WERT, NO; LA MÚSICA NO
El Ministro Wert se está metiendo
cada día más en un cenagal del que le va a resultar muy difícil salir. Hay puntos
muy sensibles para la sociedad moderna que aspira a ser culturalmente avanzada.
La educación artística es pilar fundamental de una educación de calidad desde
el momento que es capaz de compensar la frialdad de los números y las fórmulas,
ayudando a estimular la imaginación y la sensibilidad para apreciar los valores
artísticos de un país que es arte en cada plaza, en cada esquina, en cada patio
o en cada tablao.
No Wert, no, la música no, por
favor. Yo siempre me remito a la Institución Libre de Enseñanza, que fueron los
mejores sesenta años, el medio siglo de oro, de la educación en España, donde la
enseñanza de las diversas disciplinas se
compaginó con la educación en valores. Fue la Institución de Giner de los Ríos
y Pablo Montesinos la pionera en la educación musical, complementando la enseñanza con una interesante
actividad cultural de recopilación de temas de cultura popular de trasmisión
oral de generación en generación.
La música, de alguna forma siempre ha estado presente en la enseñanza |
Aunque sin la misma dedicación,
la enseñanza de la época franquista no fue ajena a la educación artística y la
música si bien no fue materia concreta y obligatoria en la enseñanza primaria y
la secundaria si tuvo presencia gracias sobre todo al voluntarismo de muchos
profesores. De hecho, en los planes de estudio de las Escuelas de Magisterio de
la época, la música fue asignatura obligatoria, que tuve la ocasión de sufrir
en mis carnes. Los nuevos planes de estudio a partir de los años sesenta del
pasado siglo no solo contemplaron la música como materia obligatoria sino que
además comenzaron a formarse los primeros maestros especializados en esta
materia.
En el mundo actual egoísta,
despersonalizado, individualista, es cuestión de plantearse si de nuestros
centros de enseñanza queremos que salgan personas o borregos; así de claro
Ministro Wert, personas capaces de pensar, de comprender, de compartir, de
tener sentido crítico de las cosas para mejorarlas, de convivir, de sentir, de
apreciar y respetar el mundo que les rodea. No podemos retroceder dos siglos ni
podemos convertir nuestras escuelas e institutos en fábricas de analfabetos prácticos de esos
que hacen seguidismo de la cutrería televisiva o de la verborrea del político
oportunista. Aspiramos a una sociedad en
la que cada vez haya más gente que entienda y analice el mensaje y no se quede
con el chiste fácil o la anécdota. Ministro Wert, si de verdad como dice quiere
una educación de calidad, piénseselo dos veces antes de eliminar la educación
artística. Ya se cometió un error relegando el latín a los rincones de la universidad,
no cometa la misma tropelía con la música y la expresión artística, que la
sensibilidad no encuentra incompatibilidades en ambos sexos.
La flauta dulce, la música de la escuela |
Yo no voy a ir a la manifestación
del 15 de marzo, en principio porque no suelo ir a ninguna y después porque el
día 15, como en otras ocasiones, será una manifestación no contra la LOMCE sino
contra el Gobierno, y pido por eso a quienes se consideren inteligentes que no
acudan para ser carne de cañón de los que defienden intereses espurios. Este
artículo es mi participación en la protesta por lo que considero un atropello;
cada cual es libre de protestar a su manera.
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