ANDALUCÍA NO CABE EN EL PENAL DEL PUERTO
La entrada en la UE y las ayudas
recibidas de la misma para las Regiones más desfavorecidas ha sido posiblemente
la causa principal de la ruina económica y moral que ahora sufre el antaño
vergel de Al Ándalus. La UE ha contribuido a corromper a la sociedad andaluza
porque no ha sido capaz de controlar la buena utilización de las ayudas
finalistas y ha dejado en manos de los Gobiernos de Madrid y del régimen
andaluz el seguimiento de la mismas. En una sociedad tan proclive a la picaresca como la andaluza, las ayudas
europeas han venido como el agua de mayo, aunque no todos los campos se hayan
beneficiado de igual manera.
No quiero caer en el tópico de que los andaluces son gandules
por naturaleza; sí creo en cambio en la dificultad que tienen para hacer en su
tierra lo que hacen cuando salen de ella. Será por “la caló” que acrecienta la
pereza o porque no les estimula conseguir mejores condiciones de vida si ha de
ser a costa de su sacrificio personal; de hecho, hasta el fracaso escolar es el
mayor de España.
El invento del PER con el que
Felipe González obsequió a sus paisanos fue otra de las causas que han llevado
a los andaluces a ese alto nivel de indolencia y galbana crónica. Recuerdo mi
paso por tierras de Sevilla (La Rinconada) al frente de una Estafeta de
Correos; eran los años 85 y 86 del pasado siglo, el pueblo era gobernado con
mayoría absoluta por el PCE y sin embargo el “sí” al referéndum para la entrada
en la OTAN obtuvo más del 80% de los votos, claro que por entonces Felipe ya
había establecido el sistema de cobrar un mes trabajando dos días. En mi oficina se pagaba el PER, con notable
presencia de la Guardia Civil por los numerosos altercados en los que siempre
salían señalados mis ascendientes. Un día fue a la ventanilla una mujer, a
punto de romper aguas y con unas manos de cera, quejándose de que la campaña de
la naranja sevillana había sido demoledora, -“no como aquí, vosotros, gandules,
hijos de … que os estáis tocando …”-. Eran numerosas las familias que
acumulaban tres o cuatro subsidios y lógicamente su falta de entusiasmo por el
trabajo era altamente justificable.
Las prestaciones por desempleo
vinieron a completar el sistema de escaqueo permanente. El binomio PARO/PER
hizo las delicias de muchas familias de la Andalucía profunda, aunque debo en
justicia hacer separación entre la parte de andaluces cumplidores y
responsables de la otra parte, más abundante, holgazana y subsidiada.
La emigración de los años sesenta
hacia las zonas industriales y países europeos fue general en toda la España
rural, pero a partir de los ochenta, mientras los castellanos viejos y nuevos siguieron
buscándose la habichuela allá donde la hubiera, muchos ociosos andaluces descubrieron
la auténtica reforma agraria, que no era otra que la de permanecer apegados a
la tierra a la sombra de la firma del
terrateniente que les permitía cobrar el
subsidio.
La suma de todos estos
componentes es lo que hace que hoy Andalucía siga a la cola de las regiones
españolas, con unos índices de paro muy por encima de la media y
auténticamente vergonzosos si nos referimos al juvenil que supera más
del 50%. Sin embargo es la región española en la que más dinero ha entrado
procedente de la UE por su condición de zona deprimida y subdesarrollada.
Cierto es también que en la tierra de “María Santísma” el que no corre vuela y
el que más chifla, capaor, dicen los refranes.
De los miles de millones invertidos en las obras previas al 92, una
buena parte de ellos se perdió por
caminos solitarios y grutas tenebrosas. Por entonces se instaló en Al Ándalus
la sucursal de la Cueva de Alí Babá, que ha ido aumentando su negocio hasta
extremos alarmantes que ahora empezamos a conocer. Desde las autovías que se
hundieron y hubo que rehacer hasta los ruinosos pabellones de la Expo, fueron
muchos los millones de Euros que acabaron en el bolsillo de unos cuantos mangantes, asombrosamente con el beneplácito
del populacho que los sigue jaleando y votando.
El régimen andaluz ha creado y
potenciado un sistema económico clientelar donde la máxima de que “la tierra
para el que la trabaja y las patatas para el Comité” se ha instalado de tal
forma en la conciencia colectiva que no hay nadie que ponga en duda que todo lo
que procede de la Junta andaluza tiene un precio; un peaje obligatorio en los
pasillos de San Telmo y una prima especial por acceso a cualquier despacho. El paro, el PER, las ayudas europeas, el Plan “E”,
los ERE y últimamente los cursos de formación han sido canteras productoras de Euros;
y digo canteras porque has sido
explotaciones a cielo abierto, sin la oscuridad de la galería minera sino
alegremente a la vista de todos. Una variante del refrán de “el muerto al hoyo
y …” es en Andalucía “el listo al chollo y el torpe al bollo”. El listo en sus
dos variantes jerárquicas, listo y listillo, son los explotadores de la cantera
y ya se cuidan de que al pueblo que la trabaja no le falte el bollo de la subvención ni la ración diaria de
vitamina ideológica de la lucha entre el rico y el pobre. El populacho asiste
enfervorizado al discurso demagógico del listo de turno y se recrea en el éxito
y la buena vida del mismo. La foto de la mariscada de aquellos golfos
sindicalistas suscitó más de un “olé sus …”. Con frecuencia utilizo el ejemplo
de que Andalucía es una plaza de toros en la que los líderes políticos y sindicales
se acomodan junto a los señoritos de toda la vida en la barrera de sombra, con su puro y su
morena de flor en el pelo, mientras la plebe ocupa los tendidos de sol y no
cesa de jalear y aplaudir a los primeros porque en el fondo no los odian sino
que los envidian, los ven como triunfadores y como ejemplo a seguir.
Por eso es tan fácil en Andalucía
amasar fortunas solo con dejar a los demás vivir del cuento y por eso es tan
difícil llegar al fondo de los escándalos, porque la necrosis es tan grande en
el tejido andaluz que cuesta trabajo determinar dónde acaba lo enfermo y donde
empieza lo sano. La complicidad es tal que la maraña de la corrupción jamás
podrá descubrirse. La juez Alaya tiene más mérito que Juana de Arco y Agustina
de Aragón juntas, por citar algunas heroínas, y mientras parte de la Andalucía urbana la
aplaude, la Andalucía oficial y la profunda se empeñan en enterrarla.
A Andalucía solo le faltaba estar
gobernada por los “bandoleros asalta Mercadonas” y solo el interés de los
socialistas en mantener vivo y activo el chiringuito lo ha conseguido. Los de
Gordillo tienen cogidos a los Chaves y Griñanes por los … y hasta Susanita
tiembla cuando se los retuercen. La única manera de clausurar la Cueva de Alí
Babá es cerrar el grifo del dinero y a lo mucho poner en práctica aquel viejo
refrán de “laña echá, cuartillo caído”, que es lo mismo que decir Euro concedido, Euro
intervenido, Euro justificado. La vía judicial podría conducir, de llegar al
final, a abarrotar el Penal del Puerto de Santa María de políticos,
sindicalistas, gordillos y demás
morralla, pero eso dudo que lo vean mis ojos.
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