CON
BANDERA O SIN BANDERA ...
Con bandera o sin
bandera eres el mismo, guaperas. Eso dice una buena amiga mía para la que Pedro
Sánchez no levanta demasiadas pasiones.
Y es que Pedro Sánchez, antiguo lacayo de Susana, pretende ser el nuevo Adolfo Suarez, del que estaban
enamoradas la mitad de las españolas de la época. Tiene la suerte de que en el
ruedo político apenas tiene competencia
, si acaso, me indican, la de Albert Ribera. En el taurino tendría que competir
con otro Ribera y con algunos más.
Envolverse en la
bandera de España quién está apoyando a los que pretenden destruirla no deja de
ser una tomadura de pelo. Si a eso añadimos la verdadera intención de Sánchez
que es acabar con el Estado que decidimos crear en 1978, la tomadura de pelo se
convierte en algo más grave y serio.
Es la bandera del
Estado federal, dice Miguel Iceta, el
socialista catalán que ha dado el
gobierno de Badalona a los independentistas, porque el escudo incluye los de los reinos de Castilla, León, Aragón y
Navarra. Oscuro mensaje del que podría extraerse que el nuevo Estado federal
estaría compuesto por los cuatro reinos históricos o que el tal Iceta tiene una
diarrea mental impresionante.
El representante del
ala izquierda del PSOE, Pérez Tapias aboga por un uso de la bandera en "La justa medida.
En muchos casos, la cuestión no estriba en el uso, sino en el abuso",
aunque realmente la cuestión ha estado más bien en el desuso que de ella ha
hecho tradicionalmente la izquierda, alentada por el más antiespañol de los
españoles, Zapatero.
Pedro Sánchez es
hombre de imagen. Equivocó la carrera, él es hombre de pantalla, de escenario.
Envuelto en la bandera española me recuerda a Carmen Maura envuelta en la
republicana en ¡Ay Carmela!. Utilizar la bandera de España como reclamo
propagandístico y electoral me parece tan vejatorio como retirarla, detalle
este del recien elegido alcalde de Cádiz, el chirigotero podemita Kichi.
Hubiera sido una
gran noticia que el PSOE reconoce públicamente y no por imperativo legal la
bandera de España. Hubiera sino una muy buena noticia que los socialistas
dejaran de acusar a la derecha de hacer suya la bandera asumiéndola también
como propia. Hubiera sido una gran noticia pero no lo es, porque en los cajones de sus despachos guardan
envuelta en naptalina la bandera republicana que además es la que ondean en
todas sus manifestaciones callejeras. El detalle de Pedro Sánchez es puro
teatro. Es una forma de intentar distanciarse de quienes púbicamente reniegan
del Estado y de sus signos. Es una forma de querer parecer distintos a Podemos.
Es una tomadura de pelo. En Madrid, Valencia, Zaragoza, Cádiz, La Coruña,
Vitoria, Badalona y muchos otros municipios gobiernan los que ultrajan la
bandera con el permiso del PSOE. El teatrero de Padro Sánchez ya no engaña a
nadie.
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