PAGE, POR
FIN REY DE TOLEDO
Sabíamos que podía llegar pero no creíamos que tan pronto. El
monaguillo de Bono ha llegado aunque por accidente a la primera meta y aguardará paciente la caída de Pedro
Sánchez para conquistar la segunda, porque entre otras carencias, el delfín
solo conoce el oficio de la política que aprendió de su protector desde
temprana edad.
Podemos, tanto criticar a la casta y al final bastó una cena con Iglesias |
García-Page es el político profesional que nuestra democracia
debe evitar. Un puro ejemplar de la casta que Podemos decía aborrecer y al que
ahora ha permitido gobernar tan solo haciéndole firmar un panfleto de mínimos.
Cosas de Podemos, que poco a poco nos van enseñando el plumero. El monaguillo
de Bono ya hizo sus estudios siendo
concejal de Toledo y las malas lenguas murmuran sobre si la licenciatura fue un regalo institucional. Desde los
dieciocho años está subido al coche oficial y sentado en la poltrona. Nunca ha
trabajado en un oficio digno. (La política como oficio es una perversión y una
infamia) No conoce al pueblo si no es por la foto que le muestran sus
aduladores. Su visión de la gente es
desde la ventanilla del coche oficial, saludando a los niños que ondean las
banderitas regionales o desde el balcón bajo el que le han congregado a la
militancia y a los abuelos del hogar del pensionista. De García-Page no se sabe
si es capaz de hacer o no algo productivo porque nunca lo hizo. Toda su
trayectoria personal se ha basado en
medrar y trepar para llegar al poder. Ya lo tiene; ya ha tomado la
alternativa, ha elegido su cuadrilla y empieza a torear, veremos ahora si es
capaz de hacerlo y a la vez sacudirse el yugo de Podemos y las confesiones con
Bono, sus dos apoderados.
!Olé mi nene! |
Sabíamos que podía llegar pero confiábamos en que Cospedal
iba a saber mantener su reino. No ha sido así. Su indumentaria monjil y su
mirada fría y distante no han calado entre los manchegos. Su gobierno ha sido
como el de aquellas familias clásicas de la burguesía, en las que el padre autoritario
administra con acierto la hacienda pero reparte poco cariño entre la cónyuge y la prole.
Ya lo decía el Evangelio de San Mateo (Mateo 6:24 “…Nadie puede servir a dos señores; porque o aborrecerá a uno y amará
al otro, o se apegará a uno y despreciará al otro…”). Lo de servir en Madrid y
en Toledo le ha acarreado la pérdida de
ambos, el segundo ya perdido y el primero de aquí a poco salvo que un milagro
lo remedie.
He aquí mi producto, dirá Bono |
Cospedal no quiso dejar en manos de
nadie su responsabilidad en el Partido. Cierto es que fue una época turbulenta en la que estuvo
sola ante el peligro del affaire Bárcenas y de la siega bajo los pies que le
hacían a diario desde Moncloa, por eso
no confió en nadie, cosa que si hizo en mala hora en Castilla La Mancha, donde
no supo controlar a una Administración creada por los socialistas, con unos
cuerpos superiores llenos de estómagos agradecidos, llegados al cargo tras dudosas
oposiciones.
Delegó en Consejeros que no supieron
conectar con el pueblo. Posiblemente hicieran bien las
cuentas pero no supieron venderlas a los electores, que diariamente eran
intoxicados por informaciones torticeras cocinadas en los mismos despachos de
la Administración que ellos nunca controlaron. Quiso poner a trabajar a dos
colectivos privilegiados, los de sanidad y educación pero sus Consejeros
Echániz y Marín no lo consiguieron, aunque la gestión de este último haya sido
premiada con la Subsecretaría del Ministerio. Por último, y no me canso de
repetirlo, delegó su poder en validos provinciales de una mediocridad
vergonzosa, véase si no lo que piensan del valido Antonio Serrano los miembros
del PP albaceteño que no le deben favores.
Esa cara se nos quedó a muchos. Por su culpa. |
Sabíamos que podía llegar y llegó y
no por méritos propios del candidato socialista. Llegó por culpa de la mala
gestión política de Cospedal y su equipo. La responsabilidad de Cospedal es
doble en este caso, primero, porque ha dado lugar a que un mindundi de la
política, que no le llega a la altura de los talones, le haya arrebatado el
puesto; segundo, porque hemos perdido cuatro años y todo lo que Cospedal ha
hecho y pensaba hacer va a ser destruido y olvidado; nada por bueno que sea
tendrá continuidad. Se trataba de echar al PP y a la gran odiada Cospedal y lo han
conseguido, aunque y lamentablemente ella y el PP no se lo pusieron demasiado
difícil.
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