lunes, 10 de marzo de 2014

RUBALCABA Y LOS MUERTOS

RUBALCABA Y LOS MUERTOS

Es 11 de Marzo y se cumplen 10 años del atentado terrorista  de Atocha. Iba a decir de la matanza de Atocha pero como tal se conoce el asesinato de los abogados laboralistas de un despacho en ese lugar. No tengo ningunas ganas de recrearme en  aquello como ya están haciendo todos los medios y sobre todo las cadenas televisivas. Al cabo de diez años hay tantas opiniones como cuando se trata de la alineación en un partido de fútbol y parece que hay un campeonato de razonamientos y de coartadas.



Lo que sí está claro, porque lo de la autoría  real y sus inductores  jamás se sabrá, es que  alguien aprovechó los muertos en beneficio propio  y ese alguien no podía ser otro que Alfredo Rubalcaba, al que los muertos se le dan de maravilla, tanto es así que diez años después sigue utilizando muertos, en este caso los de Ceuta, para su campaña electoral. Y es que a D. Alfredo le deben encantar los muertos, reales o políticos, todos le sirven. Con los muertos de Atocha llevó a Zapatero al poder y éste se lo agradeció manteniéndolo en la cumbre, porque él sabía que Rubalcaba sabía todo de todos. En los casi ocho años de zapaterismo fueron cayendo ministros y altos cargos. Cada muerto político daba vida a Rubalcaba; es como si se alimentara de ellos; de hecho fue testigo y parte en la muerte política de Zapatero y de él cobró vida para mantenerse dos años más manejando las riendas del Partido. Ahora, a punto de unas elecciones que consideramos erróneamente intrascendentes, Rubalcaba se juega por fin su propia muerte política y le ha venido como anillo al dedo la desgracia de los inmigrantes  en el Estrecho para cargar contra la derechona que miente al pueblo, y eso venido de la boca de quién no dice jamás verdad alguna no deja de ser un sarcasmo.



El incauto de Aznar no hizo limpieza en el Ministerio de Interior, donde Rubalcaba sentaba sus reales y así le pasó, le engañó como a un chino y acto seguido le montó la anticampaña en jornada de reflexión, con una bajeza moral tan solo concebible en personajes de esta calaña. Si Rubalcaba dominaba los servicios secretos y controlaba la información, debería por tanto ser conocedor de todo cuanto se movió en los días previos. Aquí es donde me asaltan las dudas y no dejo de preguntarme: ¿Conocía Rubalcaba que este asunto se estaba cociendo y calló en beneficio propio?.  ¿Fue Rubalcaba quien maquinó la falsedad de las primeras informaciones para forzar a Aznar a caer en la trampa y una vez conseguido esto lanzó a sus voceros a pregonar lo contrario? Siempre que hay un asesinato el investigador se pregunta a quién beneficia y es  esta la primera vía de investigación. El beneficiario de los muertos de Atocha pudo muy bien ser Rubalcaba. De rebote benefició a Zapatero pero éste estaba en el mismo lugar donde acabó, en las nubes. No trato de acusar a nadie de nada que para eso está la justicia. Me limito a exteriorizar mis dudas y a seguir eternamente con ellas porque nadie de la política vendrá a aclararlas, ni los beneficiados ni los perjudicados. !Ay los perjudicados, siguen igual de pardillos!.


Lamentablemente mañana no será para muchos un día de luto y de recuerdo. Al contrario, será la celebración, espero que solo en privado, de cómo se derrotó a la derechona volviendo en su contra sus propias armas. Yo, aparte de sentirlo y recordarlo, me sentaré, como el chino, a la puerta de mi casa a esperar ver pasar el cadáver político de D. Alfredo.

Paco del Hoyo "Arriba periscopio" 

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