EL REAL ENCAJE DE
BOLILLOS
Que no es que se vayan a adornar las bocamangas de la realeza
y la nobleza con puñetas hechas de encaje sino que la Casa Real y la clase
política van a tener que hacer un imaginativo
encaje de definiciones, funciones y situaciones en el primer caso y un encaje
de ideas y de modernidad en el segundo.
Para empezar, el protocolo
establecido por Zarzuela y Moncloa evoca el concepto de “maricomplejín” que se
tiene de Rajoy y el complejo de la Casa Real que vende el cambio cómo si de una
huida hacia adelante se tratara. Va a ser un nombramiento a hurtadillas.
Amparados en la fácil escusa del ahorro se va a realizar el cambio sin boato,
esplendor ni grandeza. A diferencia de las monarquías occidentales, aquí vamos
a dar posesión al Rey pobre o al pobre Rey, quién sabe, sin coronación, sin
asistencia de Jefes de Estado, sin nada. Y no es porque yo desee expresamente
que haya ceremonia de coronación, desfile en carroza y presencia internacional,
no, a mí todo eso me da igual pero al País no le beneficia porque hay que vender la marca España y para
ello hay que empezar a vender la imagen de nuestras Instituciones. No deja de
ser contradictorio que el Rey o el Príncipe acudan sistemáticamente a la toma
de posesión de los dictadorzuelos sudamericanos y aquí, al hecho histórico que
significa la consolidación de la Monarquía se haga con miedo y casi a
escondidas.
La nueva Familia Real |
Al nuevo Rey le toca encajar en
la nueva corona las definiciones de lo que es cada miembro de la casa, la
situación de cada uno de ellos y las funciones que les corresponden. La
coincidencia en la Zarzuela de la residencia del “Rey padre” –la “Reina madre”
se irá a vivir a su casa de Londres- y el despacho del Rey no parece que cuadre
demasiado a no ser porque se imponga el concepto de modernidad y popularidad
que obligue al Soberano a tomar el metro para ir cada mañana de su casa al
despacho. Las infantas Elena y Cristina se quedan sin sueldo y sin continuidad
en la Casa Real, que va a estar formada exclusivamente por el Rey Felipe VI,
sus padres y su descendencia. Gran alivio para el nuevo Rey quitarse del medio
el problema del cuñado y la hermana. Los flecos en cuanto a la situación legal
del “Rey padre” imagino estarán pactados de antemano y las cualidades de buen
vendedor de las bondades de España y las excelentes relaciones internacionales
no caerán en saco roto sino que se seguirán valorando.
Pasado el día 19 los españoles
iremos sumiendo el cambio sin más sobresaltos; pendientes eso sí de los retos
que se plantean al nuevo Rey desde el secesionismo catalán y vasco. Si este
asunto llega a feliz término, es decir que se solucione de forma no traumática
y la economía remonta como puede leerse en todos los indicadores, el reinado de
Felipe VI, no siendo un camino de rosas,
no va a ser tan problemático como algunos pronostican.
Los actuales Reyes también formarán parte de la Casa Real |
Los Partidos políticos harán su
encaje de ideas y de ellos se espera, al menos de los moderados, que trasmitan
a las nuevas generaciones la oportunidad y bondad del sistema al margen de las
connotaciones románticas ideológicas y les enseñen que puede hacerse todo
compatible sin renunciar a nada pero respetando siempre lo pactado. El futuro
próximo del PSOE es preocupante porque la deriva montaraz de algunas
federaciones pone en peligro la estabilidad y el respeto al compromiso de
Estado que debe existir entre las fuerzas políticas más representativas. También
por la ausencia de líderes carismáticos con ideas de Estado suficientemente
claras y el exceso en cambio de mediocridad.
La izquierda radical es simplemente
la incomodidad del grano en el culo y conforme avance la economía y el
bienestar, la sociedad la pondrá en el lugar que le
corresponde. La izquierda unida, plural y variopinta deberá aprender a vivir en
una sociedad civilizada, moderna y
progresista pero desprendida de los tics revolucionarios propios de
tiempos pasados y regímenes dictatoriales de ahora. Si esta izquierda creyera
en los Santos, tendrían un santo mayor Marcelino Camacho y un santo menor
Santiago Carrillo. De ellos deberían aprender la lección y quitarse del medio a
toda la morralla dirigente que ahora les confunde.
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