domingo, 16 de diciembre de 2012

Mil razones para estar indignado II

EL CHARCO DE RANAS DEL RUEDO IBÉRICO 

Se preveía que el otoño iba a ser caliente. Los leños para abrasar al Gobierno estaban amontonados desde tiempo atrás a falta de un poco de gasolina y una cerilla. Lo que no entraba en un razonamiento lógico es que fuera el mismo Gobierno el que utilizara las cerillas para encender varios focos simultáneos, para regocijo, recochineo y excusa de los que prepararon la leña.

La piel de torode Estrabón
La piel de toro de Estrabón: «Iberia se parece a una piel de toro, tendida en sentido de su longitud de Occidente a Oriente, de modo que la parte delantera mire a Oriente y en sentido de su anchura del septentrión al Mediodía», convertida en un charco de ranas. Eso es la España de hoy, aunque también la de ayer y la de antes de ayer, que en eso del revoltijo, el desbarajuste y el caos los españoles tenemos el doctorado. La Iberia, luego Hispania y después España, camino de convertirse en una liga de aldeas caracterizadas por un exacerbado instinto de rebeldía y enfrentadas unas con otras por una linde, un río, una prebenda o un tributo.

Rubalcaba dando los últimos estertores de moribundo y sus herederos velando las armas para liquidar la herencia. Cayo Lara y Rosa Díez haciendo de fuelles e insuflando aire a la hoguera. Durán Lleida, Oriol Junqueras, Erkoreka y otros menores, echados al monte en busca de más leña. Urkullu y Más, que como aquel tonto, siguen caminando aún terminado el camino, en su delirante sueño independentista.

La Constitución incapaz de hacerse respetar por quienes tienen la obligación de cumplirla y la responsabilidad de defenderla. La más violada “constitucionalmente” de cuantas existieron, gracias sobre todo a las sentencias del nefasto Tribunal Constitucional.

La Monarquía, en una encrucijada de muy difícil pero necesaria solución, que debería pasar por recuperar la buena imagen que siempre tuvo, apartando de la misma a quienes formando parte de ella por derecho propio o por consorte, han provocado situaciones que les hace indignos de seguir perteneciendo a la misma.

Los Jueces, que en su momento no tuvieron agallas para evitar someterse al poder político, dejándose elegir y manipular por intereses espurios, ahora gritando en la calle como verduleras por un “quítame allá esas pajas”.
Ateneo de Madrid

Los políticos en general que a lo largo de dos siglos no han sido capaces de desprenderse de su estigma de corruptos. Muestra de ello estos párrafos del discurso de D. Joaquín del Moral en el Ateneo de Madrid el 5 de Octubre de 1931, que defendía una proposición al Gobierno de la República: “pidiendo que sea ley que ningún ciudadano español pueda percibir por ningún concepto más de un sueldo o emolumento de los fondos del Estado, Provincia, Municipio,…” y en el que entre otras “hermosuras” decía: “… Comentando con dolor el estado deplorable de barullo en que se desenvuelve la República y el descrédito que la concupiscencia de los gerifaltes de la política proyecta sobre ella, secundaron mi idea de llevar este asunto de ética política a la deliberación del Ateneo de Madrid para que esta docta Corporación, con su alta autoridad, impusiera un criterio moralizador a los dirigentes políticos, haciéndoles ver la conveniencia de pensar más en España y en la República que en sus apetitos y egoísmos insaciables y escandalosos. “En fin señores, un río caudaloso de gasolina se consume en surtir los automóviles oficiales de los personajes y personajillos de la situación y que vemos ocupados con frecuencia por su servidumbre y amistades….”
¿Les suena esto?, ¿verdad que sí?; pues es lo que se pensaba de la clase política hace nada menos que ochenta y un años. ¡Ah!, y era la República, ese régimen ideal y modélico al que aspira toda la izquierda que hace del poder y del trinque su “modus vivendi”. ¿No es para estar indignado comprobar que en cien años no hemos avanzado nada?. Es motivo suficiente para tomar la calle y limpiar España de sinvergüenzas, oportunistas, trileros, traidores, vagos, caraduras y mil adjetivos más, tantos como razones tenemos. Y aquí no vale decir que no todos son iguales. No valen decencias disimuladas. El que roba es ladrón y el que lo sabe y lo calla, encubridor. En la clase política española hay muchos de los primeros y el resto de los segundos. La regeneración política tan cacareada es solo una pantalla para salir airosos del paso.

Foto: Asopc. Hispanomundial de Escritores
Retomando el hilo del principio, estamos gobernados por gente que piensa bien, lo hace mal y lo vende peor. No se trata de colgar ningún “sambenito” al Partido Popular sino de reconocer que el PP gestiona bien pero no hace política y encima lo vende tan mal que hasta sus mayores éxitos se le vuelven en contra. El sentido de la oportunidad política, sencillamente en el PP no existe. ¿Cómo si no se explica que a un Mas derrotado políticamente y con los jueces pisándole los talones, el Ministro Wert le sirva en bandeja el victimismo demagógico de la lengua?, o ¿cómo se justifica el enfrentamiento innecesario por lo superfluo cuando en la Justicia hacen falta reformas en profundidad, desde su independencia del poder político hasta la dotación de medios que la hagan moderna y eficaz?. Cierto es que el cinismo del PSOE al llevar al Constitucional el asunto de las pensiones no tiene parangón pero ¿ha hecho algo el PP fuera del Congreso para desmontar sus argumentos?. En España “el que más chifla, capaor”. Aquí el muerto Rubalcaba se crece y el vivo Rajoy se amilana. Los traidores separatistas sacan el cuello y los que ostentan el poder por decisión del pueblo hacen dejación de su responsabilidad. España se ha convertido en un charco de ranas.

Paco del Hoyo "Opinión El Pueblo de Albacete" 16 Diciembre 2012

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