lunes, 16 de julio de 2012

MARIANO, AHORA SÍ QUE ME "DESAPUNTO"


POR DENTRO VA LA PROCESIÓN, !MENUDA HERENCIA!

Pensaba que con marcharse Zapatero se acababan todos los males. Tenía la esperanza de las promesas de Rajoy. Confiaba en que los números reales no se distanciaran mucho de los conocidos. Creía que esto no era tan grave como lo está siendo. Sentía ilusionado que la crisis tocaba fondo. Soñaba que las vacas flacas se alejaban de nosotros. Era optimista porque alguien me había trasmitido ilusión y tenía fe.

Pasa el tiempo y empiezo a perder la esperanza porque también estoy perdiendo la fe y lo que veo ya no me ilusiona. Estamos bastante peor de lo que creíamos. Tenemos enemigos dentro y fuera. Aquí nos acorralan los lobos, autonomías, independentismos, rojería subvencionada y primitiva. Fuera de aquí nos torean. Han visto que somos un Estado débil, disgregado y anárquico y se aprovechan. Con la apariencia de ayudarnos nos explotan. Esto no tiene arreglo.

La “troika” nos impone unas condiciones draconianas a cambio y como excusa del préstamo para salvar el fiasco de las Cajas de Ahorro. El Gobierno se ha propuesto salvar lo insalvable y la terquedad de Rajoy la vamos a pagar todos. Si la garantía para tapar los desastres causados por un grupo de gestores sin escrúpulos va a ser empobrecer más al conjunto de los españoles, no debemos aceptarlo. A las entidades bancarias abocadas a la ruina no debería quedarles más camino que la quiebra, con todas sus consecuencias y la cárcel para quienes la propiciaron. El préstamo tiene como prestatario al Estado para que mediante el FROB se distribuya entre las mismas y para ello los españoles tenemos que apretar un agujero más al cinturón, no es justo y además dudo mucho de que el resultado pueda ser positivo. Al fin y al cabo, hablando en términos rurales, estaríamos engordando los gorrinos con pienso fiado y cuando llegue la hora de venderlos, el mercado ya se sacará de la manga una de tantas fiebres porcinas que dé al traste con los precios. Venderemos los gorrinos por lo que nos den y pagaremos el pienso de nuestro bolsillo.

No entendemos como el Gobierno se empeña en cargar sobre nuestras espaldas el resultado de las tropelías llevadas a cabo por políticos de todos los signos y gestores de ninguno. Y ¿por qué tanto miedo a la quiebra? ¿Acaso hay razones ocultas y no de imagen que no conocemos? Aquí lo grave sería la quiebra del Santander o el BBVA pero la de la “Caja de Ahorros de San Apapucio” ¿iba a preocupar mucho a los mercados?. Algo me dice que aquí hay gato encerrado. ¿Por qué tiene Rajoy tanto empeño? ¿Realmente es una cuestión de Estado? ¿Y si es tan importante salvarlas de la quiebra, por qué no sale a la palestra y lo explica? Su política de silencios exaspera y crea desconfianza hasta para aquellos que le votamos.

El miércoles por fin habló y por Dios que mejor hubiera estado callado. Rajoy va a conseguir en una legislatura lo que la izquierda lleva intentando un siglo, hacer desaparecer a la clase media. Socializar la pobreza. Inventar el proletariado del Siglo XXI. La España de Zapatero hubiera desembocado en una revolución que quizás habría dado lugar al nacimiento de un nuevo Estado.

La España de Rajoy se va a limitar a una superposición de parches tapando agujeros sin arreglar el tejado. Nadie en la clase política oye la voz del pueblo que clama contra el modelo de Estado, contra los políticos y sus desvergüenzas, contra los jueces metidos a políticos, contra las sangrantes autonomías, contra el vergonzoso sindicalismo explotador del desempleo, contra la subvención y el mamoneo, contra el independentismo irracional. Cuando una mano pega el parche hay veinte dispuestas a despegarlo. Nuestra clase política es nuestra vergüenza nacional. Es la única responsable desde la redacción de ese bodrio de Constitución de 1978, de la degeneración social e institucional que nos aflige.

Nuevamente se tensa la cuerda por donde es más floja. Una vuelta de tuerca más al IVA, esa máquina de crear pobres y estafadores y cargar sobre los empleados públicos la culpa de la ruina del Estado patrón. Todo a lo bestia. Se mantiene lo sujeto al cuatro por ciento por temor a la respuesta en la calle y se condena a los empleados públicos porque saben que su capacidad de protesta es tan limitada como sus sueldos.

La empresa privada se rige por los convenios colectivos y nadie osa contravenirlos durante su vigencia. En la Administración el convenio lo marcan los Presupuestos Generales del Estado pero Rajoy, como ya hizo Zapatero, demuestra que los Presupuestos Generales del Estado son papel mojado. Si los PGE tienen rango de Ley, el voluntario incumplimiento de sus preceptos debería tener responsabilidad penal pero eso solo ocurre en la Europa nórdica. Rajoy, en vez de coger la sartén por el mango y atizar con ella a quienes, suyos y contrarios, están destruyendo este país; en vez de poner el Estado patas arriba, oído el clamor del pueblo y poner orden en el mismo llenando incluso las cárceles de mangantes, ha optado por lo más fácil, por sacrificar a los que menos capacidad tienen de defenderse.

Termino casi como lo hice hace dos semanas: Señor Rajoy, elimine la mugre de las paredes del Estado, saque a oreo las alfombras y déjenos en paz de una vez al servicio, que nosotros no tenemos la culpa.
                             El Pueblo de Albacete, 15 de Julio de 2012

Nota: En el diario El Pueblo de Albacete lo titulan "El Mariano ...", lo cual no se corresponde con la realidad y no sé quién ni de donde se han sacado el artículo "El".

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