lunes, 6 de febrero de 2012

LA ESCUELA RURAL

30 de enero de 2012
Leo hace unos días en la prensa que algunos núcleos de población de Albacete, mayormente pedanías o aldeas de Hellín, Tobarra, Alcalá del Júcar, Yeste o Molinicos van a ver desaparecer su escuela debido a la disminución del número de alumnos causada por la despoblación y el envejecimiento del medio rural. Yeste es uno de los Municipios más afectados, donde ya han desaparecido las aulas de Góntar y Moropeche y en breve lo harán La Graya y Arguellite. La población ha descendido considerablemente en los últimos 15 años. Alcanzó 5.014 habitantes en 1996 y descendieron hasta 3.268 los censados en 2011; 1.746 habitantes menos y disminuyendo a un ritmo imparable.
Desde los sindicatos del gremio se argumenta que supone un gran retroceso en la escuela rural, que se destruyen puestos de trabajo y que se fomenta la despoblación del medio rural (Anpe). “No podemos admitir aquellos recortes que afectan directamente a la ciudadanía, penalizando de nuevo a aquellos que por vivir en el medio rural reciben menos servicios públicos” o “van a contribuir a su empobrecimiento y a la despoblación de las zonas rurales” (CCOO). Piden arreglar las carreteras, facilitar vehículos a los maestros itinerantes y reparto equitativo de las dotaciones de material (UGT).
Desde los años sesenta del pasado siglo, década en la que los pueblos sufrieron la primera gran emigración con el consecuente y progresivo despoblamiento, se planteaba cómo resolver el problema de adelgazamiento de la escuela rural, a la que cada día acudían menos alumnos y menos también eran las posibilidades de darles una calidad de educación semejante a la de los centros urbanos. En la década de los setenta desaparecieron las escuelas unitarias en las que compartían maestro y medios los alumnos de todas las edades y cursos. Recuerdo mi corta experiencia como docente en una escuela unitaria en Deiá (Mallorca), con dieciséis alumnos de todos los cursos, ocho de ellos hijos de residentes extranjeros, siete mallorquines y un andaluz, siendo a este último al único que medio se le entendía hablar castellano. Fui el último maestro de Deiá. Al curso siguiente se implantó el transporte escolar que aún sigue.
En las Sierras de Alcaráz y Segura se implantó igualmente el transporte escolar y en Yeste además la Escuela Hogar, donde residían los escolares que no podían acceder al transporte por vivir más alejados de los puntos de recogida. Posteriormente se crearon los CRA Centros Rurales Agrupados, que aún subsisten, con la intención de no mover a los alumnos y desplazarse los maestros y cuyo costo ha sido muy elevado para los escasos resultados obtenidos. Al final y ahora que todos los lugares habitados están comunicados por carretera, se impone de nuevo el transporte escolar como alternativa más rentable en resultados y en gasto.
Los argumentos sindicales, demagogia en estado puro, siguen con la cantinela del retroceso, de los puestos de trabajo perdidos, del empobrecimiento y despoblamiento del medio rural, de recortes de servicios etc. etc.
Si la escuela rural retrocede es en beneficio de los alumnos (de enseñanza obligatoria) porque van a disponer de más medios, mejores instalaciones y equipamiento, mayores niveles de convivencia, con unos medios de transporte más cómodos y seguros y unos comedores escolares de calidad. No se fomenta la despoblación porque la despoblación se fomenta ella sola y son cada día más las familias que trasladan su residencia a los pueblos, abandonando las aldeas y caseríos y siendo los padres los que se desplazan a trabajar en lugar de hacerlo los hijos. Esto tampoco supone empobrecimiento, ni mucho menos. Las condiciones de vida de los escolares en los pueblos difieren notablemente de las que tenían en las aldeas; biblioteca, instalaciones deportivas, piscina, actividades extraescolares, competiciones etc. etc. Tampoco se penaliza con ello al medio rural. Prácticamente todos los pequeños núcleos de población tienen agua y alcantarillado, recogida de basuras, asistencia médica y carreteras más o menos decentes pero lógicamente no pueden disponer de jardines, auditorio, instalaciones deportivas, biblioteca, club de pensionistas, piscina ni otros similares. El poblamiento disperso de las comarcas serranas tiende a desaparecer y a concentrarse en los pueblos o a emigrar. Es inevitable. El mantenimiento de las aulas con cuatro o cinco escolares no hace sino perjudicar la formación de los mismos y alargar la agonía de estas poblaciones.

El Pueblo de Albacete, 30/01/12
    www.pacodelhoyo.blogspot.com

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