EL PER Y EL PEZ
Este fin de semana lo he pasado
en mi refugio de la Sierra del Segura, la aldea de Góntar, sin duda una de las
más privilegiadas por la naturaleza en el término de Yeste; lindando monte
abajo con los ríos Zumeta y Segura que hacen de límite, que no frontera, con Al
Ándalus en su extremo norte jienense, que alberga el Parque Natural de Cazorla,
Segura y Las Villas.
Frente a Góntar (la aldea de la
Tierra Media, bromean mis amigos) al otro lado del río Segura y a la misma
altura, entre 1.000 y 1.200 metros se encuentra la aldea de Miller y tras el
Zumeta las aldeas de Marchena, Marchenilla y alguna otra, todas ellas pertenecientes
al Municipio de Santiago de la Espada-Pontones. Entre mi aldea y las otras que
describo apenas hay algo más de media legua por carretera transitable.
Hecha esta introducción y yendo
al grano, he conocido cómo algunos
vecinos de mi aldea, unos andaluces y otros castellanos, están empadronados en alguna
de estas aldeas del Municipio de Santiago y puesto a averiguar el por qué no me
resultó difícil llegar a la conclusión de que en estos lugares se cobra el PER
y en mi aldea no. La diferencia entre los pobladores de unas y de la otra es
tan insignificante que se podrían cambiar los unos por los otros sin que
sufriera variación alguna su sistema de vida, agricultura de subsistencia con
unos pocos bancales y bastantes olivos; eso sí los que fueran de Góntar
tendrían el maná del PER mientras que los que vinieran de Miller lo perderían,
y eso que la Sierra del Segura albaceteña está considerada como zona deprimida,
tan deprimida que no hay facultativo ni político que la saque de la depresión.
En primer plano Góntar, al fondo Miller |
¿Por qué, me pregunto con
frecuencia, los de este lado tienen que ganarse el pan con el sudor de su
frente y los de allí enfrente se lo ganan con el sudor de la frente de los de
aquí?. Esa es la Andalucía profunda, la de la subvención, la de la pereza, la
de buscar en la picaresca el medio de salir adelante, pese a quién pese y a
costa de quién sea. Los exiguos catastros de rústica y la ausencia de
anotaciones registrales invitan al fraude en el sentido de que las herencias,
sobre todo de olivos, pasan de hecho de padres a hijos sin variar la
titularidad, lo que permite que muchos agricultores con importante presencia en
el olivar justifiquen los jornales en sus propias fincas o en la de los vecinos
y pasen el año cobrando el PER y atendiendo lo suyo. Nadie quiere tener nada a
su nombre; nadie quiere figurar en nómina de nada; casi todo el mundo está en
el régimen agrario ya sean albañiles o camareros, porque ello les permite
justificar los mínimos jornales en el campo y hacer compatible el PER con sus
dedicaciones habituales.
Es la Andalucía que no emigró en
los años sesenta y setenta a las zonas industriales de Levante y Cataluña
y prefirió vivir apegada al terruño
hasta que el dios Felipe les otorgó el maná diario del PER que acabó con las
penurias. Es la Andalucía que no fue capaz de crear riqueza con los miles de
millones que vinieron de Europa para sus campos y sus infraestructuras; solo
creó nuevos ricos. Es la Andalucía que a pesar de las ayudas siguió manteniendo
los mayores índices de paro y los peores niveles educativos. Es la Andalucía
que ha estado gobernada por el socialismo desde hace cuarenta años, donde el
socialismo descubre su verdadera cara, su idea de sociedad dependiente, su
paternalismo y su caciquismo ancestral.
Cuarenta años gobernando y echan las culpas a los demás |
Ya comenté en clave de humor la
promesa de Moreno Bonilla de crear seiscientos mil puestos de trabajo en la
legislatura. Me dio la sensación de que Moreno Bonilla a pesar de haber nacido
en la tierra de “María Santisma” no
parecía de allí. Prometer trabajo lo hacen todos los Partidos en lid
pero los andaluces saben que si la promesa viene de Susana Díaz no hay peligro
porque todo se queda en el alboroto y algarabía mitinera. Lo peligroso es cuando
lo dice el PP, que siempre hay alguna posibilidad de que sea cierto. Por Dios,
seiscientos mil puestos de trabajo, y encima será legal y habrá que estar
fichado, ¡qué horror!.
Pecaría si hiciera tabla rasa al
hablar de los andaluces. Andalucía es una y trina, como Dios. Hay una Andalucía
sureña rica, industrial y turística, donde no es difícil encontrar una
actividad cuando se busca. Hay otra Andalucía señorita, terrateniente,
explotadora, que ordeña su tierra e invierte en Madrid y crea en torno a ella la
servidumbre de ejércitos de jornaleros,
lameculos y oportunistas. La otra Andalucia, la del Sureste, la desértica, que ha
sido capaz de sacar de una gota de agua comprada la hortaliza que consume media
Europa y en la que curiosamente la presencia de jornaleros autóctonos es
infinitamente menor que la de foráneos. El Andalucía hay gente que trabaja
mucho, que es vividora, emprendedora, legal; el problema es que son minoría. Yo
tuve la mala suerte de ir a vivir a un pueblo del cinturón de Sevilla donde los
propietarios de naranjales dormían en ellos, escopeta en mano y aún así a la
puesta del sol salían en bandada multitud de “Riejus” con la caja vacía que al
rato volvía llena. A la mañana siguiente en cualquier esquina de Sevilla se oía
la misma cantilena: “Naranjas de Andalucía, se roban de noche, se venden de día”.
Susanita es más de los mismo, charlatanería y demagogia |
El socialismo andaluz no quiere
riqueza, no quiere una clase media potente que piense por sí misma, no quiere
una ciudadanía que se le escape de las manos, tienen que mantener los índices
de paro y pobreza porque así pueden repartir el maná diario, no pueden formar a
sus obreros ni educar a sus escolares porque corren el riesgo de que dejen de
ver Canal Sur, el alminar desde donde los almuecines les convocan al rezo que dirigen desde san
Telmo.
El PER y el pez son los dos
grandes males de los andaluces. El PER porque les anula el estímulo para prosperar en la vida; el pez porque el
socialismo andaluz aplica sin el menor sonrojo el proverbio chino que dice: “Da
un pez a un hombre y comerá un día, enséñale a pescar y comerá todos los días”.
Los andaluces, mientras estén gobernados por la izquierda tendrán PER y pez a
diario pero jamás aprenderán a pescar.
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