domingo, 30 de agosto de 2015

F.GONZÁLEZ, "PEPITO GRILLO" DEL PSOE






FELIPE GONZÁLEZ, PEPITO GRILLO DEL PSOE

Felipe González se aburre o no se resigna a dejar de ser alguien en el socialismo. Va de Quijote a Venezuela donde el simio Maduro lo convierte en mitad héroe mitad mártir al impedirle coordinar la defensa de los opositores encarcelados, lo cual al ex presidente no debió sentarle demasiado mal toda vez que la proyección mediática del "nuevo Garzón" corrió por los confines del mundo mundial.

Sigue al pie de la letra los movimientos en Ferraz y en el Palacio de San Telmo por si las circunstancias le obligaran a decantar su ¿influencia? por alguno de ellos y abandona a su suerte al otrora semillero de votos del socialismo catalán, antes constitucionalista y ahora disgregado en grupúsculos pueblerinos al servicio de quién mejor oferta les haga o mejor les pague los servicios.

Se da cuenta al final de que la federación socialista madrileña se ha convertido en una tribu de caníbales en la que las decapitaciones de Pedro Sánchez no han hecho sino aumentar las rencillas y guerras internas y por eso se descuelga escribiendo a favor de la democracia interna, de las primarias -para todos- y de caminar hacia la centralidad que dice abandona un PP escorado a la extrema derecha. Un poco de Pepe Grillo y otro poco de abuelo cebolleta hacen del personaje un trasnochado que cree tener todavía la llave del futuro confundiendo el presente con el pasado.



Su "carta a los catalanes" publicada en El País viene a decirles que tengan cuidado de no entrar en el laberinto que él mismo contribuyó a crear. González, Aznar y quienes con la Ley Electoral abrieron el paso a los nacionalistas son en gran parte los responsables de haber permitido que Jordi Pujol sembrara la semilla del secesionismo, aparte de no perder tiempo para llenarse los bolsillos, extremos ambos que los dos conocían y no supieron o no quisieron atajar. Las bendiciones que recibieron los catalanistas por parte del infausto sucesor de Aznar, la falta de coraje de Rajoy y la cobarde ambigüedad del TC acabaron de rematar el proceso.



Ya es tarde, Felipe, para venir con cartas y recomendaciones. El socialismo catalán ya no es determinante y el cáncer está extendido por todo el tejido social catalán, contagiando mediante la exclusión y la contaminación mediática a quienes pudieran atreverse a gritar en la calle lo que sienten. Una vez que el desenlace de esta locura se produzca habrá que convertir Cataluña en un campo de reeducación, al menos para que los que han sufrido durante cuarenta años una educación sectaria basada en el odio a España dejen de seguir trasmitiendo lo mismo a generaciones posteriores.

Obras son amores y no buenas razones. De haber obrado con más altura de miras, Sr. González, las razones que ahora aduce sobrarían.


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