EL DEBATE, UN PARTIDO EN DOS CAMPOS DISTINTOS
Esta noche las tertulias radiofónicas
o televisivas echan chispas con el debate del buen/mal estado de la Nación que
cada año se repite con aburridos y somnolientos discursos que si acaso tienen
interés es en las réplicas de unos y otros.
Este año al menos el soso discurso
del presidente Rajoy ha tenido su parte positiva. Digo soso discurso porque el
Presidente es poco agraciado y aun levantando la voz su discurso no deja de ser
plano. Le pasa a Rajoy como se decía de los curas, el que en cinco minutos no mueve
los corazones lo que mueve son los culos, claro que aquí el discurso es cuando
menos de cuarenta folios y el secreto está en mover los corazones cada cinco minutos,
los corazones de los suyos claro, porque los demás están bostezando o dormidos
esperando la intervención de sus jefes y estos a su vez pensando no en lo que
el Presidente dice sino en el discurso que ya tienen preparado y que van a
soltar venga o no a cuento.
Rajoy ha estado esperanzador. No
es que se haya recreado en el “España va bien” de Aznar pero aún reconociendo
que España no está para tirar cohetes, nos ha hecho ver que en breve vamos a empezar a salir del
atolladero. Ha hablado de la nueva situación
de España en el mundo y nos ha dicho lo que ya sabíamos, que la UE y los
mercados ya no están preocupados por nosotros o por lo menos no tanto. Nos ha
dicho que va a iniciar una reforma fiscal que va a favorecer el empleo y que va
a ayudar a las familias y a las rentas
más bajas con bajadas de impuestos. Ya
no ha sido el discurso del volver a apretarse el cinturón y por ello
seguramente Montoro estará cabreado. En fin, sin echarse él las flores,
agradeciendo a todos los españoles el esfuerzo realizado y con trasmitirnos un poco de ilusión y
plantarle cara al catalán creo que ha cumplido dignamente su función.
No cabe decir lo mismo del
tétrico Rubalcaba. Este hombre se ha movido tanto en la España negra que
dejaran Felipe y Zapatero y él con ambos, que ha asumido que todo en este país es de
color negro, hasta todos los que saltan la valla de Melilla. Rubalcaba se
resiste, sabe que en estos dos meses se la juega. Como su protegida no alcance
buenos resultados en las europeas, estarán los puños en alto blandiendo
cuchillos en señal de amenazante despedida. Aburre oír a Rubalcaba ese discurso
manido, llorón, lleno de pobres que él ha creado y a los que ignora porque
desde las ventanas de Ferraz no se ven pobres y cuando va a Andalucía los esconden o los mandan con
gordillo a visitar Mercadonas. Es tan irreal su discurso que en verdad parece
que está en otro país; eso sí, el catecismo lo escribe él y a partir de hoy
todos los acólitos tertulianos recitarán los capítulos. A diferencia de Rosa
Díez o Cayo Lara, que dan risa, don Alfredo da lástima; está acabado y como la
máquina a la que me refería días atrás, pierde aceite por las bielas y las juntas. Nos va a someter en estos dos
meses a una tensión innecesaria plagada de despropósitos e infidelidades al su
labor de hombre de Estado y al final caerá, no porque él quiera, por supuesto,
sino porque hay mucha hambre de poder en el PSOE y mucha gente que perdió la bicoca
por su culpa y no van a querer arriesgar más. ¿Para qué vamos a entrar en quién
ha ganado el debate si los dos han jugado en campos diferentes?.
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