LOS PACTOS IMPOSIBLES
Sigue el coladero de la frontera africana. Aprovechando la
luna llena cientos de inmigrantes se han lanzado a saltar la valla de Ceuta. Con
luna y buen tiempo las pateras llegan a las costas italianas, las mafias
aprovechan los desencuentros políticos y las condiciones meteorológicas y
lanzan a los pobres inmigrantes a un destino incierto y a veces trágico.
Dice la prensa que Gobierno y Oposición están negociando a
alto nivel un pacto de Estado que dé lugar a una política única en tema de
inmigración. Los socialistas lo desmienten pero negocian y además ponen
condiciones como eliminar las concertinas y suspender la entrega en caliente,
que ellos mismos impusieron en la época
zapateril.
Rubalcaba espera de Valenciano el oxígeno que le permita continuar |
Va a ser difícil hacer un pacto de Estado con el PSOE de
Rubalcaba y Valenciano, ni en esta ni en otras materias. Rubalcaba no pacta y
si lo hace es para traicionar lo pactado. Él está en lo suyo, en sobrevivir sin
conceder al Gobierno un mínimo de tregua, convencido de que de esta forma gana
adhesiones entre los que aguardan pacientemente su muerte política con la vista
puesta en las poltronas vacías. La agonía le impide ver más allá de su
presente. El “váyase D. Alfredo” no va a salir de boca de los populares sino de
ellos mismos.
Menos aún cabe un pacto con la buscavidas de Elena
Valenciano. ¿Cómo puede defender a España en Europa quién no es capaz de defenderla
en Cataluña?. El mítin catalán entre dos banderas incompatibles, catalana y
europea, sin la bandera que representa la conexión entre ambas,
la española, es un acto más del proceso de traición iniciado por su mentor Zapatero. El
mensaje de Valenciano es claro, ella no tiene bandera; la bandera española no
la representa. Después de oírle decir eso habría que considerar de verdad si al
PSOE le sobra la “E”.
Valenciano, ni futuro ni oxígeno, solo disfraz |
Esa cuentista venida a más con dudoso mérito, superficial
y cobarde, traicionera y oportunista, es la que va a representar en la UE a un
Estado de cuyos símbolos reniega, una España en la que no cree, una Nación que
considera discutible como le enseñó su
amo. ¿Qué se puede esperar de personas del calado de Malena y Valenciano salvo que aprovechen el tránsito
europeo para vivir a cuerpo de rey y enriquecerse? ¿Vamos a soportarles el
discurso demagogo y vacuo de los pobres y los ricos?
La insulsez de Valenciano es la carta de presentación en
Europa de un partido con vocación de poder, que no de gobernar. El estado
agónico de Rubalcaba impide contar con él para asuntos de Estado y en la trastienda de Ferraz ya se pelean por
repartir la herencia .
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