lunes, 22 de junio de 2015

CON BANDERA O SIN BANDERA ...





CON BANDERA O SIN BANDERA ...


Con bandera o sin bandera eres el mismo, guaperas. Eso dice una buena amiga mía para la que Pedro Sánchez no levanta demasiadas  pasiones. Y es que Pedro Sánchez, antiguo lacayo de Susana, pretende ser el  nuevo Adolfo Suarez, del que estaban enamoradas la mitad de las españolas de la época. Tiene la suerte de que en el ruedo  político apenas tiene competencia , si acaso, me indican, la de Albert Ribera. En el taurino tendría que competir con otro Ribera y con algunos más.


Envolverse en la bandera de España quién está apoyando a los que pretenden destruirla no deja de ser una tomadura de pelo. Si a eso añadimos la verdadera intención de Sánchez que es acabar con el Estado que decidimos crear en 1978, la tomadura de pelo se convierte en algo más grave y serio.


Es la bandera del Estado federal, dice Miguel Iceta,  el socialista catalán  que ha dado el gobierno de Badalona a los independentistas, porque el escudo incluye  los de los reinos de Castilla, León, Aragón y Navarra. Oscuro mensaje del que podría extraerse que el nuevo Estado federal estaría compuesto por los cuatro reinos históricos o que el tal Iceta tiene una diarrea mental impresionante.




El representante del ala izquierda del PSOE, Pérez Tapias aboga por un uso de la bandera en "La justa medida. En muchos casos, la cuestión no estriba en el uso, sino en el abuso", aunque realmente la cuestión ha estado más bien en el desuso que de ella ha hecho tradicionalmente la izquierda, alentada por el más antiespañol de los españoles, Zapatero.

Pedro Sánchez es hombre de imagen. Equivocó la carrera, él es hombre de pantalla, de escenario. Envuelto en la bandera española me recuerda a Carmen Maura envuelta en la republicana en ¡Ay Carmela!. Utilizar la bandera de España como reclamo propagandístico y electoral me parece tan vejatorio como retirarla, detalle este del recien elegido alcalde de Cádiz, el chirigotero podemita Kichi.


Hubiera sido una gran noticia que el PSOE reconoce públicamente y no por imperativo legal la bandera de España. Hubiera sino una muy buena noticia que los socialistas dejaran de acusar a la derecha de hacer suya la bandera asumiéndola también como propia. Hubiera sido una gran noticia pero no lo es,  porque en los cajones de sus despachos guardan envuelta en naptalina la bandera republicana que además es la que ondean en todas sus manifestaciones callejeras. El detalle de Pedro Sánchez es puro teatro. Es una forma de intentar distanciarse de quienes púbicamente reniegan del Estado y de sus signos. Es una forma de querer parecer distintos a Podemos. Es una tomadura de pelo. En Madrid, Valencia, Zaragoza, Cádiz, La Coruña, Vitoria, Badalona y muchos otros municipios gobiernan los que ultrajan la bandera con el permiso del PSOE. El teatrero de Padro Sánchez ya no engaña a nadie.




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