que ha brotado del suelo como en los huertos de “Amanece que no es poco”.

Hay quién se escandaliza de que Pablo Iglesias sea estrella televisiva y recorra los platós hablando de las bondades del régimen venezolano y prometiendo el oro y el moro a sabiendas de que nunca va a tener ocasión de incumplirlo. No es malo que personajes como este anden sueltos por los medios diciendo lo que piensan. Cuanto más habla más yerra y a poco que lo haga será suficiente para que los bien nacidos vean clara la intención del pajarraco. Eso sí, Pablo Iglesias es infinitamente más inteligente que el agrícola Cayo Lara, que es como se diría en mi tierra “un gasón con gafas”, y lo va a desplazar porque las nuevas corrientes de la izquierda no aceptan la ortodoxia comunista y se mueven en el terreno de la anarquía y el antisistema.

Cuanto más habla, más yerra ...
Decía  Cayo Lara en una soflama que “la democracia está por encima del derecho de sangre”, en una clara confusión de la velocidad con el tocino. La democracia es la forma que los ciudadanos eligen para regular su relación entre sí y entre ellos y el Estado. Otra cosa es decidir qué forma se da al Estado. En las democracias occidentales cuya forma de Estado es la monarquía, constitucional o no, el derecho de sangre o herencia es un principio aceptado generalmente. Olvida Cayo Lara que en Estados no democráticos y no monárquicos, también existe el derecho de sangre; en Cuba, Fidel nombra heredero a su hermano y en Corea del Norte ya va la “monarquía comunista” por la tercera generación.


A Cayo Lara le queda un telediario
Volviendo al título del artículo, se anuncia para el viernes próximo una gran manifestación en todas las ciudades en favor de la Constitución y de Felipe de Borbón. Yo entiendo innecesario que el pueblo se manifieste para apoyar algo que está recogido perfectamente en la Constitución y que no admite más interpretación ni discusión porque, como bien dijo el Fiscal General del Estado, lo que no está en la Constitución no existe. Salir a la calle cuando no hay una grave situación que lo  justifique es para armar aún más ruido. La verdadera manifestación se va a celebrar en el Congreso, donde más de trescientos Diputados ya han anunciado su voto favorable, los enemigos del Estado votarán en contra y los enemigos del Estado Español se abstendrán. En la calle no hay nada que defender. Mal está que la izquierda antidemocrática pretenda conseguir en la calle lo que no es capaz de conseguir en las urnas pero peor está que el pueblo soberano, que se siente representado en las Instituciones, pretenda sustituirlas saliendo también a la calle y arriesgándose además a  ser considerado como otro bando más y que puedan hacerse comparaciones entre quién aporta más a la “manifa”.


En la Constitución está perfectamente regulada la situación que se ha producido con la abdicación del Rey. Además, la Constitución es flexible y puede reformarse siguiendo los pasos que ella misma establece. El que pretenda cambiarla que acepte las reglas del  juego. Haciendo ruido en la calle no se cambia nada y saliendo a contestar ese ruido menos todavía. La Manifestación del día 6 sobra pero si al final se hace, por Dios que sea abrumadora.

Paco del Hoyo. "Arriba Periscopio" 05/06/2014 

No hay comentarios: