miércoles, 18 de junio de 2014

39 AÑOS Y PARECE QUE FUE AYER

Juramento del Rey Juan Carlos I

39 AÑOS  Y PARECE QUE FUE AYER

Cuando murió Franco tenía yo 24 años, estaba contento con mi oposición de Correos recién aprobada y hacía dos meses de  mi primer matrimonio. Fui testigo directo de los movimientos que dieron lugar a la democracia actual, de las deserciones, de las infidelidades, del oportunismo, de las zancadillas y puñaladas por la espalda. Los que afirman que la transición fue modélica es porque solo reparan en el resultado final pero hasta llegar a este hubo de todo.

El PCE había dado la cara durante la dictadura y había sido capaz de organizar un sindicato fuerte cuyas células y aunque parezca mentira se gestaron en gran parte en las sacristías de las iglesias de barrios obreros. En el PSOE de entonces había cuatro dentro y otros cuatro fuera de España; no habían hecho nada en esos difíciles años salvo esperar a que cayera la fruta madura del árbol. A la muerte de Franco hubo un vuelco en la izquierda que dio vida al PSOE y dejó postrado al PCE hasta diluirlo en una coalición con porvenir incierto.

La socialdemocracia alemana fue el trampolín de Felipe González. El eurocomunismo de Carrillo no triunfó en la España del desarrollo con una emergente clase media.
Tres fueron las razones de este cambio en la izquierda española. La elección de Felipe González como Secretario General del PSOE, regalo de Nicolás Redondo, y la renuncia al marxismo encuadrando al Partido en la moderna socialdemocracia europea. La huida hacia opciones más moderadas de una clase obrera cada día más acomodada y  convertida a la sazón en clase media –Franco decía que una revolución obrera sería imposible porque ya se había encargado él en crear la clase media-. La tercera razón fue la militancia en el PSOE de muchos renegados  y oportunistas del antiguo régimen, herederos muchos de ellos de destacados dirigentes del mismo  que despuntaban en la Universidad o ya ocupaban puestos de más o menos responsabilidad en la Administración; de hecho y por ejemplo, muchos de los Funcionarios de Agricultura fueron atraídos a la causa socialista por su implantación y autoridad en el medio rural.

Manuel Fraga presentó a Santiago Carrillo en el Club s.XXI, era Octubre de 1977. Hoy sería imposible un encuentro similar entre Mariano Rajoy y Cayo Lara, entre otras cosas porque a Cayo Lara no le dejarían entrar en ese Club.
La victoria socialista de 1982 afianzó los cimientos de la naciente democracia y la relación entre Moncloa y Zarzuela aunque  no exenta de tiranteces fue muy productiva. El Rey fue consolidando su situación, sobre todo a partir del golde del 23 de febrero y colocó a la Monarquía como la Institución más valorada por los españoles. Fue una pena que los intereses y complejos de los padres de la Constitución no acertaran a poner cada cosa en su sitio y permitieran que la Ley Electoral diera lugar al estado de descomposición que actualmente amenaza al país.

Han pasado 39 años. El reinado de D. Juan Carlos ha sido modélico y fructífero. Los convulsos dos últimos años no pueden ensombrecer una trayectoria de buenos servicios a España, máxime aún cuando suponen una minucia en comparación con la corrupción generalizada de la clase política española y de sus Instituciones. Quizás haya que echarle en cara que no haya sabido catalizar la regeneración política e institucional y no haya influido suficientemente para prever y reconducir la deriva independentista del País Vaso y Cataluña.


La brevedad de este escrito no da para entrar en más detalles pero al epílogo de esta andadura solo me cabe mostrar públicamente mi agradecimiento a quien ahora nos deja y desear al nuevo Rey una larga vida de exitoso servicio a España y a todos los españoles, incluso a los que siéndolo pretenden dejar de serlo. 39 años y parece que fue ayer.

Paco del Hoyo. "Arriba Periscopio". 18/06/2014 

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