lunes, 23 de enero de 2012

EL NEO NACIONALSINDICALISMO Y LA REFORMA LABORAL

 


El nacionalsindicalismo, nacido en los años treinta del pasado siglo y adoptado a partir de los cuarenta como base ideológica del régimen franquista fundamenta la sociedad en tres pilares básicos, Familia, Municipio y Sindicato. Todo español, se decía, nace en el seno de una familia, en un municipio y en un sindicato (la sindicación era obligatoria para obreros y empresarios) y estos tres eran también los cauces representativos de la entonces denominada democracia orgánica.

Han pasado setenta años desde entonces y los españoles seguimos naciendo (la mayoría) en una familia, en un municipio y no en uno sino en ochenta sindicatos. Me explico:

A principios de los años cuarenta se crea la OSE, Organización Sindical Española, como sindicato vertical de obligada afiliación para obreros y empresarios, con una estructura piramidal de tres escalones, nacional, provincial y local, en la que se encuadran 24 sindicatos nacionales de los que se excluyen los servidores públicos. La OSE se financia de los Presupuestos Generales del Estado, mayoritariamente y de la cuota sindical obligatoria. Los dirigentes son todos hombres del régimen igual que la mayoría de los cuadros directivos altos y medios de las empresas. El sindicato vertical es la maquinaria que permite al Estado el control del mundo laboral. Se crea la Magistratura de Trabajo en 1938; aparecen los Enlaces Sindicales y los Jurados de Empresa a partir de 1943; se celebran elecciones sindicales a partir de 1944 y se establecen los Convenios Colectivos a partir de 1958.

Setenta años después, la Magistratura de Trabajo se convierte en Juzgado de lo Social; los Enlaces Sindicales en Delegados Sindicales; los Jurados de Empresa en Comités de Empresa; se siguen celebrando elecciones sindicales y sigue habiendo Convenios Colectivos. Muy parecido todo, ¿Verdad? , hasta en la celebración del 1 de Mayo, que antes se hacía en el “Bernabeu” y ahora justo al lado en “La Castellana”. Pues si en todo esto se perecen la antigua y la nueva estructuras sindicales, hay una cosa que las asemeja totalmente, la dependencia de ambas de los Presupuestos Generales del Estado. Por eso decía antes que todos seguimos naciendo en un sindicato, no en uno sino en ochenta organizaciones sindicales que han percibido del Estado casi veinte mil millones de Euros a lo largo del pasado año; veinte mil millones que hemos pagado todos los españoles seamos o no afiliados a cualquiera de ellas.

Si el sindicato vertical era un instrumento para ejecutar la política totalitaria de la dictadura, ahora lo son para imponer por la fuerza la política totalitaria de la izquierda. Basta ver la doble afiliación obligatoria en UGT y PSOE o el ideario comunista de CCOO, por ejemplo. Si antes no se reconocía el derecho a la huelga, ahora los piquetes totalitarios de los totalitarios sindicatos no reconocen el derecho a trabajar a los que no comulgan con ella.

Si difícil es comprender y más difícil justificar que el Estado mantenga a los sindicatos y pague los hoteles cinco estrellas y los cruceros de Toxo, menos se entiende que los empresarios acudan también a la misma teta a chupar y sacar lo que puedan.

Estos imitadores del nacional-sindicalismo que no han hecho nada por intentar salvar al país de la peor de sus crisis, viviendo del presupuesto, sin bajarse del coche oficial, recorriendo campos de golf, restaurantes multi-tenedores, cruceros y hoteles multi-estrellas, igual que hace medio siglo; con el rabo entre las piernas huyen ahora del problema y dejan al Gobierno “enemigo” la patata caliente que le abrase las manos; esas manos que habrán de redactar y firmar una reforma laboral que ellos no han querido sacar adelante aun siendo la consecuencia de su desidia, su cara dura y su poca vergüenza por haber sido corresponsables del desastre compartiendo cama con el “destrozator” Zapatero y Cía.

La reforma va a salir y ellos se presentarán ante la sociedad como los mártires de un Gobierno reaccionario y seguramente hasta tendrán la desfachatez de intentar sacar a la gente a la calle. Si, habría que salir todos a la calle pero para correrlos a gorrazos.

Si después de esto Rajoy no es capaz de eliminar totalmente las subvenciones a sindicatos y patronal, acometer una nueva ley de huelga que garantice la libertad de los que no la compartan y cargar a los sindicatos el mantenimiento de sus “liberados”, estaremos ante un nuevo rebrote del sindicalismo vertical que ya creíamos olvidado.

                                                       http://www.pacodelhoyo.blogspot.com/







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