lunes, 11 de mayo de 2015

¿EL FIN DEL BIPARTIDISMO?, VA A SER QUE NO





           ¿EL FIN DEL BIPARTIDISMO?

Es la consigna de moda, acabar con el bipartidismo. Un bipartidismo que nunca ha sido tal si se analizan los resultados electorales de los últimos cuarenta años. La composición del Congreso siempre fue variada aunque hubiera dos Partidos mayoritarios que en ocasiones gozaron de mayorías absolutas; PNV y  CIU siempre estuvieron presentes y  facilitaron la gobernabilidad de PSOE y PP en las legislaturas sin mayoría absoluta –más adelante hablaré del precio-. IU también tuvo momentos de gloria con Grupo Parlamentario propio; completaban los escaños los Partidos minoritarios del Grupo Mixto, UPyD, Coalición Canaria y otros. Si los dos grandes Partidos han venido disfrutando de la posibilidad de formar gobierno, aún con apoyos externos en ocasiones, ha sido porque el electorado no ha votado a otras opciones minoritarias y porque los Partidos nacionalistas han delimitado su expansión a las circunscripciones de su territorio.

Gobierna UCD sin mayoría absoluta

La corrupción en la política española no es algo que se pueda achacar exclusivamente a los Partidos actuales. Ya en tiempo de la República (ver artículo blog 28/10/2014 “No hace falta que me des…”) el mamoneo y la corrupción estaban a la orden del día y no digamos después en tiempos de la dictadura con la especulación urbanística de lo que hoy son los grandes complejos turísticos de nuestras costas. Menos aún pretender cargar el muerto a los dos Partidos mayoritarios cuando en la Cataluña de Pujol se lo han llevado crudo y envuelto en la señera –robada también a Aragón-, la Unión Mallorquina de Munar dejó las islas yermas  y los regeneracionistas de la  IU de Tania Sánchez se reparten subvenciones y pisos de protección oficial y sus colegas de Andalucía se ponen morados de mariscadas y de millones de los ERE.

Gobierna PSOE sin mayoría absoluta

Lo mejor de la España del nuevo régimen –el régimen de 1978, dicen en Podemos- es haber contado con dos Partidos grandes capaces de conformar gobiernos estables. De no haber sido así hubiéramos sufrido el calvario al que los italianos están acostumbrados y que aquí hubiera supuesto el camino a la ruina total. Lo peor fue no disponer de Partidos de implantación y vocación nacional, que sirvieran de bisagra ocupando el lugar que aprovecharon impunemente los nacionalistas para saquear al Estado y dinamitarlo desde dentro. Si no hubiera sido por las concesiones al enemigo nacionalista las transferencias a las CCAA no hubieran dejado al  Estado en los puros huesos y ahora se afrontaría la gobernabilidad desde un Estado fuerte que no hubiera renunciado a la gestión de la Justicia, la Educación y la Sanidad y disponiendo de medios suficientes para hacer entrar  por el aro a las economías autonómicas.

Gobierna PP sin mayoría absoluta
Lo del final del bipartidismo es más el deseo de unos pocos que la intención  de la mayoría a pesar de lo que se empeñen en cocinar los encuestadores por encargo. Yo diría que puede ser el final de las mayorías absolutas y eso no es malo sino conveniente,  porque en los casos en que se han producido, al final ha habido un desprecio total a la opinión de la oposición  y una desconsideración a la ciudadanía. Las redes de corrupción no se han formado en el Estado sino en las CCAA. En el gobierno del Estado ha habido alternancias, en el de algunas CCAA sigue sin haber cambios desde hace más de  treinta años y eso es lo que ha dado lugar a facilitar la creación de sistemas y redes de corrupción amparados en la impunidad  de las mayorías de rodillo.

Gobierna PSOE sin mayoría absoluta
La aparición de Partidos que nacen del descontento popular en una difícil situación creada por la crisis, que un Gobierno de mayoría absoluta no supo prevenir ni controlar y la de otros que han visto la oportunidad de salir de sus fronteras regionales y extender sus tentáculos por el resto del País, es lo que, a la vista de los resultados en la UE y más recientemente en Andalucía, han movido a los medios de comunicación a promover la cruzada contra el bipartidismo, ayudada por los casos de corrupción que se han ido descubriendo siguiendo el juego del “y tú más”. Aun así y a pesar de que la corrupción ha contaminado todas las células del tejido social andaluz, los dos Partidos tradicionalmente mayoritarios han conseguido, uno la posibilidad de gobernar en minoría con algunos apoyos y el otro encabezar con autoridad la oposición.

Gobierna PSOE sin mayoría absoluta
                                   

Lo bueno sería que estos Partidos nacientes hicieran que la honestidad de su gestión y la democracia interna abanderase su proyecto. No es eso precisamente lo que estamos viendo en estos momentos; todo lo contrario; asistimos al lamentable espectáculo de un Partido que se desangra a causa del excesivo personalismo de sus líderes, como UPyD; otro al que la traición interna está poniendo sus cuadros y su estructura en manos del adversario, IU;  otro en expansión que van recogiendo todo lo que les llega con tal de poder concurrir a las municipales y autonómicas, sin reparar en lo que les entra y contradiciendo sus propios estatutos, como en el caso de Ciudadanos y otro plagado de oportunistas que vieron en los movimientos de protesta ciudadanos la semilla para instaurar el Estado totalitario y que en su corta trayectoria ya se han dejado algún cadáver político con sospecha de ser corrupto y utilizan sin el menor sonrojo lo de “dónde dije digo, digo Diego”.

De aquí a las Generales de Noviembre esto habrá cambiado

La experiencia de los gobiernos tripartitos e incluso pentapartitos que hemos conocido en algunas CCAA no invita precisamente a la confianza ni a la tranquilidad; los pactos frentepopulistas como el de Tinel o ahora el de Murcia, tampoco. La cruzada mediática por el fin del bipartidismo, ayudada por la proliferación de encuestadores de chichinabo que cocinan resultados al gusto del que les paga, están desviando nuestra atención a lo superfluo y alejándola de lo importante. A la sociedad española no le gustan los experimentos ni la política de laboratorio. Ya se ha visto en Andalucía donde, a pesar de los pesares, han dicho que más vale lo malo conocido. Se ha visto también en estos días en el Reino Unido, donde las encuestas auguraban una Cámara de los Comunes de mil colores y al final se ha impuesto la cordura de la sociedad inglesa que al parecer tampoco es partidaria de los experimentos.

Posiblemente la composición del nuevo Congreso de Diputados sea diferente a las que hasta ahora hemos conocido,  pero a buen seguro PP y PSOE seguirán siendo los dos únicos Partidos con opción de gobernar, aunque precisen establecer pactos o coaliciones para ello. A los que desde la tribuna mediática se empeñan en desvirtuar la realidad habrá que decirles aquello de “los muertos que vos matáis gozan de buena salud.



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