viernes, 25 de septiembre de 2015

CATALUÑA Y LA VIEJA DE PAROLIX




CATALUÑA Y LA VIEJA DE PAROLIX



En numerosas ocasiones he oído contar a mi esposa lo que les aconteció a ella y a su hermana en la casa de una vieja viuda de una aldea de Yeste,  Parolix,  aldea formada por caseríos dispersos, en la que mi esposa vio la luz y donde residió durante algo más de una década. 


Una tarde de otoño las envió su madre a casa de una vecina a recoger unos huevos. La vecina, viuda y muy mayor, vivía en una casa ruinosa algo apartada del núcleo principal de la aldea. La tarde amenazaba tormenta y apenas habían entrado en la casa les pareció que el cielo se hundía. Se desató una  estruendosa tormenta  con una tromba de agua que en la destartalada vivienda entraba por el tejado, por las ventanas y por debajo de la puerta.


La abuela les pedía  “hijas, vamos a rezar un Padrenuestro a Santa Bárbara; … ay hijas mías, Santa Bárbara no hace caso, rezad un Avemaría a la Virgen de Cortes; … hasta la Virgen nos ha abandonado, Dios mío” y mientras tanto seguía cayendo agua por la frágil escalera de madera que conducía a la planta superior. Ya no servían los cubos puestos  en las goteras porque el agua entraba a borbotones por entre las maderas del tejado. Llegado este momento  y a la vista de que ni la Virgen ni Santa Bárbara ni San Bartolo les habían socorrido, la abuela, desesperada  acabó gritándoles “hijas mías, cagaos en todo lo que queráis porque esto ya no quiere rezos…”



En ocasiones pretendemos atajar los problemas con remedios ineficaces o insuficientes. A veces les  restamos importancia y pensamos que las cosas se arreglan solas.  Frecuente también es encomendarse a fuerzas sobrenaturales pidiendo auxilio sin ni siquiera haber puesto los medios más elementales para  solucionarlos.


Cataluña se parece bastante a la casa de la vieja de Parolix. La casa catalana ha envejecido. Pujol arreglaba las goteras aunque solo fuera por  el 3%. Montilla descuidó el retejado y  las grietas dieron lugar a goteras cada vez mayores. A  Mas se le han dado ingentes cantidades de dinero para arreglar todas las goteras catalanas pero se lo ha gastado, de puertas adentro en cubos para recoger el agua y de puertas afuera en campañas para demostrar que la gotera catalana era falsa y solo se trataba de un invento malintencionado de Madrid.


Casi cuarenta años sin dejar  de expoliar al resto de España vendiendo caros los apoyos políticos a los Gobiernos de Madrid. Cuarenta años de transferencias sin control, justicia y educación principalmente, sin el más mínimo respeto a las leyes y a la solidaridad y sin que los adormecidos Gobiernos nacionales  y politizados  tribunales de justicia hayan  cortado de raíz las afrentas, los odios, los incumplimientos y las amenazas.




Cataluña ya no requiere rezos. La tormenta independentista va a más y las plegarias no van a remediar ahora lo que en cuatro décadas de debilidad política del Estado se ha ido fraguando e incluso fomentando. Un Estado cuya fortaleza no va más allá de la letra de una Carta Magna que se incumple, se desprecia  y se ofende  sistemáticamente,. Ya no cabe rezar. Ha llegado el momento de tomar decisiones de altura, graves pero necesarias, políticas y judiciales. Era más débil el Gobierno de la República y sin embargo  se impuso enérgicamente a los secesionistas.  Lo peor está por llegar porque no habrá quién se decida a tomar decisiones; la derecha porque arrastra un complejo enfermizo, abrumada siempre ante la supuesta autoridad moral y ética de la izquierda; la izquierda simplemente porque no cree en España y es difícil amar y defender aquello en lo que no se cree.


Escribo esto el último día de campaña electoral. Los catalanes van a elegir a quiénes van a gobernar la Comunidad en esta legislatura y nada más. Posiblemente elijan mal si lo hacen con el pensamiento puesto en la independencia. Desde fuera de Cataluña también se está pensando ella. Si es así creo que todos se equivocan.

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