PROGRAMA DE PODEMOS,
LA GRAN ESTAFA
Poco dura la alegría en casa del pobre. Si hace unos días el
Gobierno celebraba los buenos resultados de Abril en la encuesta del INE sobre paro registrado, la
encuesta del CIS le ha echado un jarro de agua fría y sitúa al PP perdiendo la
mayoría absoluta en sus feudos tradicionales y en los recién conquistados como
Castilla La Mancha. Claro que hay un 35% que no sabe/no contesta y eso es mucha
gente como para que en las cocinas del CIS se les busque destino. El día 24 se verá; de momento lo único que
está en mi mano es pedir a los simpatizantes del PP que no se queden en su casa
ese día y si piensan irse a la playa para eso está el voto por correo. Lo pido
aun habiendo dejado de ser militante hace unos meses, porque pienso que la
conjunción planetaria del nuevo Tinel murciano no les va a dar cuartel y porque
hay que ser generosos y darles otra oportunidad, que hay tiempo por delante
para pedirles cuentas, y si persisten en seguir mirándose el ombligo ya vendrá
Noviembre y entonces …
Vuelvo al titular con la intención de comentar el carácter
acomodaticio de Podemos. “Estos son mis principios, si no le gustan tengo
otros”. Parece ser que en Podemos han adoptado esta frase de Groucho Marx como
eslogan de campaña y del Podemos de las europeas al de las municipales hay un
trecho, un abismo más bien y a este paso, cuando llegue Noviembre abogarán por
hacer guiños a la Banca, asumir responsabilidades en la OTAN o renovar a
perpetuidad el Concordato con la Santa Sede.
Decían en Podemos que todo español, por el hecho de haber
nacido en esta piel de toro, tiene derecho a un salario de subsistencia
equiparable al mínimo interprofesional; a trabajar 35 horas a la semana y a
jubilarse a los 65 años. Con este cebo podemita ¿quién no pica?, pero claro, no
es oro todo lo que reluce, convertir España en La Suecia del Mediterráneo es
tan maravilloso como imposible.
Ya van bajando del burro y aun así su programa no deja de ser
esperpéntico, en sí mismo y por la ausencia de cifras que lo cuantifiquen. Ya no hablan de privatizaciones de Bancos y Eléctricas ni del
impago de la deuda ni de expropiaciones de bienes improductivos, fincas y
viviendas, ni del final del régimen del 78 y de la Monarquía. Ahora es todo más
descafeinado, para eso han echado a Monedero. En un ejemplo de economía
intervenida pretenden en Podemos que todos los ciudadanos tengan derecho a un
sueldo equiparable al mínimo interprofesional. Hablan de subir el salario mínimo e incrementar las pensiones
para elevar el poder adquisitivo de los ciudadanos y pretenden poner tope a los
salarios máximos de forma que el mercado de trabajo no sujeto al corsé
funcionarial también esté intervenido por el Estado. Esto conlleva un coste
extraordinario que en Podemos pretenden sufragar con una subida de las
cotizaciones a la Seguridad Social en general y en particular a las de
autónomos y convenios especiales.
Tres eran tres... |
Van a subir el IRPR a
partir de 50.000 € brutos, eliminar las desgravaciones por tributación
conjunta en matrimonios, desgravación por compra o alquiler de vivienda y la
estimación objetiva de actividad económica; van a aumentar el impuesto de
sociedades y recuperar el impuesto de patrimonio, es decir una subida de
impuestos a lo salvaje.
Para el mundo de la banca las recetas huelen a naftalina. Van
a garantizar en la Constitución el derecho al crédito para todos los
ciudadanos. Quieren volver a la banca pública, la de las Cajas de Ahorro que
nos han costado sesenta mil millones de euros gracias a la cuadrilla de
sinvergüenzas que las gestionaron. Hablan de un banco ciudadano, ¡ojo! y un banco de depósitos ciudadanos,
controlados por “el pueblo” para evitar que el ahorro popular sea utilizado por
la banca privada para financiarse. Dicen de controlar la banca privada para que
no sean las que impongan las formas de intermediación financiera y su actividad
deberá estar sujeta a los criterios del Gobierno.
Ya son menos |
De la deuda externa copian de IU lo de deuda legal o ilegal,
como si lo que se debe pudiera catalogarse en bueno o malo. Hablan de
renegociar la deuda y dejar de pagarla
si no se obtienen quitas sustanciales. También de derogar el artículo 135 de la
Constitución dando al traste con la estabilidad presupuestaria en la
Administración.
Con Podemos ya no habrá que pagar las hipotecas ni el agua ni
el gas ni la luz. Para las primeras pretenden una renegociación del préstamo
haciéndolo coincidir con la actualización
del valor real de la vivienda, moratorias y quitas para ajustarla, paralizar
los desahucios e implantación de la dación en pago con carácter retroactivo.
Para los consumos domésticos no permitirán el corte de suministro por impagos y
obligarán a las compañías suministradoras a establecer moratorias, reducir
tarifas y un porcentaje de suministro gratuito.
En educación y sanidad van a ser revolucionarias. Fin de la
LOMCE, reducción drástica del número de alumnos por aula, reducción de las
horas lectivas del profesorado, educación infantil gratuita desde el nacimiento
y libros de texto totalmente gratis; menos inversión en la enseñanza concertada
y vigilancia estricta de la misma con una inspección continua tipo comisariado
político. En sanidad hablan del aborto libre y reproducción asistida gratuitos;
reducción de cesáreas y partos inducidos; dentista gratis hasta los 16 años;
legalización de la eutanasia y recuperar servicios externalizados como los de
lavandería y limpieza.
En fin, todo un ilusionante programa para quienes no reparen
en que todo esto que pretenden hay que pagarlo y los pagos del Estado se hacen
previo cobro de impuestos a los ciudadanos. En el programa de Podemos no vale
irse a la letra pequeña, esa que hay en todos los documentos y contratos para
que no se lea pero que una vez que dices que la has leído te meten la pirula.
En el programa de Podemos no hay ni letra pequeña, por no haber no hay ni
números. No dicen cuánto van a gastar ni de donde lo van a sacar. Es un
programa irrealizable en una economía globalizada y dentro de organizaciones
supranacionales. Es un brindis al sol, un engañabobos, un llenar los ojos de
pan a la gente a sabiendas de que lo que dicen no es posible ni realizable. El
programa de Podemos es algo que les viene grande a un grupo de universitarios
de la teoría política pero sin conocimiento alguno de la realidad del mundo en
que viven ni de cómo se gestionan los medios necesarios para organizar la vida
de la colectividad. Han echado mano de dos economistas, Vicente Navarro y Juan
Torres, entre los miles de ellos que en España existen, cada uno con su receta
y, como no tienen ni puñetera idea de economía les han encargado una receta a
su medida; los dos economistas de reina por un día y el trío calavera tan feliz.
El programa de Podemos es simplemente una estafa porque pretende hacer creer al ciudadano en cuentos de hadas.
Al menos el cuento de la lechera contaba de antemano con la leche; en Podemos
no hay ni leche, allí todo es cuento. Aún así habrá quién oiga este canto de
sirenas y caiga en sus brazos, allá ellos. “Podemos prometer y prometemos que
lo que decimos no lo cumpliremos, pero queda progre, moderno y anti casta”, se
estarán diciendo entre ellos, descojonándose de risa.
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