RUBALCABA Y LOS MUERTOS
Es 11 de Marzo y se cumplen 10
años del atentado terrorista de Atocha.
Iba a decir de la matanza de Atocha pero como tal se conoce el asesinato de los
abogados laboralistas de un despacho en ese lugar. No tengo ningunas ganas de recrearme
en aquello como ya están haciendo todos
los medios y sobre todo las cadenas televisivas. Al cabo de diez años hay
tantas opiniones como cuando se trata de la alineación en un partido de fútbol
y parece que hay un campeonato de razonamientos y de coartadas.
Lo que sí está claro, porque lo
de la autoría real y sus inductores jamás se sabrá, es que alguien aprovechó los muertos en beneficio
propio y ese alguien no podía ser otro
que Alfredo Rubalcaba, al que los muertos se le dan de maravilla, tanto es así
que diez años después sigue utilizando muertos, en este caso los de Ceuta, para
su campaña electoral. Y es que a D. Alfredo le deben encantar los muertos,
reales o políticos, todos le sirven. Con los muertos de Atocha llevó a Zapatero
al poder y éste se lo agradeció manteniéndolo en la cumbre, porque él sabía que
Rubalcaba sabía todo de todos. En los casi ocho años de zapaterismo fueron
cayendo ministros y altos cargos. Cada muerto político daba vida a Rubalcaba;
es como si se alimentara de ellos; de hecho fue testigo y parte en la muerte política
de Zapatero y de él cobró vida para mantenerse dos años más manejando las
riendas del Partido. Ahora, a punto de unas elecciones que consideramos erróneamente
intrascendentes, Rubalcaba se juega por fin su propia muerte política y le ha
venido como anillo al dedo la desgracia de los inmigrantes en el Estrecho para cargar contra la derechona
que miente al pueblo, y eso venido de la boca de quién no dice jamás verdad
alguna no deja de ser un sarcasmo.
El incauto de Aznar no hizo
limpieza en el Ministerio de Interior, donde Rubalcaba sentaba sus reales y así
le pasó, le engañó como a un chino y acto seguido le montó la anticampaña en
jornada de reflexión, con una bajeza moral tan solo concebible en personajes de
esta calaña. Si Rubalcaba dominaba los servicios secretos y controlaba la
información, debería por tanto ser conocedor de todo cuanto se movió en los
días previos. Aquí es donde me asaltan las dudas y no dejo de preguntarme: ¿Conocía
Rubalcaba que este asunto se estaba cociendo y calló en beneficio propio?. ¿Fue Rubalcaba quien maquinó la falsedad de las
primeras informaciones para forzar a Aznar a caer en la trampa y una vez conseguido
esto lanzó a sus voceros a pregonar lo contrario? Siempre que hay un asesinato
el investigador se pregunta a quién beneficia y es esta la primera vía de investigación. El
beneficiario de los muertos de Atocha pudo muy bien ser Rubalcaba. De rebote
benefició a Zapatero pero éste estaba en el mismo lugar donde acabó, en las
nubes. No trato de acusar a nadie de nada que para eso está la justicia. Me limito a exteriorizar mis dudas y a seguir eternamente con ellas porque nadie de la política vendrá a aclararlas, ni los beneficiados ni los perjudicados. !Ay los perjudicados, siguen igual de pardillos!.
Lamentablemente mañana no será
para muchos un día de luto y de recuerdo. Al contrario, será la celebración,
espero que solo en privado, de cómo se derrotó a la derechona volviendo en su
contra sus propias armas. Yo, aparte de sentirlo y recordarlo, me sentaré, como
el chino, a la puerta de mi casa a esperar ver pasar el cadáver político de D.
Alfredo.
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