domingo, 17 de mayo de 2015

LA EDAD DE RIBERA EN CLAVE SISANTEÑA





 LA EDAD DE RIBERA EN CLAVE SISANTEÑA

Haciéndome eco de las palabras, supuestamente mal interpretadas, de Albert Ribera en relación con la edad de los intervinientes en la vida política, quiero reparar en algo que tienen muy próximo los sisanteños que han de pronunciarse el día 24 para elegir su Alcalde y que viene en parte a darle la razón.

El candidato del PSOE va ya a por la tercera legislatura. Ausente del pueblo durante décadas, llegó al poder tras los efectos de una maniobra que no quiero calificar ni en su forma ni en su contenido, pero que descubrió actuaciones si no ilícitas al menos poco éticas de quién hasta el momento había regido los destinos del pueblo, con una mayoría aplastante a pesar de concurrir en representación del PP,  una fuerza política no mayoritaria localmente. Los votantes castigaron en su momento el incumplimiento de un pacto entre dos Partidos  y ofrecieron la confianza por dos veces a esta candidata agraviada, que gobernó bien pero derrochó todo su capital político al final de su segunda legislatura y en el transcurso de la tercera. Lo que sí quedó claro en aquella ocasión es que no ganó el candidato socialista sino que perdió la candidata popular y además por méritos propios.

El aspirante a esta tercera legislatura, rondando ya los 70 años si es que no los tiene, no ha sido capaz, según se dice,  de mantener ninguno de los equipos que han trabajado con él. Nadie ha querido repetir con él. Ha quemado a gente con valía y al final ha tenido que confeccionar una lista incompleta y recurrente de  familiares y vecinos. ¿Qué razones puede tener una persona de setenta años para pretender seguir en el poder,  sabiendo además que no cuenta con apoyos políticos sólidos y que casi nadie ha querido repetir equipo con él? ¿Es el ansia de poder,  la necesidad de  sobresueldo o la inexistencia de alternativas internas? 

Llevan parte de razón en Ciudadanos cuando dicen que hace falta que la gente joven tome las riendas. Se equivocan al ser excluyentes y despreciar “el consejo del viejo” y no ven que el ímpetu de los primeros y la experiencia de los segundos es lo que hace la combinación perfecta.

En el caso de la candidatura del PP se conjugan estos dos mundos, el de la fuerza de la juventud y la experiencia de los mayores. Un candidato joven pero con experiencia de dos legislaturas, nacido del pueblo llano, sencillo, próximo, dialogante, conocedor en profundidad del pueblo, de la gente y de sus  problemas ;  con un equipo formado por Jóvenes con sobrada preparación y por una persona, Pedro Garde,  que es el mejor  ejemplo de honradez política, que aún sabiendo de sus posibilidades ha renunciado a favor de este hombre joven, sin abandonarlo a su suerte sino poniendo a su disposición todo su saber y su experiencia, que no es poca.

Esto sí que es abrir camino a las nuevas generaciones. Esto no tiene nada que ver con el enquistamiento de otras personas y otras formaciones. Este es el ejemplo de generosidad y responsabilidad. Cuando se pretende dirigir los destinos de un colectivo, por pequeño que sea, no sirve parapetarse tras las consignas partidarias de los de fuera que buscan hacer carrera con los votos del pueblo y menos encontrar el acomodo tras un sueldo más o menos decente.

El candidato debe partir de la base de que se compromete a estar al servicio del pueblo, de todo el pueblo, sin sectarismo, y si en la búsqueda de lo mejor para el pueblo encuentra que él no es la persona más idónea, por preparación, por edad, por limitaciones propias de una enfermedad o por otras razones, el candidato debe tener la altura de miras suficiente para dejar paso  a quienes por detrás se lo vienen pidiendo; eso sí, comprometido en un segundo plano para prestar toda la ayuda que confiere el conocimiento y la experiencia.

Pedro Garde así lo ha entendido y ha cedido el paso. Nacho le ha adelantado, se ha situado en cabeza y con toda seguridad mirará muchas veces  a ver si Pedro le sigue. Siempre lo encontrará.




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