jueves, 24 de abril de 2014

DIEZ DÍAS DE SILENCIO


No acostumbro a estar callado tanto tiempo pero a veces las cosas vienen rodadas de tal forma que es inevitable el despiste. Me las prometía yo tan felices en los días previos a Semana Santa, había cogido vacaciones y me había trasladado a mi refugio de Góntar, una maravillosa aldea de Yeste en plena Sierra del Segura, a esperar a Jueves Santo, día en el habitualmente me desplazo a mi pueblo natal, Sisante, para participar de alguna manera en su esplendorosa Semana Santa..
El lunes ya me pusieron en antecedentes de que la vida de mi suegro llegaba a su fín tras un penoso recorrido de cinco meses por la unidad de quemados de La Fe y un hospital albaceteño. Al día siguiente falleció y el miércoles recibió sepultura.
La Semana Santa sisanteña fue de visita de médico por la brevedad y al fin llegué a ayer, día 23, en el que celebré rodeado de familiares y amigos mi sexagésimo tercer aniversario.
Hoy, vuelto a la normalidad y en mi empeño de luchar contra el Alzheimer, voy a seguir publicando en el blog en la medida en que pueda hacerlo. Si hay alguien que siga aguantándome, se lo agradezco.


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