Mensaje de la Concejala del PSOE de Meis (Pontevedra), obligada a presentar la dimisión |
LAS REDES SOCIALES, ESPECTÁCULO DENIGRANTE
El espectáculo ofrecido por las redes sociales con motivo
del asesinato de la Presidenta de la Diputación de León, Isabel Carrasco, es
motivo para sentir vergüenza ajena los que creemos en la dignidad humana, en la
libertad y en la democracia.
España se parece cada vez más a las repúblicas bananeras
para satisfacción de personajes como Pablo Iglesias y Willy Toledo. Aquí todo
cabe. En España se asesina de pensamiento y de obra y el que aprieta el gatillo
siempre ha contado con una legión de apologistas de la izquierda radical, antes
los proetarras y ahora la nueva izquierda radicalizada que al PSOE y a IU se
les ha ido de las manos. A Calvo Sotelo le anunciaron su muerte en el Congreso
de los Diputados pocos días antes de la misma. Lamentablemente vamos por el
mismo camino; objetivo la caza del “pepero”, dicen en las redes.
Una dirigente de las nuevas generaciones de Izquierda Unida
manifestaba hace unos días a una cadena de TV que “no condenan ni están en
contra de la violencia pero cree que no es el momento oportuno para aplicarla,
salvo que el “Estado opresor” les obligue a continuar en la lucha”. Es decir,
la joven izquierda no piensa en
participar en el sistema y mejorarlo por la vía democrática sino en destruirlo
para sustituirlo por la sociedad
comunista proletaria, históricamente fracasada que proponen Iglesias, Toledo, Carrillo, Colau y Gordillo.
Esta nueva izquierda que aplaude el asesinato político como
vía para llegar al paraíso de la miseria es esencialmente cobarde
individualmente. Solo se crece cuando actúa en el anonimato o en grupo. Son los
individuos que en un conflicto armado huirían de las trincheras como las ratas
del barco que se hunde. Las redes sociales se han convertido en un nido de
cobardes y potenciales criminales y mientras España se parezca más a una
república bananera que a un Estado de Derecho
esto irá a más y las consecuencias son imprevisibles. Hay que reformar y
actualizar las leyes y combatir las nuevas actuaciones delictivas derivadas de
la globalización. No puede permitirse esa impunidad. No pueden permitirse las
amenazas y las muertes anunciadas.
Estamos retrocediendo ochenta años al punto en el que la
izquierda se radicalizó de tal modo que se alzó contra el sistema que ellos
mismos habían promovido años antes. Lo que cambia son los medios. Se levantan barricadas pero ya no se reparten panfletos.
Las redes sociales han creado un nuevo sistema de comunicación masiva, sin
control alguno por los Estados del mundo libre. No ocurre lo mismo en China,
Cuba o Corea del Norte ni en la mayoría de los países islámicos. Las redes son
el talón de Aquiles de la sociedad moderna occidental y nadie está poniendo los
medios para controlarlas. Los movimientos radicales y los Estados que los
amparan lo saben y lo están aprovechando. La sociedad española y la occidental
en general son sociedades en descomposición. Es la anunciada segunda caída del
Imperio Romano.
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