viernes, 23 de octubre de 2015

PEDRO SÁNCHEZ NO IRÁ AL CIELO


LA IGLESIA, TEMA RECURRENTE



Carlos Marx dijo "La religión es el opio del pueblo". Zapatero, Rubalcaba y ahora la lumbrera de Pedro Sánchez hacen de esa frase argumento electoral. "España ha dejado de ser católica" decía Don Manuel Azaña en 1931 pero se equivocó. Hubiera quedado mejor diciendo "España ha dejado de ser oficialmente católica" y buena parte de la derecha  de entonces lo hubiera visto normal, como se vio normal en 1978 cuando la Constitución en su artículo 16 consideró al Estado como aconfesional .


Que ahora venga Pedro Sánchez a arremeter de nuevo contra la Iglesia, su obra social, su  culto y sus enseñanzas cuando ellos mismos están facilitando polideportivos y colegios  públicos para que puedan rezar los inmigrantes musulmanes suena un poco a gilipollez con fondo electoralista.

No tiene agallas Pedro Sánchez a decir o hacer  lo mismo con el  Islam. El Cristianismo te pide que cuando te abofetean una mejilla pongas la otra. El Islam te abofetea las dos y además te hace el cuello. Venga Pedro Sánchez, échale huevos si es que tienes.

La Iglesia y los ricos no le dejan dormir


Pedro Sánchez ha ido a pescar y se ha percatado de que al tirar el anzuelo la mitad de las truchas huyen hacia otros cebos más sabrosos. Del ala derecha del PSOE son muchos los que ven en  Ciudadanos una alternativa al menos más clara y definida que la del ocurrente Sánchez. Del ala izquierda son también muchos los engatusados por la verborrea podemita y el centro ya no es del PSOE; el centro ya se lo reparten entre el PP y Ciudadanos. Esto, traducido a encuestas ofrece un resultado desolador para Pedro Sánchez, que tras la caída sistemática de Podemos ve cada vez más lejos la posibilidad de gobernar aunque fuera en alianza con el mismo diablo.


Como la rancia izquierda de la República, ha vuelto a buscar el enemigo donde ya no existe, porque la Iglesia ya no es el enemigo de nadie salvo de cuatro chalados trasnochados de la Complutense como Rita Maestre, la de “arderéis como en el treinta y seis”. Nadie en este país piensa ya que la Iglesia pueda suponer algún tipo de problema, al contrario, son cada vez más los que valoran que la Iglesia esté aportando soluciones allá donde los poderes públicos o la misma sociedad no alcanza.




Pedro Sánchez no sabe ya como atraer al personal y cree que con los anticlericales va a aumentar sus apoyos. Está equivocado. Ateos y anticlericales, que no es lo mismo, no son patrimonio de la izquierda. Los hay también en la derecha y además acérrimos partidarios de la separación entre Iglesia y Estado, yo entre ellos, lo cual no impide el reconocimiento de todos , salvo los de miopía intencionada, de cuales fueron los principios de nuestra civilización occidental, la democracia griega, las leyes romanas y el cristianismo. No sabe tampoco Pedro Sánchez que en el medio rural y en las ciudades pequeñas las iglesias se llenan los domingos de ciudadanos que piensan en azul, en rojo o en naranja y que llevan a sus hijos a catequesis,  toman la primera comunión y   muchos de ellos se casarán por la iglesia. Hasta el Alcalde socialista –comunista reconvertido- de mi pueblo ha descubierto el valor del voto de la sacristía y se afana en presidir procesiones y leer epístolas.


Los neo socialistas como Pedro Sánchez, lacayo que fue de la sultana andaluza y clonado del peor gobernante que las Españas han parido, tienen dos obsesiones que les impiden conciliar el sueño, los ricos y la Iglesia. Si hace pocos días arremetía contra la segunda, ahora se despierta con un programa económico que le ha servicio en bandeja el repescado Jordi Sevilla y que a falta de desgranarlo ya se entrevén las dos líneas  fundamentales, más gasto y más impuestos, o sea, socialismo en estado  puro.


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