YESTE Y LA FERIA DE TRADICIONES
POPULARES
Durante el pasado fin de semana y con una afluencia masiva de
visitantes, se ha celebrado en Yeste la
XVIII FERIA DE TRADICIONES
POPULARES, que en este año ha contado además con el acompañamiento de un sol radiante,
temperatura casi veraniega y un puente, el de los Santos, en el que media
España se ha desplazado de sus
domicilios.
Le Feria de Tradiciones Populares nació en 1998 de manos de la entonces responsable de la Oficina de Turismo y
posteriormente Alcaldesa de Yeste, Estíbaliz García Nova, con la idea de
revitalizar la vida de un pueblo en decadencia y abrir las puertas a un turismo
incipiente de casas rurales. Con los años, la Feria de Tradiciones Populares
fue creciendo, tanto en los años de gobierno del PSOE como del PP hasta
convertirse en el primer evento festivo de la Villa y único en su especie en
toda la Sierra del Segura a pesar de las imitaciones que están surgiendo.
En el marco inigualable que conforman el Castillo, la Plaza
del Convento y la Plaza de la Corredera, se muestran al visitante los oficios que en un tiempo fueron el sostén
de la economía de la zona y los usos y costumbres de la población, que en gran
parte quedaron en el olvido. Bordados, ganchillo y bolillos; trabajos con esparto,
cestería, fabricación de cencerros; herrero, hojalatero, aguardentero;
elaboración de legía y jabón de sosa, pan de horno de leña y garbanzos
“torraos”; pastores, ganado, animales y aperos de labranza etc. etc., todo ello
acompañado de decenas de puestos con
artículos artesanos, especias, esencias y chiringuitos donde degustar los
platos tradicionales, migas, olla, “ensalada de gorrino”, potaje bochero y
embutidos propios del terreno.
La Feria de Tradiciones Populares en su décimo octava edición
ha constituido todo un éxito de participación popular. Ocupadas todas las
plazas hoteleras y los alojamientos rurales, cuyos moradores al igual que los
visitantes llegados al momento llenaron las calles y recintos en una eclosión
de entusiasmo, de sorpresa, de ganas de conocer, de asombro. Las “Cuadrillas”
de aguilanderos y ánimas , “Tío Román” de Nerpio, “San Juan Bautista” de Pedro
Andrés, “Cuadrilla de Ánimas” de Purias ,
“Cuadrilla de Torres de Cotillas”, “Sonadors de Crevillent”, “Ronda de los
Llanos” de Albacete y “Corpiño” y “Aire Serrano” de Yeste añadieron un tinte de
música y colorido que hizo las delicias de propios y extraños.
Pero en contraposición de todo lo que de positivo tiene la
Feria de Yeste, hay notas negativas que de no preverse y corregirse pueden
llevar a la Feria de Tradiciones Populares a morir de éxito. Yeste tiene un
espacio muy reducido para aparcamiento y la afluencia de vehículos es masiva. A
pasar del refuerzo de Policía Local y
Protección Civil, las autoridades locales no han habilitado suficientes zonas
de aparcamiento en los alrededores y menos mal que la Guardía Civil de Tráfico
estaba ocupada con el puente de los Santos, porque en las Fiestas patronales de
San Bartolomé “hicieron al agosto” dentro del casco urbano a costa de los que
desde las aldeas acudieron a ver los
encierros.
La concentración de todas las actividades en la zona reducida
del casco histórico lleva a la
aglomeración, de tal modo que si bien es verdad que da la grata sensación de
ver una multitud de visitantes, también es
cierto que esa misma multitud
impide ver con detenimiento todo lo expuesto o reduce el espacio que las
cuadrillas necesitan para sus actuaciones. La limitación de espacio a todos los
chiringuitos que ofrecen degustación de productos de la tierra y comidas,
dificultan el acceso y acomodo de los posibles clientes y al final lo que
debería ser un momento de sosiego y disfrute se convierte en un caos.
Son cientos los visitantes que se han tenido que marchar del
pueblo por no encontrar lugar donde comer.
La comida tradicional de la Corporación, elaborada voluntariamente por
diversas asociaciones y servida con un precio simbólico, no solo no es
suficiente sino que produce un efecto contrario al que se proponía al carecer
de acondicionamiento de mesas y sillas
para engullir dignamente las clásicas
migas.
La Feria de Tradiciones Populares de Yeste tiende a morir de
éxito. La incómoda aglomeración de personas, la falta de previsión y la
deficiencia en los servicios que el Ayuntamiento debería prestar a los
visitantes pueden en un futuro próximo ser determinantes para que la Feria
decaiga a favor de otras como la de Nerpio y otros pueblos del Segura que están
copiando lo bueno y subsanando lo malo. Los Alcaldes anteriores, Estíbaliz y
Joaquín engrandecieron la Feria; ahora toca a la nueva Alcaldesa continuar la
curva ascendente. Con presumir de los
miles de visitantes habidos este año no se va a ningún sitio si parte de esos
miles se van descontentos y trasmiten una opinión negativa de su estancia en
Yeste. Las empleadas del Ayuntamiento encargadas de la organización de la Feria
han hecho todo lo humanamente posible para que la Feria fuera un éxito pero
faltan ideas nuevas, previsión y organización y eso compete a la Corporación.
Como nota de color, la visita de García-Page (qué boda sin la
tía Juana) y el desfile de sociatas críticos y no críticos abriendo paso entre
la multitud. Los socialistas de Yeste, habitualmente muy escorados a la
izquierda, cogen el camino de la abstención
y aclaman a quién les mantiene en gran parte subvencionados. Quizás
fuera esta visita el objetivo principal de la Alcaldesa, una procesión de
fieles en torno al líder caminando entre la multitud. Una multitud que en parte
tuvo que marchar del pueblo por no encontrar dónde comer.
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