TRANQUILOS, “AQUÍ NO PASA NÁ”
Los catalanes han ido a las
urnas. Por cabreo, por convencimiento, por despecho, por aburrimiento, setenta
y siete y medio de cada cien catalanes
han acudido a votar para elegir a quienes les van a gobernar durante
esta legislatura que se adivina breve.
Mas ha mareado la perdiz hasta el
límite y de nuevo le ha vuelto a salir
el tiro por la culata. Cada vez que Mas convoca elecciones obtiene menos votos;
¡vaya ojo para echar lluecas!, dicen en mi pueblo. Los catalanes han votado
para elegir un nuevo parlamento y un nuevo gobierno pero muchos de ellos además
han votado pensando que su voto servía también para inclinar a su favor el sí o el no al independentismo.
Los que antepusieron esta opción
a la de unas simples elecciones autonómicas se han llevado el chasco de que no
son mayoría para echar un órdago en Madrid
y además han elegido una cámara
tan variopinta que va a tener muy
difícil consensuar un equipo de gobierno. El planteamiento de Mas ha
sido equivocado a la vez que forzado y en él ha hecho uso de las marrullerías
propias de un pillo de barrio, pero no menos equivocada ha sido la forma de
tomarse en Madrid esta convocatoria. El pillo Mas les ha hecho caer en la
trampa haciéndoles ir a Cataluña con la artillería pesada de los números uno,
europeos incluidos.
Mas se ha equivocado porque ha buscado la alianza con sus
antagonistas, con los que le une tan solo la ambición de llegar a conseguir el
estado catalán, sin percatarse de que para eso hay que andar un largo y dificultoso
camino al tiempo que hay que gobernar, cosa que Mas no ha hecho, y para ello ha
elegido malas compañías. Malas que hasta es posible que lo dejen tirado en la
cuneta hasta que la farmacéutica canadiense Grifols lo rescate. Por otra parte
se ha tenido que tragar sus promesas, de cuyo cumplimiento dudaba, hasta que
Junqueras le ha recordado quién manda y quién permite seguir o no gobernando. Mas
ha sido el guiñol que ha manejado la izquierda republicana independentista ante
la pasividad e inacción de la burguesía catalana que milita en su partido y la
torpeza de éste en el juego electoral, en el que en cada convocatoria ha ido
cediendo terrero a ERC.
caras de circunstancia |
El juego marrullero de querer
parapetarse tras un hombre de paja para esconder su 3% y mil pecados más y el
de convertiren plebiscito unas simples autonómicas le ha dado de momento relativos
buenos resultados. En el primero ha conseguido que el rosario de corrupciones
de su partido quede en segundo plano, que otros den la cara por él y que una
buena cantidad de catalanes les hayan votado. En el segundo ha conseguido hacer
entrar al trapo a los líderes nacionales de PP, PSOE y Podemos e implicarlos
personalmente en algo que en condiciones normales se hubiera limitado a una
tarde de mitin.
¿Y ahora qué?, lo primero, gobernar
Cataluña, sí, pero ¿cómo y con quién? Y
lo segundo, continuar con el proceso secesionista, pero ¿con qué fuerza y con
qué Gobierno?. Lo primero ya he dicho que lo va a tener difícil, a nivel
personal y a nivel de partido, so pena de que Junqueras y la comparsa independentista
de Forcadell y Casals se vuelvan locos y dejen su conquista en manos de la
burguesía de CDC que desprecian. Dentro de dos meses como mucho veremos si son
capaces de no canibalizarse entre ellos y formar un gobierno medianamente
estable o por el contrario se ven obligados a convocar de nuevo elecciones como
desearían en Ciudadanos.
Lo segundo, esa hoja de ruta de
año y medio que debe dar como fruto la independencia, está aún muy verde y no
hay que confundir los sueños de grandeza, embajadas y ejércitos incluidos, con
la realidad de incumplir sistemáticamente las leyes de todos los españoles y la asunción
de responsabilidad por parte del Gobierno y
el Tribunal Constitucional. Ya hablan de negociar; atrás quedó la
declaración unilateral de independencia. Seguirán mareando la perdiz a la
espera de que el PP pierda las elecciones y gobierne España un Gobierno todavía
más débil –jamás se vio debilidad semejante en Gobiernos con mayoría absoluta- .
Para entonces se entablará el
eterno debate de definir a España. De “La Nación española es la reunión de
todos los españoles de ambos hemisferios», de 1812 o la “República
democrática de trabajadores de toda clase, que se organiza en régimen de
Libertad y de Justicia” ,de 1931; la “Unidad de destino en lo universal”
del falangismo/franquismo y el “Estado social y democrático de derecho” de 1978,
pasaremos a hablar del “Estado Confederal Español, formado por la nación española, la nación
catalana, el pueblo vasco y la nación gallega …-“
cara de pena |
Llegados a este punto todos
querrán reformar la Constitución –que falta tiene- .El PSOE aclarará en
Andalucía lo de la federación asimétrica, el PP veremos por donde sale en su
eterna indefinición, los nacionalistas querrán ser dueños de vidas y haciendas,
los comunista-podemitas añorarán los tiempos de Stalin y los recién llegados de
Ciudadanos veremos si mantienen el mismo mensaje en Barcelona y en Sevilla.
Mientras tanto las Agencias de
Calificación, Mody’s, S&P y Ficht, rebajarán la calificación de la deuda
española, ahora calificada como “calidad de grado medio inferíor” hasta niveles de “basura” como ahora es la
deuda catalana. La prima de riesgo volverá a estar por las nubes, los préstamos
serán una ensoñación y los parados de Zapatero serán una minucia comparada con
lo que veremos. El Estado de 1978 no ha calado en las nuevas generaciones a
pesar de que se nos llena la boca de pregonar sus bondades. El Estado de 1936
murió en la cama, de viejo. El Estado de 1978 morirá en la calle, de éxito. Del
mundo de los tuertos saldrá un nuevo Zapatero que venga a decirnos “Tranquilos,
aquí no pasa ná”
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