CATALUÑA Y LA VIEJA DE PAROLIX
En numerosas ocasiones he oído contar a mi esposa lo que les aconteció
a ella y a su hermana en la casa de una vieja viuda de una aldea de Yeste, Parolix, aldea formada por caseríos dispersos, en la
que mi esposa vio la luz y donde residió durante algo más de una década.
Una tarde de otoño las envió su madre a casa de una vecina a
recoger unos huevos. La vecina, viuda y muy mayor, vivía en una casa ruinosa
algo apartada del núcleo principal de la aldea. La tarde amenazaba tormenta y
apenas habían entrado en la casa les pareció que el cielo se hundía. Se desató
una estruendosa tormenta con una tromba de agua que en la destartalada
vivienda entraba por el tejado, por las ventanas y por debajo de la puerta.
La abuela les pedía “hijas,
vamos a rezar un Padrenuestro a Santa Bárbara; … ay hijas mías, Santa Bárbara
no hace caso, rezad un Avemaría a la Virgen de Cortes; … hasta la Virgen nos ha
abandonado, Dios mío” y mientras tanto seguía cayendo agua por la frágil escalera
de madera que conducía a la planta superior. Ya no servían los cubos
puestos en las goteras porque el agua
entraba a borbotones por entre las maderas del tejado. Llegado este momento y a la vista de que ni la Virgen ni Santa
Bárbara ni San Bartolo les habían socorrido, la abuela, desesperada acabó gritándoles “hijas mías, cagaos en todo
lo que queráis porque esto ya no quiere rezos…”
En ocasiones pretendemos atajar los problemas con remedios
ineficaces o insuficientes. A veces les
restamos importancia y pensamos que las cosas se arreglan solas. Frecuente también es encomendarse a fuerzas
sobrenaturales pidiendo auxilio sin ni siquiera haber puesto los medios más
elementales para solucionarlos.
Cataluña se parece bastante a la casa de la vieja de Parolix.
La casa catalana ha envejecido. Pujol arreglaba las goteras aunque solo fuera
por el 3%. Montilla descuidó el retejado
y las grietas dieron lugar a goteras
cada vez mayores. A Mas se le han dado
ingentes cantidades de dinero para arreglar todas las goteras catalanas pero se
lo ha gastado, de puertas adentro en cubos para recoger el agua y de puertas
afuera en campañas para demostrar que la gotera catalana era falsa y solo se
trataba de un invento malintencionado de Madrid.
Casi cuarenta años sin dejar
de expoliar al resto de España vendiendo caros los apoyos políticos a
los Gobiernos de Madrid. Cuarenta años de transferencias sin control, justicia
y educación principalmente, sin el más mínimo respeto a las leyes y a la
solidaridad y sin que los adormecidos Gobiernos nacionales y politizados
tribunales de justicia hayan
cortado de raíz las afrentas, los odios, los incumplimientos y las
amenazas.
Cataluña ya no requiere rezos. La tormenta independentista va
a más y las plegarias no van a remediar ahora lo que en cuatro décadas de
debilidad política del Estado se ha ido fraguando e incluso fomentando. Un
Estado cuya fortaleza no va más allá de la letra de una Carta Magna que se
incumple, se desprecia y se ofende sistemáticamente,. Ya no cabe rezar. Ha llegado
el momento de tomar decisiones de altura, graves pero necesarias, políticas y
judiciales. Era más débil el Gobierno de la República y sin embargo se impuso enérgicamente a los secesionistas. Lo peor está por llegar porque no habrá quién
se decida a tomar decisiones; la derecha porque arrastra un complejo enfermizo,
abrumada siempre ante la supuesta autoridad moral y ética de la izquierda; la
izquierda simplemente porque no cree en España y es difícil amar y defender
aquello en lo que no se cree.
Escribo esto el último día de campaña electoral. Los
catalanes van a elegir a quiénes van a gobernar la Comunidad en esta
legislatura y nada más. Posiblemente elijan mal si lo hacen con el pensamiento
puesto en la independencia. Desde fuera de Cataluña también se está pensando ella.
Si es así creo que todos se equivocan.
No hay comentarios:
Publicar un comentario