viernes, 11 de septiembre de 2015

JUBILARSE A LOS SETENTA





JUBILARSE A LOS SETENTA

El flamante Presidente de Castilla La Mancha, emperador de Toledo y monaguillo de Bono, Emiliano García-Page, ha encontrado la manera de corresponder a los dos colectivos que más influyeron para auparlo al poder, los funcionarios de la Administración autonómica y los estatutarios del SESCAM y lo va a hacer modificando la legislación para que todos ellos puedan atrasar la fecha de su jubilación anulando la obligatoriedad de hacerlo a los 65 años. El portavoz socialista, Nacho Hernando, así lo ha manifestado a la vez que comunicaba a los 126 profesionales sanitarios obligados a jubilarse  a causa del Plan de Ordenación de Recursos Humanos del SESCAM de 2011 que ya podían continuar.

Ya existe el precedente en la Administración del Estado donde los funcionarios pueden solicitar la ampliación hasta los 70 de la edad de jubilación. Esta es la edad obligatoria, heredada de la dictadura, para ciertos cuerpos de élite como son los Cuerpos Docentes Universitarios, Magistrados, Jueces, Fiscales, Secretarios Judiciales y Registradores de la Propiedad.



Entre los funcionarios de la Administración del Estado los que más uso han hecho de este derecho han sido y son los pertenecientes al Grupo A que ostentan cargos de jefatura con altos niveles que conllevan complementos que triplican su sueldo. Jubilarse a los 65 años puede suponer para ellos una pérdida importante de dinero, más del 50% y además dejar la poltrona en la que están felizmente instalados y sin ganas de abandonar. Mantener este privilegio, que solo disfrutan las clases dirigentes y si acaso algún funcionario de a pie al que le falta algún año para cumplir el mínimo exigible, supone cerrar o al menos dificultar el acceso de nuevas generaciones, mejor preparadas y con una formación actualizada a los tiempos que corren.

Por otra parte, para esos Cuerpos de élite a que me refería antes se justifica el retraso de la edad de jubilación en el alto nivel de formación,  conocimientos específicos y experiencia, una forma de seguir beneficiándose de un privilegio de casta, heredado del franquismo y que en los tiempos actuales es cuando menos inoportuno. Se entiende fácilmente que los docentes universitarios con mérito o los cualificados profesionales de la sanidad pueden dar mucho de sí mismos a pesar de haber cumplido los 65 años, pero no es el Estado sino la sociedad quién tiene que valorar individualmente al personaje y en función de sus méritos ofrecerle los medios para que pueda seguir desarrollando su labor docente o de investigación. No cabría decir lo mismo de los Juristas o Registradores salvo que algunos destacados miembros de ambos colectivos pudieran ejercer labores docentes o consultivas.
Una Administración sin privilegios exige un trato igual para todos los colectivos que la conforman y en el caso concreto de la jubilación no se puede cerrar el paso ni condenar al ostracismo a jóvenes bien preparados que aspiran a hacerse un hueco en la vida.



Lo que pretende el Presidente manchego es instalar hasta los setenta a un grupo de privilegiados funcionarios afines a su causa. Quién ha levantado la voz contra los recortes de Cospedal nos sale ahora como defensor de una administración gerontocrática  y sectaria al servicio del socialismo reinante. Los funcionarios que “…por elección propia, por vocación o lealtad al servicio público deseen continuar trabajando en la administración más allá de los 65 años” . ¿Cómo se entiende aquello de vocación y lealtad al servicio público? ¿Acaso la vocación se traduce en complemento específico y otras gabelas y  lealtad al servicio público equivale al reconocimiento del trabajo en la sombra como comisario político del PSOE?.

Ya lo denuncié en repetidas ocasiones. Cospedal no supo encauzar a una Administración pública creada por los socialistas a su capricho e interés. Los cuadros de mando instalados por sus dos antecesores han torpedeado, desnaturalizado y retorcido cualquier asunto procedente del poder político. La Administración manchega ha sido la causante del descalabro electoral de Cospedal y ahora García-Page quiere premiarla manteniendo hasta los 70 años a quienes le favorecieron, con lo que se asegura la posibilidad de un largo mandato al amparo de una Administración politizada y servil. Mientras tanto los jóvenes seguirán haciendo cola hasta que la gerontocracia se extinga.

Cospedal estaba avisada por muchos que lo veían venir. No hizo caso como tampoco lo hizo Aznar en su momento. Los socialistas cuando llegan lo primero que hacen es barrer. Los del PP siguen siendo unos ingenuos; no aprenderán nunca.



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