¿PROFETAS O PREDICADORES? |
ERREJÓN Y LA JUSTIFICACIÓN DE LO INJUSTIFICABLE
A Podemos no parece que las cosas les vayan bien si echamos
cuenta de cuánto se desdicen. Lo que al principio era un grupo de comunistas
salidos de la fábrica de la Complutense, convertidos en asesores de dictadores
de Repúblicas bananeras y posteriormente en catalizadores de un movimiento
ciudadano de cabreados por los efectos de la crisis, pretenden, ahora que la
proyección mediática y los resultados de dos procesos electorales les ha
encumbrado, dar la vuelta a la tortilla y “dónde dije digo, digo Diego”.
De bautizarse como movimiento de extrema izquierda, enemigo
de la democracia instaurada en 1978, enemigo igualmente de las
Instituciones Europeas, de la OTAN, de
la Iglesia, de la Monarquía, del sistema capitalista, de los Mercados, de la
propiedad privada, del derecho a la libertad de expresión; de todo lo que no
sea a imagen y semejanza del movimiento bolivariano al que aconsejan y cuya
filosofía predican y extienden, han pasado –a golde de mamar encuestas- a darse
cuenta de que lo único y verdaderamente importante es la conquista del poder y
que el camino emprendido no era el más apropiado en esta sociedad española que
en nada se parece a la de las Repúblicas bananeras sudamericanas.
Visto el error y la caída en las encuestas se proponen vestir
el santo con nuevas y engañosas túnicas. No reparan en que, como en el caso del
rey desnudo, la sociedad española los ve en cueros, enseñando sus dictatoriales
y totalitarios atributos por más vestidos o capas invisibles que nos anuncien.
A Podemos se le ve el plumero. Viene ahora Errejón, el
estafador de la Universidad malagueña, en un ejercicio maestro de cinismo a
decirnos que van a considerar la utilización de la bandera española en los
actos de Partido y de que van a reconocer el “Régimen del 78”, como si el mismo precisara del beneplácito y
aceptación de un grupúsculo marginal con pretensiones, como eran y como serán en
un futuro próximo.
PORTADA DE ABC 02/02/2015 |
Ya no engañan a nadie salvo a los que se dejan engañar o
piensan sacar algo a cambio. Sus listas están hechas de cutrería y despojos
sociales. Solo pensar que alguno de ellos pudiera tener opciones de gobierno es
para echarse a temblar. No vale venir ahora a decir que aceptan la Monarquía y
la Bandera; eso mismo ya lo dijo Santiago Carrillo y ahora sus herederos
políticos e incluso familiares defienden lo contrario. Con hechos hay que
demostrarlo, no con palabras. Mientras no condenen al régimen bolivariano y a
su dictadura, mientras sigan votando en contra de defender las libertades en
Venezuela, Irán y otros similares, mientras consideren justa la encarcelación
de la oposición democrática, mientras sean aliados de quienes pretenden
destruir los cimientos de nuestra civilización cristiana y democrática,
mientras no den muestras de limpieza moral y democrática dentro de sus filas,
mientras no hagan todo esto y más, que no vengan a contarnos milongas ni
cuentos chinos. Son lo que son, pretenden lo que pretenden y simplemente están
buscando otra vía de penetración en la conciencia social para doblegarla y
someterla, visto el escaso resultado obtenido y la caída en picado de las
encuestas.
Aviso a los incautos que creen en los nuevos profetas. No son
tales ni con mucho; se trata de simples predicadores al estilo de secta
americana, que solo buscan poder y dinero. Dinero de Venezuela para conquistar
el poder en España; solo eso y nada más que eso, lo demás son alucinaciones.
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